"Somos 7 viviendo del quiosco y nos quedamos en una situación terrible"

La familia que regentaba el quiosco de El Reducto dice que intentó regularizarlo desde 2010, pero el Ayuntamiento "nunca" contestó

El día 17 de abril, a Ángel Manuel Aguilar le llegó un requerimiento del Ayuntamiento de Arrecife, en el que se instaba al cierre del quiosco que regentaba su padre junto a toda su familia desde 1993, en la ...

9 de mayo de 2013 (21:31 CET)
La familia que regentaba el quiosco de El Reducto dice que intentó regularizarlo desde 2010, pero el Ayuntamiento "nunca" contestó
La familia que regentaba el quiosco de El Reducto dice que intentó regularizarlo desde 2010, pero el Ayuntamiento "nunca" contestó

El día 17 de abril, a Ángel Manuel Aguilar le llegó un requerimiento del Ayuntamiento de Arrecife, en el que se instaba al cierre del quiosco que regentaba su padre junto a toda su familia desde 1993, en la playa de El Reducto. "Podían sancionarme hasta con 30.000 euros así que lo cerré", asegura. El quiosco, según reconoce, no tiene ningún tipo de documentación ni contrato con el Ayuntamiento.

Desde la muerte de su padre, Ángel Manuel Aguilar ha intentado regularizarlo, pero el Consistorio "nunca" le ha contestado. Lo primero que le ha llegado ha sido la exigencia de cierre de esta instalación. "Somos siete viviendo del quiosco, algunos de ellos enfermos crónicos, y un menor de 6 años, que nos quedamos en una situación terrible", lamenta.

Aguilar explica que en 1993 se construyó este quiosco de madera por parte de los operarios del Ayuntamiento. "Mi padre llevaba con un quiosco en El Reducto desde 1988 y cuando lo cambiaron por el de madera, se instaló ahí", señala. Desde entonces, toda la familia ha vivido de la explotación de este espacio. "He tenido la oportunidad de hablar con José María Espino, el alcalde que le concedió la autorización a mi padre. Pero él no se acuerda de nada, cree que fue un contrato verbal, pero no se acuerda de que hubiera nada escrito", asegura.

Por ello, sabe que lo tiene "muy complicado" para poder seguir regentando este espacio. Aguilar se enteró de la situación en la que se encontraba el quiosco tras la muerte de su padre. "Nosotros seguimos trabajando como lo habíamos hecho siempre. Yo, incluso, dejé los estudios para ocuparme del quiosco. Y le pregunté a mi madre dónde estaban los papeles. Los buscamos, pero sólo encontramos facturas y documentos que mi padre había enviado al Ayuntamiento", señala.

"Jamás nos contestaron a los intentos de regularización"

Ante esta situación, intentaron regularizar el quisco y pidieron al Ayuntamiento si tenía algún papel sobre este espacio. "Nunca nos respondió. Jamás nos contestaron a los intentos de regularización", lamenta. Y, tres años después, le ha llegado el requerimiento de cierre.

"Primero me pidieron la documentación y yo presenté alegaciones que no fueron contestadas. Luego me llegó el requerimiento de cierre. Y ayer mismo (por este miércoles) me enviaron una respuesta por fin, en la que decían que no tenían ningún documento sobre el quiosco, que no existía un contrato o convenio con el Ayuntamiento que avalara la explotación de esta actividad y que tras la muerte de mi padre yo me encontraba explotando la actividad en precario, debiendo abandonarla cuando me lo requiriera el Ayuntamiento", explica.

Así, reconoce que ha estado regentando este quiosco de "forma irregular", pero asegura que ha intentado regularizar la situación "y no ha podido". "Yo quería asegurar el local, no he sido un dejado, he intentado buscar soluciones. Incluso, pedimos una cita con el entonces alcalde, Cándido Reguera, pero nunca nos la dieron. También he pedido ahora cita con elactual alcalde, Manolo Fajardo Feo, pero me han apuntado en una base de datos y ahí sigo esperando. Igual me llaman para la siguiente Alcaldía", lamenta.

Este hombre tiene claro que el Ayuntamiento lo que pretende es "sacarle beneficio a este quiosco", algo que no ha podido hacer hasta ahora. "Sé que tienen un proyecto para poner servicios en El Reducto y supongo que a la empresa que se lo adjudiquen le interesará un quiosco. Sus intenciones son sacarlo a concurso y a mí no me dan ninguna opción", insiste.

Según explica, el quiosco les daba "como mucho para vivir". "El nivel económico que tenemos es muy mínimo para poder subsistir, porque las cajas que hacemos no son de 100 euros diarios, sino de 15 euros nada más", afirma. Incluso, Juan Manuel Aguilar tuvo que quitar la terraza porque no podía afrontar el pago del impuesto.

"Comíamos de este quiosco"

Pese a que los ingresos eran bajos, esta familia vivía del quiosco. "Tirábamos, escapábamos, para hacer la compra del día a día. Pero ahora nos encontramos en una situación complicadísima. Gracias a la pensión de mi madre de momento para comidas tenemos, pero llegará un momento en el que se empiecen a acumular las facturas, que no vamos a poder pagar y en la isla no hay trabajo ninguno", afirma.

Aguilar asegura que está "a punto de coger una depresión". "Tengo una impotencia que no veas, porque me está afectando muchísimo. Me veo en una situación muy chunga, porque dejé los estudios para ocuparme del negocio familiar", insiste. Además, tampoco tiene dinero para acudir a los tribunales. "Me encuentro en una situación económica que no puedo ni defenderme", afirma.

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