Cajacanarias presta declaración en Arrecife por un caso de denuncia falsa

El presidente de la Caja General de Ahorros de Canarias (Cajacanarias), Rodolfo Núñez, acompañado de sus abogados, compareció ayer por la mañana en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número Tres de Arrecife ...

5 de octubre de 2005 (21:30 CET)

El presidente de la Caja General de Ahorros de Canarias (Cajacanarias), Rodolfo Núñez, acompañado de sus abogados, compareció ayer por la mañana en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número Tres de Arrecife para prestar declaración en relación a una denuncia interpuesta contra la entidad financiera por el empresario lanzaroteño Javier Quintana, en la que acusa a la organización de interponer una denuncia falsa contra el demandante. Se trata del décimo segundo episodio en el largo y agotador enfrentamiento que mantienen las partes, ya que con anterioridad se han dictado once sentencias favorables a los argumentos de Quintana.

LA VOZ se desplazó ayer hasta el edificio de los juzgados para conocer de primera mano la versión de la entidad financiera, pero los representantes de Cajacanarias se negaron rotundamente a realizar declaraciones a este diario.

Se trata de una pugna con más de cinco años de antigüedad, desde que en el año 2000 la Caja comprara un local al propietario de Lamparas Canarias S. L. localizado en un inmueble propiedad de Quintana. Hay que dejar claro que aunque el local haya sido adquirido por el banco, el resto del inmueble sigue perteneciendo al demandante.

Una denuncia falsa

En este caso concreto, Quintana demandó a la Caja por una denuncia falsa realizada por la entidad contra su persona. Resulta que el banco acusó en los juzgados al empresario conejero de causar daños en el edificio, mientras que se ha podido demostrar que el día que afirma la entidad que fueron causados los destrozos, el implicado se encontraba en Galicia por un viaje de negocios. Aún así, la Caja no se retractó de sus argumentos, razón por la cual declararon ayer sus representantes en Arrecife, ya que este hecho provocó que el empresario interpusiera una denuncia contra la entidad.

Este diario se puso en contacto con el demandante en este caso, Javier Quintana, para que relatara a nuestros lectores su versión de los hechos. El dueño de Lamparas Canarias reveló que se encuentra muy mal de salud a causa de la "persecución" a la que le somete una organización con recursos infinitamente mayores de los suyos, mareando la perdiz de juzgado en juzgado, sin terminar de llegar nunca a "un acuerdo razonable". Afirma Quintana que siempre estuvo "dispuesto a llegar a un acuerdo por el cual incluso yo perdía, e incluso el Banco de España los condenó por muy malas prácticas bancarias con respecto a mí".

Pero en opinión del demandante el poder de la Caja de Ahorros es enorme y será muy difícil que triunfe la justicia. "Hay que darse cuenta es un poder muy fuerte que usa el dinero de los ahorradores canarios" para defender sus propios intereses, que no públicos.

David contra Goliat

El conflicto entre las partes comenzó tras la adquisición por la Caja de Canarias de un local en un inmueble propiedad de Javier Quintana para la instalación allí de su oficina principal de Arrecife. Los problemas comenzaron cuando la entidad financiera decidió acometer una serie de obras que han puesto en peligro la seguridad del edificio, como en su día confirmaron los propios técnicos de la Dirección de Industria y Energía del Gobierno de Canarias, aunque las reformas fueron autorizadas, contraviniendo los consejos de la oficina técnica.

Más adelante, el propio Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) dio la razón a Quintana, señalando una "clara vulneración de los derechos del apelante". La sentencia del TSJC vino a invalidar otra resolución judicial, la única que favorecía a los intereses de La Caja. Y así, el auto apoyó la legitimidad de Quintana en el proceso, derivado de la causa protagonizada ante el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1, al considerar "evidente que al apelante no le es indiferente y perjudica el valor patrimonial de su edificio que cada propietario del local rechace la acometida general y se plantee una independiente".

En todo momento, el empresario ha alegado que no son un capricho suyo las demandas contra el banco, sino que realmente las reformas afectan a la seguridad del inmueble, poniendo en peligro la infraestructura.

Negligencia

Además, la sentencia del Tribunal Superior reconocía la negligencia del que fuera director de Industria y Energía, Wenceslao Berriel Martínez, al permitir las obras haciendo caso omiso a los técnicos de la Dirección.

En otra ocasión, la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Las Palmas denegó en 2003 el recurso de apelación presentado por Cajacanarias contra una sentencia del Juzgado de Primera Instancia Número 3 de Arrecife, que obligaba a la entidad a abonar las costas del procedimiento judicial y demoler las construcciones realizadas en las zonas comunes del inmueble que afectan a la seguridad del mismo.

Como recordó Quintana, ya en una ocasión dijo Núñez allá por el año 2002 que "el día que la caja persiga a alguien, que se vaya de la Isla, porque lo saca de Canarias". Este comentario es más grave si además se tiene en cuenta que en aquel momento el que hoy es el presidente de la entidad era también vicepresidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Tenerife y de la aerolínea Binter Canarias. Aunque la frase fuera pronunciada en el marco de un enfrentamiento con el Club Deportivo Tenerife, en opinión de Quintana refleja a la perfección la personalidad autoritaria de Núñez.

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