Tras años de debates y demandas sobre la ampliación de la pista del aeropuerto de Lanzarote, finalmente las obras en el aeródromo han llegado, pero para hacer todo lo contrario. Según ha confirmado el senador Óscar Luzardo en Radio Lanzarote-Onda Cero, los trabajos que va a acometer Aena supondrán "perder 100 metros de longitud de pista".
Una parte se ha eliminado ya, con unos primeros trabajos, y el resto desaparecerá próximamente, con unas obras que supondrán una inversión de más de 3 millones de euros. Una inversión que, en este caso, Luzardo admite que implica una "mala noticia".
Aunque el motivo de esta obra es mejorar la seguridad, y el senador lanzaroteño señala que eso "es positivo", también reconoce que "esto no hace más que limitar todavía más las dimensiones de la pista, y por lo tanto nuestra capacidad de operar con destinos de mayor recorrido, o siquiera de garantizar los actuales, que tiene todavía más restricciones en el momento del despegue y también del aterrizaje". De hecho, la escasa longitud de la pista, entre otros factores, hace que actualmente algunas compañías no tengan conexiones con Lanzarote, o que no ofrezcan determinadas rutas.
Un episodio preocupante en 2008
Con estas obras, Aena pretende adaptar "plenamente" el aeropuerto de Guacimeta a las normas de seguridad comunitarias, en cuanto a los márgenes de distancia de frenado". Luzardo explica que "la pista va a ser del mismo tamaño, pero los márgenes, sobre todo aquellos que lindan con el mar, van a aumentar, para que los pilotos tengan en cuenta una dimensión inferior a la actual, y tengan más margen en caso de que tengan que frenar, para que no nos pase aquello que nos pasó en su día con Air Europa".
Luzardo ha hecho así referencia al preocupante episodio que se vivió en octubre de 2008, cuando un avión sufrió un percance y agotó en la frenada toda la pista, logrando parar la aeronave justo al lado de la valla que marca el fin del recinto aeroportuario. Ahora, se "adaptarán las dimensiones para garantizar que existe un colchón mayor hasta el fin de la pista", con lo que se reducirá el espacio que se utilizaba hasta ahora.
Carencias también en los sistemas de aproximación
Además del problema de la escasa longitud de la pista, que se verá agravado ahora, el aeropuerto de Lanzarote presenta además otro hándicap para el aterrizaje y despegue de determinados aviones. "Todos sabemos que la senda que siguen los aviones precisa todavía de algunos equipos de aproximación que no se instalaron en su momento", ha señalado Óscar Luzardo, recordando el radar que hace una década pretendió instalarse en Montaña Blanca, y que contó con un amplio rechazo en la isla.
En aquel momento, finalmente Aena descartó su instalación, y tampoco se buscó una alternativa, como poner ese sistema en las cabeceras de la pista. "Eso lo que ha conllevado es un problema en la aproximación, que necesita mejorarse", señala Luzardo. Y es que afirma que "hay algunas compañías que no están dispuestas a aterrizar en Lanzarote, porque requiere mucha pericia".
El problema surge cuando hay viento de sur y el avión debe entrar por Güime. "La aproximación obviamente está reglada y es completamente segura", aclara Luzardo, que no obstante reconoce que "hay algunas compañías que se reservan, con razón, al ser todavía más exquisitas en su procedimiento, en sus protocolos de aproximación a determinados aeropuertos, y el nuestro lamentablementte es uno de ellos", por lo que evitan este destino.
Por eso, asegura que ya ha trasladado a Aena la necesidad no sólo de acometer la ampliación de la pista, sino también la de mejorar los sistemas de aproximación, aunque ambas reivindicaciones siguen de momento sin respuesta.