Es, en estos momentos, la "opción más probable", que se llevará a Pleno la próxima semana, según el alcalde de la capital, Enrique Pérez Parrilla, después una campaña en la que mostró su "oposición al documento" y prometió "echarlo abajo" en 48 horas, si finalmente gobernaba en la capital. Finalmente gobernó y aunque no será en ese tiempo, y todavía no se sabe exactamente qué trámites se van a seguir, lo cierto es que el Plan sigue sin echar a andar.
Y después qué?
Los informes jurídicos ya están elaborados, y Enrique Pérez Parrilla asegura que es posible suspender el acuerdo plenario que se tomó el pasado mes de marzo para aprobarlo inicialmente, aunque fuentes del grupo redactor aseguran que no conocen que se haya hecho en anteriores ocasiones y ponen en tela de juicio que sea acorde a la reglamentación canaria. El alcalde espera ahora el informe de la Secretaria para convocar el pleno.
En principio, si queda anulada esta aprobación inicial, se volvería al paso previo, es decir, al avance del Plan. Una especie de "declaración de principios" del planeamiento, que es lo que se ejecuta en la aprobación inicial. A partir de aquí nada está decidido, como tampoco lo está si el trabajo que ahora se inicia lo llevará a cabo el grupo redactor encargado del Plan y liderado por Fernando Senante u otro equipo.
Esto abre otra nueva incógnita porque en el caso de que se cambie de equipo, habría que convocar un concurso público para adjudicar el proyecto, lo que ampliaría de nuevo los plazos. Pero al margen, de quien elabore el plan, a priori, existen dos posibilidades para el grupo de Gobierno. O bien rehacer un nuevo documento a partir del avance y de las alegaciones que se han presentado a esta aprobación inicial, que ya estaría suspendida, pero cuyas reclamaciones se podrían aprovechar; o bien "empezar de cero", es decir, volver a redactar un avance y volver a aprobarlo de forma inicial.
La decisión final se tomará, según Pérez Parrilla, "desde el punto de vista urbanístico en la medida en que sea posible hacer un buen plan y por el tiempo que se gane. Analizar si merece la pena empezar de nuevo", porque a estas alturas los plazos aprietan. Y es que con la revocación de la aprobación inicial, volvería a abrirse un plazo para volver a realizar este trámite, y por el momento "ya se ha consumido demasiado tiempo", según el alcalde.
Abierta la veda para construir
Estos interrogantes han motivado que la oposición no confíe en los planes del grupo de Gobierno para el Plan. Ni por parte de quienes lo apoyaron en su momento, ni por parte de quienes ahora apoyarían la "paralización de la aprobación inicial", porque creen que no tienen claro hacia donde quiere ir.El grupo de Alternativa Ciudadana estaría dispuesto a apoyar la paralización, pero en cambio no aprobaría la mera modificación del planeamiento.
La oposición pide que se especifiquen los términos del futuro del plan, y no quiere posicionarse hasta que no se plantee sobre papel el acuerdo exacto que se quiere llevar al próximo pleno. Por otra parte, están los que han empezado a alertar sobre las consecuencias de su paralización.
El concejal popular, Cándido Reguera, exige que "se plantee un modelo alternativo", antes de paralizar una aprobación que ha permitido suspender la concesión de licencias por un año. "Es fácil decir yo quiero una gran ciudad. Pero dígame cómo. Hay que explicarlo. Ahora va a estar vigente el anterior plan y la gente va a construir. ¿Y qué margen de maniobra tienes después para corregirlo?. Esa es la gran demagogia que ha utilizado", critica Reguera.
Enrique Pérez Parrilla reconoce que la "revocación" eliminaría de forma automática la suspensión de licencias, pero no considera que "haya que echarse las manos a la cabeza", porque "los desaguisados se han hecho en años anteriores", argumenta el actual alcalde. Y es que cuando el avance se aprobó en 2002, se inició una suspensión de licencias que duraba un año y que caducó al no tramitarse el plan.
En su momento, se pidieron prórrogas pero como el plan seguía parado, la suspensión quedó anulada y se abrió un espacio de tiempo en el que se concedieron licencias y "se construyó en zonas ajardinadas a pesar de que se conocía el plan", argumenta Enrique Pérez Parrilla. "En lo que quede por delante no sé si quedará algún desaguisado más por hacer".
A contrarreloj
Esta vuelta atrás, volvería a dejar vigente el Plan de Ordenación General con la última adaptación que se aprobó este año. La decisión, que tiene que tomarse a contrarreloj, de nuevo abriría un plazo o bien para su aprobación inicial, y nueva exposición pública, lo que podría dilatarse en el tiempo en el caso de que se recibieran alegaciones sustanciales, ya que habría que volver a sacarlo a exposición; o en su defecto se iniciaría un proceso nuevo. En este caso, el concejal de Alternativa, Ginés Quintana especifica que no sería partir de cero, porque ya hay un trabajo hecho de planimetrías, fotos, estudios de campo, cartografías, etc. que se puede aprovechar.
Por cualquiera de los dos caminos, el documento retomaría otra vez la situación en la que está actualmente, antes de que llegue el próximo pleno. Es decir, a falta de la aprobación provisional y definitiva. Algo que Enrique Pérez Parrilla quiere que se tramite en dos años. Pero de momento, el nuevo grupo de Gobierno está a punto de cumplir una amenaza, que había advertido a María Isabel Déniz cuando llevó el documento al Pleno, y que vuelve a dejar plantado el Plan de Arrecife.