"El agua es vida, es materia prima, es energía, es un camino de unión entre pueblos y regiones, es germen de civilización y fuente de cultura. Es, ante todo, un símbolo de universalidad". La afirmación forma parte del discurso con el que se justifica la celebración de Expo Zaragoza 2008, dedicada al Agua y Desarrollo Sostenible. Y Lanzarote tiene mucho que decir al respecto.
La sociedad lanzaroteña tradicional concibió siempre el agua como un bien otorgado por la naturaleza que debía ser compartido. Su escasez obligó tanto a la solidaridad como al ingenio, al forzar a los conejeros, hasta no hace tanto tiempo, a idear fórmulas para su almacenamiento, conservación, manipulación y distribución. Todavía hoy nos admiramos ante la inteligencia con que se dibujaron sobre el paisaje insular gavias, acogidas y maretas, obras de ingeniería civil que mantendrían intactas sus posibilidades de uso en caso de que fuera necesario.
Toda esta sabiduría ancestral ha sido recogida por los técnicos del área de Patrimonio Histórico del Cabildo en un libro que verá la luz en próximas fechas y que será presentado en la Expo de Zaragoza, donde estarán presentes entre 70 y 90 países, además de organizaciones internacionales, no gubernamentales, empresas y más de seis millones de visitantes. Según aclaró el consejero de Política Territorial, Medio Ambiente y Patrimonio Histórico del Cabildo, Carlos Espino, "el libro no aspira a convertirse en manual para resolver la falta de agua en la Isla, pero la sabiduría tradicional sí nos enseña la importancia de atender a esta realidad con un enfoque integrador desde el punto de vista social, económico y cultural. La construcción de gavias, nateros o traveseros protege el suelo, soluciona la pendiente, evita la desertificación, rentabiliza la captación del agua de lluvia, y contribuye a la producción de alimentos y por tanto, al autoabastecimiento".
ACN Press