Que durante la Navidad celebramos algo, parece claro. Los encuentros con la familia, con los amigos e incluso con los desconocidos, se multiplican, las calles se acicalan, se canta, se baila y se dispara un afán dadivoso, necesario en la solidaridad pero, a menudo, incontrolado en las tiendas. Lo que no parece tan claro es qué celebramos y aunque el hedonismo de la condición humana haya convertido en insignificante el motivo, Antonio Perera, párroco de la Iglesia de San Ginés, confiesa sentir pena al ver que el origen de la Navidad "no se tiene en cuenta". Pronunciamos "Navidad" como si fuera un término surgido de la nada. Sin embargo, tiene su etimología y por lo tanto un significado. Navidad proviene del latín "natividad", de nacimiento. Y es que alguien nació hace más de 2000 años. Antonio Perera reflexiona sobre el cambio en la celebración de estas fechas, en lo que es también una reflexión de la sociedad.
¿Se está paganizando La Navidad?
En parte sí, porque el objeto de las fiestas ya no es Jesús sino el consumismo exuberante o estos dioses que también tenemos delante como el bienestar o la comodidad. La Navidad tiene un origen religioso, pero no se está perdiendo el sentido, sino que hay otras prioridades en las que las personas lo van centrando. En la sociedad hay unas personas que seguimos creyendo en Jesucristo y por lo tanto celebramos ese acontecimiento desde ahí. Desde la conmemoración del nacimiento de Jesús, como salvador, como redentor del mundo. Otras personas, en cambio, lo celebran igual haciendo referencia en otros aspectos ya sea como fiesta social, familiar o ambiental.
Pero no es negativo, sólo distinto, aunque da pena que el motivo de la navidad no se tenga en cuenta. Es normal que pueda ocurrir, porque en una sociedad tan revuelta la cuestión de la fe no está tan clara. No porque la gente sea mala sino simplemente porque no la ven o porque no han tenido medios para acceder a esa fe con claridad o porque les supone un esfuerzo. Yo creo que lo que hay que tener en cuenta es que ha habido un cambio socio político muy fuerte y eso influye en la parte religiosa.
Hay un gran desconocimiento sobre los orígenes de estas fechas. ¿Nos puede explicar su procedencia?
La Navidadasí como la estamos viviendo y celebrando a nivel de liturgia, se celebró siempre en la Iglesia. En cambio, en cuanto a las manifestaciones plásticas como pueden ser los Belenes fue a partir de San Francisco de Asís, en el siglo XIII, cuando en su ruta Porciúncula empezó a escenificar con piedra y barro lo que luego fue el Belén. Esta manifestación se fue extendiendo. Junto con esa expresión plástica había unas manifestaciones de tipo auto sacramental, que era una representación viva de lo que podría significar el nacimiento de Jesús y todo lo que estaba en torno a ese nacimiento como la llegada de los Reyes Magos. Éstas cosas se escenificaban y fue cundiendo profundamente porque lleva unos sentimientos religiosos muy fuertes. Creo que por esto se ha mantenido tanto la Navidad. Y precisamente explotando esos sentimientos llega toda esta explosión de tipo comercial que nos envuelve y aturulla y te ves comprando y dices: ¿para qué?
Usted ha estado también en otras islas, ¿cree que hay poco arraigo religioso en Lanzarote?
Se nota diferencia, pero más por los años. Estuve en Lanzarote en otra ocasión, de 1986 a 1988 y la diferencia de esa temporada hasta ahora es enorme. Desde entonces ha aumentado mucho la población, ahora la gente no se conoce por la calle. Luego, hay una parte de los habitantes, sobre todo, los sudamericanos que tienen una religiosidad muy arraigada. El día 7 hicimos un acto con colombianos que ellos llaman la fiesta de la luz. Yo no quiero exagerar pero había como 500 personas. La impresión que me dio fue muy positiva porque participó la familia al completo, tanto jóvenes y adultos.
Por otra parte, la misa el día de Nochebuena se hace antes de la cena familiar. Esta se hace en sustitución de la misa del gallo. Aunque, creo que en Teguise y Tinajo se celebra más tarde. En las misas tempranas asiste más gente. Pero es normal. Si tú te reúnes con tu familia, has cenado a las 10 de la noche, se han tomado unos vasos de vino y ¿quién sale de casa a esas horas? Sale la gente joven a divertirse. La gente mayor se va a la cama. Pero hay un número, relativamente pequeño, para la población que tenemos, que siempre asiste.
