Fernando Fernández, eurodiputado y ex presidente de Canarias

"Excepto cuando se apuntan a lo bruto, el PP y el PSOE no son tan distintos"

"Con Manuel Medina hemos trabajado juntos respecto a España y en los temas de Canarias. En política europea, o coincidimos o no se hace nada"

2 de febrero de 2009 (23:09 CET)
Excepto cuando se apuntan a lo bruto, el PP y el PSOE no son tan distintos
Excepto cuando se apuntan a lo bruto, el PP y el PSOE no son tan distintos

En los 14 años que lleva en el Parlamento Europeo, ¿Canarias ha estado presente?

Todo lo que se ha hecho en Canarias ha pasado por nuestras manos, hemos sido ponentes de todo. Lo más relevante y primero en el tiempo fue la aprobación del Poseican, que fue en el 91. Después vino el estatuto, el artículo 299, Maastricht y luego Niza. Esto fue lo sustancial, sin olvidar todo lo referido al REF, ayudas de estado y las normas de la competencia, que ha salido bien y que hemos llevado "a pachas" entre Manolo y yo. Además, yo fui ponente del tema de la OCM del plátano durante muchos años, hasta que dejé de preocuparme por discrepancias graves con los representantes plataneros canarios.

¿Qué tipo de discrepancias?

Creo que no siempre lo hicieron bien. Se gestionó bien durante muchos años, pero al final eligieron una estrategia equivocada y los resultados me están dando la razón. Los problemas actuales son consecuencia de los errores de enfoque que tuvieron hace cuatro años.

Habla de trabajo en común entre Manuel Medina y usted, pese a que pertenecen a partidos distintos. ¿Tan diferente es la forma de hacer política en Europa?

Trabajamos juntos respecto a España y en los temas de Canarias. No tenemos discrepancias. Se trata de llegar a acuerdos para hacer cosas, es el enfoque de lo que hacemos aquí. En Canarias y España hay gobierno y oposición, pero aquí defendemos temas españoles como españoles y temas canarios como canarios. En general, en este Parlamento no hay un gobierno y una oposición. Hay una comisión que representa a todos los gobiernos, de derechas o izquierdas, y todos tratamos de llegar a acuerdos para sacar adelante los acuerdos que han hecho posible la Unión Europea. Una dinámica completamente distinta, donde se buscan puntos de encuentro y no discrepancias.

Pero con las diferencias que mantienen el Partido Popular y el PSOE en España, ¿no hay temas en los que mantienen líneas opuestas también en Europa?

Excepto cuando se apuntan a lo bruto, en realidad el PSOE y el PP no somos tan distintos. En cuanto a política europea, o coincidimos o no se hace nada, porque Europa está hecha con consensos, y sin los partidos de derecha e izquierda no son posibles las mayorías. Nuestro objetivo es buscar un denominador común que nos permite estar juntos. Esto hace que, a veces, Europa no se comprenda bien, porque pretendemos englobar a cuantos más mejor, lo que hace que los textos sean farragosos, que haya muchas enmiendas y existan traductores especiales para expresar lo que queremos decir, por lo que el vocabulario europeo es poco comprensible para el ciudadano común.

De hecho, pese a tener dos eurodiputados, en Canarias se habla poco de su actividad en el Parlamento. ¿No se transmite bien lo que se hace?

No tengo la sensación de que estemos poco en los medios. En los últimos dos años estoy lejos de los medios escritos, pero participo en la radio y en cadenas de televisión, aunque normalmente me escondo de los periodistas y no es habitual que realice entrevistas. No busco estar en los medios, y además los temas canarios son una pequeña parte de los que hacemos. Manolo hace temas jurídicos de la Unión Europea que poco tienen que ver con Canarias. Yo trabajo en política exterior, donde he hecho, aparte de los temas canarios, informes muy importantes sobre los bosques tropicales, que no se supo en Canarias pero sí se conocen en la Amazonia peruana y en África. También hice otro informe sobre la pobreza en el mundo.

¿Cómo es el día a día de un eurodiputado?

