Los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote comenzaron este lunes con la primera fase del proyecto de restauración de las históricas Salinas del Río, también conocidas como de Gusa, con el traslado de los equipos y maquinaria que se encargará de ejecutar los trabajos.
"Damos inicio a un proyecto muy ilusionante por lo que significa recuperar estas salinas, las más antiguas de Canarias, para Lanzarote y los lanzaroteños, y para el conjunto del archipiélago", señaló el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, que se trasladó hasta el lugar para supervisar la actividad junto al consejero de los Centros, Echedey Eugenio, y el consejero delegado de la entidad, José Juan Lorenzo.
"Con la recuperación de las Salinas del Río resolvemos un problema histórico tras más de 100 años sin intervención", afirmó San Ginés, que explicó que "esta primera fase, con la reparación de los muros de defensa que el mar se ha llevado", se evitará "que se vuelvan a inundar y así puedan recuperar el característico color rojo que le daban la artemia salina y otros extremófilos", y adelantó que habrá "más fases para recuperar las salinas más antiguas de Canarias, con más de 500 años de historia".
"El proyecto se alinea con nuestra estrategia de recuperar espacios que cuentan con una importante carga de valor histórico, patrimonial y etnográfico", apuntó por su parte Echedey Eugenio, que avanzó además "que se abren escenarios muy amplios para la recuperación paisajística del entorno cercano al Mirador del Río y la regeneración ambiental de esta zona".
Podemos critica que CC le ponga "sello propio" a una iniciativa suya
Por su parte, desde Podemos han celebrado que la restauración de las Salinas del Río se hayan iniciado, pero han criticado que CC le ponga "sello propio" y "lo esté llevando como una iniciativa suya cuando fue de la oposición". Y es que, tal y como ha recordado la consejera de la formación morada en el Cabildo, Griselda Martínez, fue Podemos quien solicitó en el pleno de septiembre de 2016 que se restaurara el muro de las salinas, "porque estaba entrando el agua y se estaban deteriorando".
"Ese muro se cayó a raíz supuestamente de un temporal en 2015 y llevamos dos años peleando para que se restaure", ha afirmado Martínez, que ha explicado que "hubo problemas con la titularidad", hasta que "hace poco se supo que era de dominio público por el tema de Costas". "Y llevamos dos años, en las comisiones de Patrimonio, peleando y haciendo preguntas en el Pleno", ha reiterado.
Así, la consejera de Podemos en el Cabildo ha criticado que se haya publicado en un medio de comunicación que la restauración de estas salinas "era un empeño del presidente Pedro San Ginés para esta legislatura". "Lo importante es que se restauren, que es lo que nosotros solicitábamos, pero ya se está convirtiendo en algo muy habitual el que se estén apropiando de iniciativas o de ideas de la oposición para ponerle el sello de CC y de Pedro San Ginés", ha reprochado.
Un presupuesto de algo más de 100.000 euros procedentes del FDCAN
En cuanto al proyecto de restauración de las Salinas del Río, que los CACT afirman que cuenta "con todos los permisos de Costas, Patrimonio, Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Haría", desde el Cabildo se explica que ha sido elaborado "por Alberto Luengo, arquitecto experto en la materia, que ya ha realizado trabajos semejantes en salinas emblemáticas del archipiélago como las del Carmen, en Fuerteventura, o las de Fuencaliente, en La Palma".
La primera fase del proyecto de recuperación de las Salinas del Río se centra en reconstruir alrededor de 200 metros lineales del Fuerte de Defensa, "un elemento vital para su funcionamiento puesto que impedía la intrusión marina, los dos tomaderos, el caño principal de agua y los muretes que separan los dos cocederos". "El Fuerte de Defensa inició su declive hacia 1980 y ya en el año 2002 estaba prácticamente desaparecido, hecho que facilitó la degradación del conjunto salinero a causa de los temporales del mar de la zona", explican desde la institución.
Esta primera fase cuenta con un presupuesto de algo más de 100.000 euros procedentes del Fondo de Desarrollo de Canarias. Se estima que los trabajos estén finalizados en un plazo no superior a los cuatro meses. En fases posteriores, se ejecutará, de forma gradual, la restauración del resto de elementos construidos de las salinas como murados, resto de caños y tajos.
Breve historia de las Salinas del Río
Desde el Cabildo se explica que con una superficie total de unos 106.165 m², las Salinas del Río, o de Gusa, situadas al pie del Macizo de Famara, son las más antiguas de Canarias, iniciándose su construcción hacia el año 1500 por el primer Señor de Lanzarote, Sancho de Herrera. "Su origen deviene de la existencia de una laguna salada que se interviene para aprovechar sus fondos naturales de barro, y al hecho de que se llenaban de forma natural por la intrusión marina", se señala desde la institución.
Fueron las únicas salinas del archipiélago hasta que en torno a 1760 empezaron a desarrollarse las salinas de Gran Canaria vinculadas a la pesca de berbería y la primera estimación sobre la producción de sal en el archipiélago (José de Iriarte, 1780) establece que las del Río representaban el 20% de las 14.100 fanegas que se producían en las islas. La primera inscripción de las Salinas del Río en el Registro de la Propiedad data sin embargo de 1871.
A finales del siglo XIX, con el auge de las pesquerías del banco canario?sahariano, las salinas adquirieron su actual dimensión. Se estima que la producción de las Salinas del Río "podría haber alcanzado las 1.300 toneladas al año, si bien el único dato del que se tiene constancia es de 1.000 toneladas al año".
En la década de los años 30 del pasado siglo comenzó "el declive de las Salinas del Río con el establecimiento de nuevas salinas en Lanzarote más accesibles y mejor comunicada", indican desde el Cabildo, desde donde señalan que "con la aparición del frío y hacia 1970, empiezan a desaparecer todas las salinas de Lanzarote". "Las del Río, con sus más de cinco siglos de historia, se paralizaron definitivamente cuando los pescadores de La Graciosa abandonaron la práctica de recolectar la sal espontánea de la tajería para la salazón de la sardina", se concluye.
