Bruno Nazzareno baja a lo tangible para pintar lo inmaterial. Desciende a la tierra y toma las flores, los cactus para acceder a lo que sueña el ser humano y lo dibuja como una fantasía que aflora de las cabezas de las personas, como lo hacen las plantas en la naturaleza, a la que ama. Ama y utiliza porque se sirve de ella. Lanzarote tiene ese patrimonio natural donde se inspira para cultivar sus cuadros, y ahora sus esculturas. Cambió su residencia en el Castillo de San Giorio, en el Piamonte, Italia, por esta isla en la que se ha propuesto escribir la verdadera historia de su vida.
Es, ante todo pintor, pintor de sueños, pero Bruno sucumbe a cualquier expresión que pueda convertirse en arte, como la música. Por eso, también, compone y canta. Ahora ultima un proyecto en el que ha creado dos canciones que tienen de nuevo la esencia de Lanzarote. "Una promesa" yun "Perfume". Pretensiones y aromas de la isla que ha plasmado en este nuevo disco. Ya lleva siete, que grabó en Italia.
Sus obras manan un sello inconfundible. Él lo sabe y a través de ellas se presenta. Cree que para conocer al artista hay que "entender su mensaje". Pero Bruno se ofrece a explicarlo en su Galería de Arte de Punta Mujeres donde expone su idiosincrasia y la de más artistas italianos que este verano estarán en Lanzarote de su mano. "Yo espero que la gente, sobre todo, conozca mi modo de vivir. Cuando vienen a la galería además de mirar mis cuadro, puedo hablar con ellos y explicarles lo que hago". Para los meses de julio y agosto tiene previsto explicarlo también a los más jóvenes de la localidad y de Arrieta, en unos cursos de arte expresiva, que impartirá de forma gratuita. Lección 1: ¿dónde habitan los sueños para pintarlos?
Vino a Lanzarote para pintar, ¿qué le dio la isla para quedarse?
Conozco Lanzarote por un amigo, Ángel Marín Hernández, que trabaja para la televisión. Siempre me propuso que viniera a la isla, porque suponía que me iba a gustar. Por la pintura. Tiene emociones nuevas y un fuerte magnetismo. Estuvo acertado. Hace tiempo que quería venir, pero vivía en un Castillo en Italia y tenía que venderlo. Era muy grande, pero también era muy frío. Estaba situado en la montaña y llovía y nevaba mucho. Aquí en Lanzarote el clima es diferente y es mucho mejor para crear. Me favorece el buen tiempo porque soy un amante de la naturaleza. Aquí protejo la naturaleza. El hombre está siempre construyendo y no se preocupa. Hay demasiada urbanización.
¿Y utiliza su pintura para denunciarlo?
Por supuesto, mi pintura también es un modo de reivindicación. Por eso pinto los cactus dentro de la jaula. Representa la fuerza que tienen de salir hacia fuera, por hacerse sentir y escuchar a aquella gente que está preocupada por la naturaleza, porque ésta está siempre al límite por culpa del hombre. Si no se protege la naturaleza, puede haber problemas, porque se revela.
¿Qué aporta Lanzarote a la creación de sus obras?
Lo que me ha fascinado de Lanzarote son los colores que van cambiando con el transcurso de las horas, su intensa luz y el fuerte magnetismo que me ha envuelto emotivamente. Aquí en Lanzarote, he encontrado la justa dimensión para poder pintar la verdadera historia de mi vida.
Se define como un artista poliédrico expresionista
Soy poliédrico porque trabajo en todo lo que se puede transformar en arte, en música, poesía, pintura... Aunque soy, sobre todo, pintor, pero también soy músico. Compongo y canto. En Italia he grabado siete discos. Me defino como expresionista porque es lo contrario del impresionismo. Es el pintor de un sueño. Yo sueño deseos, pasiones, naturaleza? Todo el ideal de un hombre, que está sobre su cabeza, sobre su pensamiento y se convierte en un sombrero.
¿Y cómo se pinta un sueño?
Con muchos colores, con la fuerza de la naturaleza. Hay captar el modo psicológico y los impactos. Gracias a la fascinación que tiene esta isla, he resuelto modificar mi forma de contar lo cotidiano y el sueño que lleva al hombre a su realización interior, pintando sueños de luz y color: cactus, flores, que nacen sobre la cabeza de la gente, como recuerdos. Para ello, en mi pintura utilizo todo tipo de materiales, aunque sobre todo pinto en acrílico, pero ahora estoy realizando esculturas con piedra de las playas de Lanzarote y las pinto, las encajo tornillos, son como un puzzle.
¿Cómo definiría su obra? ¿Cuáles han sido sus influencias?
Mi obra es muy diferente al resto de artistas. Cuando uno mira un cuadro mío entiende enseguida que es de Bruno Nazareno porque tengo un modo diferente a otros. Pero he aprendido mucho de los artistas españoles como Picasso y Dalí.
¿Cómo mide el éxito de uno de sus cuadros?
Yo prefiero que quede en la memoria de la gente que los ve, más que venderlos, aunque aquí el Lanzarote he vendido ya 100 cuadros. Aquí me han recibido muy bien. He percibido que la gente de la isla se empeña en sacarle el mensaje a mis obras.