"La problemática de 2006 es mucho peor que la del pasado año". Así de pesimista se ha mostrado el presidente del Consejo Regulador, Miguel Martín, que ha calificado de "un problema terrible para el sector" el excedente de uva de un millón y medio de kilos aproximadamente, que las bodegas no pueden recoger. Los cálculos del fruto sobrante de esta cosecha, coinciden con el excedente del pasado año, que contaba con la ventaja de que las bodegas estaban prácticamente vacías, ya que los tres años anteriores las cosechas fueron malas y además, el Cabildo se hizo cargo en 2005 de parte del excedente, extremos ambos que este año no se dan.
Miguel Martín ha apuntado que en las bodegas de Lanzarote "están llenas" yhay todavía "más de dos millones de botellas del año pasado" porque sólo han salido a la venta un millón trescientas mil, el número de botellas que han sido etiquetadas por el Consejo Regulador.
El Cabildo, conocedor del problema, ha ofrecido a los bodegueros que los dos millones y medios de kilos de uva de los que podrán hacerse cargo las bodegas este año, pueden ser almacenados en el complejo Agroindustrial, lo que supone "unos cuatrocientos mil litros de caldos". Martín ha anunciado que en un plazo de 48 horas, mantedrá una reunión con la presidenta del Cabildo, Inés Rojas, para trasladarle la situación y "que entre todos, Cabildo, ayuntamientos y bodegas, nos involucremos y busquemos una solución".
Mientras buscan soluciones para la cosecha de 2006, los bodegueros creen que hay otros caminos para sacar la uva adelante en los próximos años. Miguel Martín confía en que Inés Rojas transmita el problema al que se tiene que enfrentar el bodeguero de Lanzarote para realizar ampliaciones en sus instalaciones y pide "que se desvincule de las bodegas el Plan Insular de Ordenación, que siempre ha hecho poco caso al sector" al no contemplar el crecimiento de estas instalaciones. "Si las bodegas estuvieran ampliadas, habría un compromiso de recoger más uva".
Pero no es suficiente la ampliación de instalaciones, que para los miembros del Consejo Regulador debe ir unida a unas cosechas estables, que les asegure todos los años obtener suficiente uva para poder buscar mercados. "Hemos tenido años de grandes cosechas entre 1997 y 2000, malísimos resultados entre 2001 y 2004 y ahora, volvemos a tener grandes cosechas", recordaba Miguel Martín, agregando que "ningún bodeguero puede comprometerse a hacer una promoción fuerte porque las cosechas son inestables".
La solución a este problema, según el Consejo Regulador, estaría en el "riego de choque", una práctica prohibida en los estatutos de la institución del vino en Lanzarote, pero que ya ha solicitado el cambio en sus documentos a la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias para poder regar, de manera "puntual y muy controlada", las parras en épocas de sequía y olas de calor, con el fin de que la uva no se pierda y todos los años haya cosechas más igualitarias. Este es, según Martín, el factor que "permitiría a las bodegas apostar fuerte por la promoción para buscar nuevos mercados".