Los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo siguen pagando por el alquiler de un local en el puerto ilegal de Marina Rubicón, pese a que el pleno de la institución aprobó a finales de julio una moción de Podemos instando a rescindir el contrato. Tres meses después de aquel acuerdo, el pasado mes de octubre, el consejero delegado de los CACT, José Juan Lorenzo, anunció que se estaba "ultimando" un convenio con el Ayuntamiento de Yaiza para trasladar la oficina del museo submarino al Castillo de Las Coloradas y cumplir así con el mandato plenario. Sin embargo, cuatro meses y medio después de ese anuncio y más de siete tras el acuerdo plenario, el traslado sigue sin producirse, tal como ha confirmado la institución en respuesta a una pregunta registrada por Podemos.
"Es una tomadura de pelo", considera el consejero de la formación morada, Carlos Meca. En la respuesta dada por escrito a Podemos, el consejero de los Centros Turísticos, Echedey Eugenio, señala que "sí" se sigue pagando el alquiler por la oficina del Museo Submarino en Marina Rubicón. En cuanto al traslado, se limita a señalar que se hará "tan pronto como se disponga de un local adecuado a las necesidades de la actividad", sin ni siquiera mencionar lo anunciado por Lorenzo en cuanto al Castillo de las Coloradas.
"No puede ser que se tome el pelo de esa manera a los ciudadanos. Se acordó dejar de pagar a un puerto cuyos propietarios sobornaron al alcalde, y ahí seguimos todos los meses pagando religiosamente un dineral por un local, que ni siquiera está clara su necesidad, porque estamos hablando de que es una oficina de información del Museo Submarino, porque las entradas se compran en los clubes de buceo, así que de alguna manera se puede decir que estamos pagando por nada", ha señalado el portavoz de Podemos en el Cabildo, Carlos Meca, recordando que se da la "casualidad" de que "el puerto pertenece a la familia del consejero delegado de los Centros Turísticos".
Así, Meca ha criticado que "se siga manteniendo una situación absolutamente vergonzosa" con "la manida excusa de que no encuentran local". "Por lo visto en Playa Blanca no hay ningún local a día de hoy que reúna las condiciones para ser oficina del Museo Submarino y única y exclusivamente sirve el de Marina Rubicón", ha apuntado.
Los CACT llevan pagando a Marina Rubicón desde 2015
Hay que recordar que el contrato con Marina Rubicón se firmó en el año 2015 para alquilar dos locales que sirvieron de taller a Jason deCaires mientras elaboraba las figuras del museo submarino. Sin embargo, meses después de que estuviera ya inaugurado, los Centros seguían pagando por esos locales y deCaires continuaba utilizándolos para realizar otros trabajos privados. El pasado mes de abril, los Centros rescindieron el contrato de alquiler, pero el mismo día firmaron otro, para seguir alquilando uno de los dos locales, que fue el que destinaron y siguen destinando a la oficina de información del museo.
Tras presentar hasta en tres ocasiones una moción pidiendo que se instara a los Centros a rescindir ese contrato, Podemos consiguió el apoyo de la mayoría del Pleno el pasado 28 de julio, al sumar al respaldo que venía teniendo de Somos Lanzarote y el de Ciudadanos también el del PSOE, que cambió el sentido de su voto al ser ya firme la sentencia del caso Yate que declaró ilegal ese puerto y consideró probado que sus dueños sobornaron al ex alcalde de Yaiza, José Francisco Reyes, para obtener ésa y otras licencias ilegales.
En aquella sesión, el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, dejó claro que el grupo de gobierno no tenía intención de acatar ese mandato ni de abandonar los locales de Marina Rubicón pero en octubre, tres días antes de que el pleno debatiese la moción para apartar a José Juan Lorenzo del cargo de consejero delegado de los CACT, éste anunció que los Centros iban a abandonar el local que se estaba pagando en Marina Rubicón y que la oficina del Museo Submarino se instalaría en el Castillo de Las Coloradas. Sin embargo, ahora se ha confirmado que algo más de cuatro meses después, los CACT siguen pagando por el local en el puerto ilegal.