Adila, la Asociación de Diabéticos de Lanzarote, nació en el año 1984 y el próximo mes de septiembre se planteará su disolución por la falta de presupuesto. Aún no ha recibido las dos subvenciones anuales que le permiten prestar sus servicios.
La Asociación, con más de doscientos miembros, se mantiene gracias a una subvención anual del Cabildo de Lanzarote de 18.000 euros y a otra del Gobierno de Canarias de 10.000. El Cabildo aprobó el mes pasado la subvención, pero aún no ha ingresado el dinero, y el Gobierno la concedió en enero, pero pide que presenten gastos para reintegrar el dinero.
La mayoría de los servicios de la asociación, de información y asesoramiento, son gratuitos porque los realiza personal voluntario. Adila gasta su presupuesto en organizar un campamento de verano para niños diabéticos y en el sueldo de una psicóloga que también realiza labores administrativas, y es "el punto de referencia de la asociación", según señala Paloma Fernández, miembro de la Junta gestora.
El campamento, con un presupuesto de unos 6.000 euros, que se celebraba todos los años la última semana de junio, no se ha hecho por falta de dinero. Fernández afirma que el Cabildo aseguró que el dinero se iba a otorgar "pero no demostraron que la subvención estaba aprobada ni cuándo se iba a cobrar, así que no nos hemos sentido con la seguridad de recibirla", señala, y no se han arriesgado a endeudar a la asociación.
Dos décadas de historia
Este campamento se celebraba hace más de veinte años y era una oportunidad para que los niños diabéticos disfrutaran al tiempo que contaban con personal sanitario que velaba por el control de su enfermedad aprendiendo buenos hábitos. También servía según, señala el padre de uno de los niños "para que vieran que no son raros y que hay niños iguales que ellos".
Por su parte, el Gobierno de Canarias pide a la asociación que presente facturas para que les reintegren el gasto. Según Fernández, la asociación no tiene capacidad de gasto. "Hemos presentado una reclamación diciendo que podemos presentar presupuestos y justificar después los gastos pero no adelantar el dinero", señala.
La subvención del año que viene será igual de complicada ya que tendrán que presentar los gastos de este año, que no los han realizado, para recibir el dinero. La Junta directiva dimitió por esta situación, por la falta de fondos, y ahora hay una Junta gestora que en septiembre decidirá si la asociación, con 26 años de antigüedad, continúa. "Necesitamos fondos para romper este círculo", asegura Paloma Fernández. A la psicóloga contratada por la asociación desde hace tres años le tuvieron que rescindir el contrato el mes pasado por la falta de dinero.
ACN Press