A Estrasburgo venimos sólo una vez al mes, pero esa semana trabajamos de sol a sol. Los plenos se celebran hasta las doce de la noche y como los temas canarios se tratan tarde, muchas veces nos quedamos hasta esa hora. En Bruselas, en cambio, quizá al mes estamos más días, pero son menos horas. De todas formas, yo a Bruselas voy a hacer mi trabajo y me voy. Es un clima horrible. Además, desde hace tiempo me centro en temas de América Latina y eso me hace ir mucho allí. Por ejemplo, a primeros de noviembre estaba en Méjico, la semana siguiente en Chile y después tuve que venir a Estrasburgo. También tuve que viajar a Venezuela durante las elecciones, ya que soy del grupo de observadores de la Unión Europea. Viajé un jueves y volví un lunes, así que, que nadie piense que es turismo. Llegar a Venezuela después de diez horas de avión y regresar después de tres días, no es turismo.

Ha pasado por muchas etapas en su vida política, incluso la de presidente del Gobierno de Canarias, ¿con cuál se queda?

La más gratificante para mí sin duda fueron mis primeros años en la política canaria, del 82 al 87, cuando trabajé en hacer un partido político nuevo, el CDS. Fueron los años más gratos en mis recuerdos porque trabajé mucho, viajé por todos los pueblos de las islas, era un partido con mucha gente y mucha ilusión, con más ilusión que gente porque era pequeño cuando empezamos. Es un trabajo que recuerdo con mucho cariño, porque me permitió conocer las islas y sus problemas y me llevó a tener amigos hasta en La Graciosa, como Margarona.

¿Y su paso por Europa?

Mis primeros años en Europa fueron también apasionantes, porque para mí que soy un canario de La Palma, era algo deslumbrante. Fueron años fructíferos de trabajo para Canarias, y la propia Unión Europea vivió el proceso del mercado único, llegar al euro? Años de mucho trabajo y muchos frutos. No he citado los años como presidente del Gobierno canario, que fueron los más importantes políticamente. Para mí fue y sigue siendo el más alto honor presidir el gobierno de mi tierra, pero no puedo decir que fueran los años más felices.

Desde Europa, ¿cómo se ve Canarias?

Se ve como un paraíso con un clima magnífico que muchos europeos han disfrutado. Quienes deben conocernos, tienen una idea cabal sobre cómo somos. Somos unas islas que están lejos. Yo siempre dije que en Europa hay 27 regiones insulares, por lo que no tenemos que presentarnos como islas. Grecia tiene muchas islas, Italia también tiene algunas... Nuestra aproximación debe hacerse en términos de lejanía, y la idea ha cuajado tanto que los nacionalistas lo han incorporado a sus logros. Pero el primero que planteó la lejanía como argumento fui yo.

Y desde un parlamento que reúne a todos los países de la UE, trabajando juntos para intentar avanzar, ¿cómo se ven los nacionalismos?

Hubo un presidente nacionalista que estuvo visitando Estrasburgo y tuvo una audiencia con el presidente de la Comisión. Coincidimos en el ascensor el presidente y yo, y me dijo: "amigo Fernández, ¿mañana tiene un momento para que le llame? Explíqueme de qué partido es el presidente de Canarias y qué es eso que me contó" (risas). No se entiende bien el nacionalismo de Canarias. Yo creo que en el archipiélago hay condiciones para que exista un partido nacionalista, pero el problema es que está en manos de personas que no creen en Canarias, sino en un conglomerado de islas. Por eso creo que el nacionalismo ha sido malo. Hemos cometido errores derivados del modelo de desarrollo de las islas. Ni siquiera las islas Hawai tienen la infraestructura que hay en Canarias en aeropuertos, puertos, carreteras, desalinización? Tenemos una tecnología de las más avanzadas del mundo, pero no hemos resuelto problemas como el sistema educativo, que no es de calidad y en algunos aspectos se ha ido deteriorando. Nuestro crecimiento económico no ha sido de desarrollo, sino de desarrollismo. Todo se ha hecho como ha ido saliendo, y como había mucho dinero, muchos se han enriquecido debidamente, y otros indebidamente.

¿Se imagina a Juan Fernando López Aguilar en el Parlamento Europeo?

López Aguilar parece más un justiciero que un político y si su ocupación va a ser insultar y criminalizar al adversario, en el Parlamento Europeo se estrella.

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