Los cinco agentes de la Policía Nacional detenidos la pasada semana por haber participado presuntamente en una agresión en Arrecife a los hermanos Yari y Nelson Lemes en dependencias policiales han puesto a la comisaría, que ya cuenta con precedentes en este mismo sentido, en el punto de mira.
En el año 2007, dos agentes de la Policía Nacional, uno de ellos con orden de búsqueda y captura actualmente, fueron condenados a ocho años y seis meses de prisión por delitos contra la integridad moral, detención ilegal y falsedad en documento oficial, además de una falta de lesiones, mientras que otro agente fue condenado, años antes, a tres años de prisión y diez años de inhabilitación por un delito de detención ilegal e, igualmente, una falta de lesiones.
Las detenciones llevadas a cabo la semana pasada se produjeron tras una investigación llevada a cabo por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Las Palmas tendente al esclarecimiento de los hechos, tras la denuncia presentada por los hermanos Yari y Nelson Lemes en el Juzgado número 8 de Arrecife. "Ahora, "hay que esperar a lo que diga la Justicia", tal y como ha señalado el director insular de la Administración General del Estado, Carmelo García Déniz.
Todo parece indicar que la decisión de arrestar a los agentes viene propiciada por la existencia de cámaras de seguridad en las dependencias policiales, de forma que se podrían haber recogido parte de los hechos que sucedieron en el parking de la comisaría, según señalan fuentes cercanas al caso. Ahí, según asegura Yari Lemes, le "pegaron una paliza" y, además, volvieron a arremeter presuntamente contra él, propinándole "otras dos en los calabozos".
Por su parte, la Jefatura Superior de Policía de Canarias ha procedido a la urgente incoación de procedimiento formal disciplinario y ha suspendido de sus funciones de forma cautelar y provisional a los dos agentes detenidos que ya han prestado declaración ante el juez. Sin embargo, hasta el jueves pasado, cuando fueron detenidos, todos habían continuado en sus funciones, pese a que los hechos se produjeron el miércoles de la semana anterior y ya había una denuncia en el Juzgado. "Desde la Policía se abrió una investigación y cuando se tuvo los datos suficientes se suspendió de forma cautelar a estas dos personas", afirma Carmelo García Déniz. "Yo creo que se ha hecho lo debido", añade, apuntando que en los tres años que él lleva en su cargo es "el primer caso que se produce de este tipo". "Yo creo que la Policía Nacional ha demostrado en este tiempo no sólo su eficacia sino el buen trato aunque si se confirmasen los hechos desde luego no es lo deseable de la actuación de la Policía Nacional", señala el director insular de la Administración General del Estado.
En la denuncia, los dos hermanos aseguran haber sido agredidos por varios agentes de la Policía Nacional, tras ser detenidos en el parque de los Pinos de Titerroy, donde se encontraban "ajustando cuentas" con otro grupo de jóvenes. Según sostienen, fueron trasladados a dependencias policiales, donde les "golpearon con puños y porras", aunque, según la versión recogida en el atestado policial, "ambos se resistieron a ser detenidos y golpearon a los agentes", por lo que la Policía les acusa de un presunto delito de atentado a la autoridad y de lesiones.
Las consecuencias de todo ello, en cualquier caso, lesiones en ambos ojos, perforación en el tímpano del oído izquierdo, así como contusiones en las piernas, las cervicales, el cuello y las muñecas para Yari Lemes, y una pierna rota, lesiones en la mandíbula, la mano, la espalda, el estómago y los genitales para su hermano Nelson.
La Voz ha intentado ponerse en contacto con el comisario jefe de la Policía Nacional, pero sólo ha obtenido esta respuesta por parte de la Jefatura Superior de Policía de Las Palmas: "Siguiendo instrucción de la superioridad y dado el carácter periférico y dependiente de la Administración Central, no se están concediendo entrevistas a título personal".
En busca y captura
Estos hechos ponen bajo sospecha de nuevo a la comisaría de la Policía Nacional en Arrecife, que cuenta con distintos antecedentes en este sentido. Un ex agente de la Policía Nacional destinado a Arrecife, J.R.C., se encuentra en búsqueda y captura, desde que el pasado mes de julio tuviera que haberse presentado en la prisión de Tahíche, tras haber sido condenado en el año 2007 por el Tribunal Supremo junto a su compañero de profesión J.C.E.A., a ocho años y seis meses de prisión, por delitos contra la integridad moral, detención ilegal y falsedad en documento oficial, además de una falta de lesiones por la que J.R.C. también fue condenado a una multa de dos meses.
Ambos fueron juzgados en noviembre de 2007 por reducir, detener y propinar una patada, estando fuera de servicio, al africano George Annan, en el bar "El Linde" de Arrecife. El otro ex agente, J.C.E.A., sí que cumple condena.
Los hechos se sucedieron en la madrugada del 5 de noviembre de 2005 cuando los agentes que iban "de paisano" se toparon con George Annan y otro compatriota suyo en un bar, lo que provocó que, entonces, se abriera todo un debate acerca de si los agentes debían intervenir estando fuera de servicio y las consecuencias que su intervención podría tener, llegando a poner, encima de la mesa, por parte de los sindicatos policiales, "la existencia de un vacío legal" que propiciaba que muchas veces fuera "el policía el que quedase indefenso".
Sin embargo, la sección sexta de la Audiencia Provincial acabó condenando a los dos agentes por unos hechos llenos de "irregularidades", hasta el punto que George Annan fue privado de su libertad sin causa legal que lo justificara y sin que los dos agentes se identificaran en ningún momento. Incluso, los agentes acudieron al médico para justificar una agresión previa del hombre que habían detenido ilegalmente.
Otra condena
Y ésta no es la única vez que un agente de la Policía Nacional ha sido condenado en Arrecife. La anterior condena se remonta al año 2001, en el que el agente Eladio Ratero fue condenado por la Audiencia Provincial de Las Palmas a tres años de prisión y diez años de inhabilitación por un delito de detención ilegal más una pequeña multa por una falta de lesiones, tras una denuncia interpuesta por el periodista Borja Bencomo.
Según relata ahora el propio afectado a La Voz, los sucesos se produjeron en el año 2000, cuando Borja Bencomo y Eladio Ratero tuvieron una discusión en un aparcamiento, porque "el agente tenía el vehículo mal estacionado", impidiendo al periodista poder salir con el suyo. "Entonces me insultó y me pegó un rodillazo en los testículos en plena vía pública", relata el periodista.
Ante estos hechos, Borja Bencomo acudió a interponer una denuncia a comisaría. Allí me intimidó y me dijo que le acompañase abajo, donde empezó a agredirme delante de dos compañeros suyos, sin que ninguno hiciese nada", afirma. Después, Borja Bencomo fue detenido y denunciado por resistencia y desacato a la autoridad, denuncia que fue sobreseída, según informa él mismo.
Asimismo, desde que se sucedieron los hechos hasta la celebración del juicio, Borja Bencomo asegura "haber recibido amenazas por parte de este señor". "Una mujer que iba a ser testigo fue intimidada y no llegó a declarar", añade.
Finalmente, el agente de la Policía Nacional, Eladio Ratero, fue condenado por la Audiencia Provincial de Las Palmas a tres años de prisión y diez años de inhabilitación por un delito de detención ilegal más una pequeña multa por una falta de lesiones. "No se puede generalizar, pero dentro de todos los cuerpos hay guisantes negros", afirma el periodista. "Yo fui injustamente detenido y agredido, hasta el punto que me emparanoié tanto que me fui de Lanzarote", concluye.
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