Parece que al final siempre impera la parte más lúdica en los actos de origen religioso, como también ocurre con la tradicional Romería de los Dolores. ¿Por qué cree que ocurre esto?
La romería tiene más un sentido social, de divertimento, que está muy bien. Aunque el motivo es la festividad de la Virgen, para la gente lo importante es vivir el otro aspecto: la caminata, el compartir con los amigos, la verbena. Mucha gente se acerca al santuario, que siempre tiene su espacio. Pero lo más atrayente no está en la imagen de la Virgen sino en una fiesta lúdica.
Aunque se pierda la dimensión de la fe, no se pierde la dimensión de la celebración. A lo mejor no celebras el domingo como día del señor pero sí que lo celebras por otro motivo, por descanso simplemente, o por día de campo o playa, y hay otros cristianos, que lo que le lleva fuertemente a esa celebración es la parte cristiana y pasan de los otros aspectos.
Pero da la impresión de que la comunidad cristiana es la menos protagonista en Navidad. ¿Qué actos organiza además de la liturgia de estas fechas?
Precisamente eso será lo que viva, porque tampoco fue protagonista Cristo. Cristo no vino como un gran líder de tipo social o político, apareció como una persona distinta pero con sencillez y con humildad no fue imponiéndose nunca, fue proponiendo un estilo de vida. Yo creo que ahí es donde está la realidad de la comunidad cristiana que sin alharacas y sin grandes definiciones sea testigo de lo que cree. Ahí es donde tenemos que profundizar. Pero sin pretensiones de que todo el mundo lo vaya a entender, porque a través de toda la historia nunca todo un pueblo lo ha entendido.
Por otra parte, la Iglesia hace con Cáritas para estas fiestas una campaña de alimentos. Y la gente es muy generosa.
¿Y por qué cree que en Navidad aflora tanto la sensibilidad?
Porque las fiestas tienen un tono religioso y en ese sentido el compartir es un elemento fuerte. Compartes con los que no tienen nada y eso a través de la catequesis a través de la escuela y de la familia se va importando. Y se nota en esa recogida de alimentos. También celebramos un acto precioso con la gente de la calle, tanto en Nochebuena como en Navidad. Los hoteles de Lanzarote nos regalan la cena y nos reunimos en el salón parroquial en torno a las 100 personas. Vienen voluntarios a preparar y servir la mesa. Es un momento que a mi me impresiona. Me impresiona ver qué cantidad de gente está en la calle y, sobre todo, la cantidad de gente en edad muy joven, la mayoría menores de 50 años. Y te preguntas, ¿por qué esta gente está ahí?, ¿qué ocurre en esta sociedad nuestra que va creando este reducto que vive en el vicio de la droga o en otros y no hay medios para que salga, o sobre todo incentivos para salir? Y la verdad es que a mí me impresiona y yo me doy la vueltita por allí y se me pone un nudo en la garganta de ver cómo esta pobre gente come con desesperación, y claro en mi reflexiónpersonal yo me pregunto:¿y si me hubiese visto en las circunstancias de ellos? ¿Qué sería de mí? Yo a lo mejor he tenido oportunidades que ellos no han tenido. Si yo hubiese vivido en el ambiente que ellos han vivido: ¿no sería yo ahora una de ellos?
¿Cree, entonces, que la Navidad es una buena época para reflexionar?
Indudablemente que sí. Hay un dato que se comenta bastante en la Navidad, que es lo que el evangelio manifiesta cuando María llega a Belén a empadronarse, busca alojamiento y no es recibida por ser pobre. Ese rechazo al pobre, al débil, al marginado lo hemos tenido a través de toda la historia de la humanidad. En aquel caso del famoso pleito entre Caín y Abel. Hoy los grandes países ricos van esquilmando a los países pobres y se les explota con otras armas y con otros medios, con los que, después se destruyen entre ellos. ¿Por qué las riquezas del mundo no se comparten de una forma equitativa donde todas las personas que están en este mundo podamos vivir como personas?.
Podemos decir entonces que a pesar de que se haya paganizado la Navidad, el mensaje cristiano queda en el fondo
Yo creo que el sentimiento cristiano hace su gran papel en la Navidad, lo que pasa es que es tan fuerte la fuerza de la sociedad de consumo que lo apaga. Los grandes comercios incluso el estilo que tienen de adornar el Belén, es un estilo opulento. En vez un portal humilde pequeño como una imitación de lo que pudo ser en realidad, exuberante. Pero hay unos sentimientos que si que llegan profundamente. Sentimientos de la alegría, del compartir, de la familiaridad, son sentimientos de gozo, de convivir.