Parece de risa, pero en el último tramo de la legislatura nace un nuevo grupo político en el Cabildo insular. A partir de que el Pleno de la Corporación tome conocimiento de un informe elaborado por secretaría, los cinco consejeros expulsados del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) entran a formar parte del grupo de ‘los no adscritos'.
El PIL, a través de su representante legal, remitió un escrito a la secretaría del Cabildo informando que los consejeros Sergio Machín, Inés Rojas, Luis Arráez, Juan Pedro Hernández e Higinio Hernández, habían sido expulsados de esa organización política. Por tanto, la representación en el Pleno queda de la siguiente forma: Partido Socialista, con seis consejeros; Coalición Canaria, con cinco consejeros; PIL, con tres consejeros; El PP, con tres consejeros, Alternativa Ciudadana, con un consejero; y ahora ‘los nos adscritos', con cinco consejeros.
Curiosamente, Marcos Páez, uno de los tres consejeros del PIL, que oficialmente es miembro de un partido opositor, tiene responsabilidades de gobierno. Es el titular del Área de Pesca.
Consecuencias
Manuel Fajardo, vicepresidente del Cabildo, informó al salir de la comisión de Sanidad y Régimen Interior reunida este lunes que Plácida Guerra será la portavoz del PIL y que la formación ha pedido la liberación de la consejera María José Docal.
Las comisiones informativas del Cabildo sufrirán una reestructuración total porque su composición variará al formarse el grupo de ‘los no adscritos'. Asimismo, se prevén incidencias en Insular de Aguas de Lanzarote (Inalsa), el Ente Público Empresarial Local (EPEL) y las otras organizaciones que dependen del Cabildo.
"A lo mejor nos toca revisar los estatutos para poder dar cabida a este nuevo grupo", comentó Fajardo, quien se abstuvo de hacer referencia a la situación personal de Marcos Páez.
Lo que no pasó
Si el PIL no hubiera tardado tanto en oficializar la expulsión de los cinco consejeros, la presidencia del Cabildo, después de la última ruptura del grupo de gobierno, hubiera podido quedar en manos de Plácida Guerra y no de Inés Rojas, quien llegó a la presidencia después del concepto de la Junta Electoral Central y de la misma secretaría del Cabildo, en el sentido de que debía asumir como presidente o presidenta de la Corporación la cabeza de lista del partido más votado. En ese momento era Inés Rojas.