"Mientras haya un picudo habrá preocupación en la Consejería", aseveró la titular del departamento, Pilar Merino, quien reconoció que "el objetivo final, la erradicación completa", no se ha conseguido y que por eso sigue en marcha la vigilancia y las trampas.
Hasta el año 2009, según datos de la Consejería, se han inspeccionado más de 120.000 palmeras y aún se siguen detectando palmeras sospechosas, pero Merino asegura que en España Canarias es la única comunidad que lucha contra el picudo rojo, lo que hará que las Islas se conviertan en sede de una reunión de expertos sobre el picudo en la Unión Europea (UE).
La consejera recordó que en el momento en el que se detectaron los principales focos (en la plaza de Farray en Las Palmas de Gran Canaria y en Caleta de Fuste en Fuerteventura) se puso en marcha un protocolo de actuación, al que se unió la divulgación a través de la página web de información sobre la plaga y se pidió incluso la colaboración de la ciudadana.
Merino destacó que en Fuerteventura se ha pasado de captura 209 picudos a los siete que se han capturado este año. En total, se ha reducido el número de palmeras afectadas de 185 a 16 ahora, de las 63.000 tratadas.
En cuanto a Tenerife, la consejera recordó que en 2007 se capturaron dos picudos en Arona y desde 2008 no se ha vuelto a descubrir más de estos insectos en las palmeras tinerfeñas.
La labor de inspección la llevan a cabo 98 empresas de jardinería acreditadas para trabajos sobre control de la plaga.
Diocalandra
Hay que destacar que antes de la plaga del picudo rojo existía la diocalandra, no tan peligrosa, pero también dañina. Así, se han inspeccionado 1.000 palmeras, a parte de las que se estudiaban por el picudo rojo, sobre esta plaga, el resultado ha sido que el 55 por ciento de las plantas investigadas en Gran Canaria están infectadas, el 5 por ciento de Fuerteventura, el 20 por ciento en Tenerife y el 25 por ciento en Lanzarote.
No obstante, la más peligrosa de las plagas de la palmera es el picudo rojo. Esta plaga se inició tras la mayor demanda de palmeras para campos de golf o decoración urbana, cuando se traían estas palmeras del exterior.
El picudo rojo es un insecto que come y tritura el interior de la planta, y es por eso muy difícil de atacar, por eso cuando se detecta el daño suele ser irreversible.
La Consejería asegura que la vigilancia es una prioridad, y que por eso cada isla posee un equipo de especialistas, que primero hacen un reconocimiento visual, luego inspeccionan las hojas y el cogollo y si es preciso cortan las plantas para llegar al centro. Si a pesar de todo sigue infectada, se corta.
ACN