Otra historia surrealista. Otra experiencia que jamás podrá olvidar, y que ahora se le ha vuelto a venir a la mente, tras enterarse de la ocupación ocurrida en el barrio de Los Geranios, en Arrecife. Al vicesecretario del Comité Local del PP en Arrecife, David Rodríguez, le ocurrió algo muy similar. Una mujer alquiló una vivienda de su propiedad, ubicada en Argana Alta.
A los pocos días de darle las llaves, esta señora le llamó y le dijo que había cambiado de opinión, y que no le arrendaba el piso. Le devolvió las llaves. Supuestamente. La mujer, de unos 40 años, se hizo una copia, entró en la casa, cambió la cerradura y allí se atrincheró. "Estuve seis meses para sacar a esa mujer de mi piso, que se quedó desvalijado", lamenta David. Encima, tuvo que pagar durante ese tiempo el agua y la luz.
Se quedó con las llaves
Era enero de 2009. David Rodríguez quería alquilar su vivienda y se la enseñó a una mujer, que aceptó las condiciones e inmediatamente entró en el piso a vivir. "De repente me llama, y me dice que se va, que me devuelve las llaves, sin pagarme nada todavía", relata este hombre. Dos días después, David recibe una llamada de la propietaria de la tienda situada debajo del edificio. "Me dice que en mi casa está viviendo alguien. Voy allí y efectivamente, la mujer estaba dentro", cuenta. La señora se negó a irse: "Me dijo que no tenía a dónde ir y que ésta era su casa. Yo no me lo podía creer. Me dijo que si quería echarle que me fuera a la Justicia".
Y, efectivamente, eso hizo David. Pero no sin enfrentarse a una multitud de problemas y obstáculos. Lo primero fue dirigirse a la Policía Local para interponer una denuncia. "Me dijeron que lo único que podían hacer era notificar que vivía alguien en una propiedad que no era suya, pero que tenía que ir a los juzgados a poner una demanda".
Siguiente camino, al Palacio de Justicia, donde se suman las dificultades. "Mi abogado me dice que para poner la denuncia tengo que notificar esta demanda vía notario a la ocupa. Y ahí está el problema. Cada vez que el notario iba a mi casa, la mujer no abría la puerta, así que éste sólo pudo notificar que creía que vivía alguien dentro pero que no podía constatarlo".
Decisión del juez
Tras gastarse "una pasta" en contratar un abogado y en el notario, finalmente se presenta la demanda ante los juzgados, y el juez "declara a la mujer en rebeldía". "Yo pensaba que tras esto, a la señora la desahuciarían y se iría de mi casa, pero nada más lejos de la realidad", indica David.
La sentencia no llegó hasta los tres meses y cuando se produjo, la ocupa abandonó el piso. "Es surrealista. Cuando salió la sentencia, para que yo recuperara mi casa, se le tenía que notificar el fallo a la señora. Pero ésta debió enterarse y se largó de allí corriendo. Entonces, llega lo absurdo. Si ella no recibe la notificación, yo no puedo entrar en mi propia casa", explica.
Finalmente, y tras un largo periplo, David logró recuperar su casa. Eso sí, destrozada. "Se llevó todo. Se llevó los colchones, me desvalijó la cocina, se llevó la lavadora, la secadora, los muebles, las lámparas. Todo. Y lo que no se pudo llevar porque no le dio tiempo, como por ejemplo unos colchones, los rompió. Los rajó con un cuchillo, a mala leche. Me dejó la casa con papas podridas, tenían un gato y estaba lleno de caca por todos lados. La casa estaba asquerosa", dice resignado.
Para presentar una denuncia por robo, David tenía que presentar las facturas de esos muebles para justificar que eran suyos. "Los había comprado hacía más de tres años, ya no tenía ni facturas ni nada". Esta situación le costó a este hombre más de 1.500 euros y la pérdida de todo el mobiliario de la casa.
Reincidente
Mientras todo esto le estaba sucediendo a David Rodríguez, conoció a otro hombre que le había pasado algo muy similar. "Era la misma señora, ya lo había hecho más veces, según me habían contado", denuncia. Por eso, cree que la ocupación sale "muy barata". "No se puede hacer nada, porque la propiedad privada se la pasan por la piedra. Los del caso de Los Geranios, en Arrecife, lo van a tener difícil y complicado y van a tener que esperar mucho para poder sacar al matrimonio de su casa".
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