El informe de la Udyco y el resultado del registro practicado el miércoles 30 de septiembre en las viviendas de José Francisco Reyes y de sus hijos, y hasta en el yate familiar atracado en el puerto deportivo Marina Rubicón, habrían destapado una importante cantidad de compras e inversiones realizadas en pocos años por Reyes y su familia, sin que supuestamente se pueda justificar el origen de ese dinero.
Por ejemplo, compras por cantidades importantes que se realizaban en metálico, sin que en esas mismas fechas se hubiera registrado una extracción de dinero en ninguna de las cuentas bancarias de la familia.
No procedería de las nóminas, ni tampoco de ingresos justificados oficialmente, por lo que la jueza y el Ministerio fiscal consideran que pudo obtenerse a través del dinero recibido presuntamente por la concesión de licencias ilegales.
Así, al margen del dinero que se sigue intentando rastrear, no descartando la investigación posibles fugas de capital a paraísos fiscales, lo que sí se habrían podido determinar, de momento, son gastos por valor de más de 700.000 euros en un plazo de unos seis años, y especialmente concentrado en tres o cuatro, que supondrían una base sustancial para la causa.
Sin embargo, ésta sería sólo una pequeña parte de las cifras que los investigadores consideran que se podrían haber manejado, ya que el "rastreo" comienza a partir del año 2002, cuando el verdadero "boom" de las licencias ya había pasado.
Por eso, la investigación continúa abierta, en busca de nuevas pruebas y de nuevos imputados. Aunque el avance que ha supuesto el informe de la Udyco, que ha llevado al ingreso en prisión de Reyes, podría allanar el camino.
