Ante casos de reciente actualidad en el que se han visto implicados menores, como es el caso de Marta del Castillo, el decano del Colegio de Abogados de Lanzarote también manifestó su preocupación por este tema. "Cuando uno ve a los menores que no tienen la convicción de que lo que han hecho está mal, sino que entran en el Juzgado poco menos que sonriendo de su situación, me preocupa y mucho, porque ésa es la gente que va a asumir las responsabilidades del futuro, no sólo en esta isla sino en todo el Estado", señaló Torres Stinga.
Y, como ejemplo de ello, relató la siguiente historia: "Me decía un compañero hace unos días que estaba llamando a un menor porque tenía un juicio con él y le contestó que no podía ir a reunirse con el abogado porque estaba durmiendo. Es así de triste".
Torres Stinga cree que el problema reside en "la educación" y en "la imagen que los adultos estamos dando a los menores". "Jurídicamente, lo que se puede hacer es aplicar las penas. Si usted ha cometido un robo con menos de 18 años, tendrá una libertad vigilada o ingresará en un centro cerrado, pero de reinserción, que es lo que dice la Constitución, nada de nada. Ni se reinsertan en prisión ni en los centros de menores. Es así de duro, pero estamos creando monstruitos", añadió.
"Estamos viendo como menores delinquen un día y otro día y al tercero ingresan en Valle Tabares o en el otro centro, en Tenerife, pero cuando salen vuelven a hacer lo mismo, porque no tienen ninguna expectativa. A ese señor se le pone en la calle y tampoco creo que haya que darle un puesto de trabajo, pero sí facilitarle, que desde luego ya tiene la estampita de que ha estado en un centro de menores y no se le van a facilitar las cosas", concluyó Torres Stinga.