Finaliza la segunda campaña de excavaciones arqueológicas en la Cueva del Majo de La Degollada

Durante las excavaciones, se han identificado elementos como barro en proceso de fabricación, abalorios, y huesos de animales, pero el hallazgo de material óseo humano ha sido lo más interesante, explica el director de la excavación, Jesús Cáceres

11 de enero de 2024 (17:25 CET)
Miguel Ángel Clavijo, Ascensión Toledo y Óscar Noda durante la visita a la Cueva del Majo de La Degollada
Miguel Ángel Clavijo, Ascensión Toledo y Óscar Noda durante la visita a la Cueva del Majo de La Degollada

Finaliza la segunda campaña de excavaciones arqueológicas en la Cueva del Majo de La Degollada. El director general de Cultura y Patrimonio Cultural, Miguel Ángel Clavijo, la consejera de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote, Ascensión Toledo, y el alcalde de Yaiza, Óscar Noda, visitaron el yacimiento arqueológico junto al equipo de investigación compuesto por el director de la excavación, Jesús Cáceres, y el arqueólogo Joachim Ehrenhofer, antes de que se diera por terminada la segunda campaña.

Desde el año 2022, la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural viene realizando una investigación integral del Valle de Fenauso (Yaiza) para recuperar la historia de este entorno desde la época preeuropea hasta la actualidad. La última campaña de excavaciones arqueológicas, centrada en la Cueva del Majo de La Degollada, ha concluido con la localización de cinco estancias diferenciadas que indican que la cavidad pudo haber sido utilizada tanto como "espacio habitacional como funerario".

Se trata de un yacimiento con "gran potencial" para profundizar en el conocimiento sobre el pasado aborigen de Lanzarote, en general, y sobre las casas hondas, específicamente. Esta casa honda datada entre los siglos VII y VIII ofrece la posibilidad de realizar un estudio comparativo entre estas construcciones típicas de la sociedad maja del norte de la isla como el poblado de Zonzamas o incluso de Fuerteventura, como la Cueva de Villaverde.

La consejera de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, Migdalia Machín, señala que "aunque el equipo de investigación no se plantea excavar nuevas zonas dentro del Valle de Fenauso, por ahora, esta campaña en la Cueva del Majo de La Degollada ha contado con el aval científico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, atendiendo a la demanda ciudadana de conocer la historia del Valle de Fenauso. De hecho, es fundamental rescatar la memoria oral de los pueblos de Canarias para desarrollar proyectos que revaloricen el patrimonio cultural y social de las islas a través de la implicación de las personas locales y la colaboración institucional".

Miguel Ángel Clavijo, destaca que “el plan de apoyo a la investigación arqueológica impulsado por el Gobierno de Canarias descansa en la colaboración institucional”. En el caso de Lanzarote, añade, "tanto el Cabildo como los ayuntamientos siempre están dispuestos a ofrecer colaboración de carácter técnico, incluso en algún caso también financiero, y eso da tranquilidad” porque todavía “se necesita mucha investigación y datos más concretos sobre el mundo indígena de la isla”, especifica.

Desde el Ayuntamiento,  “confiamos en la colaboración entre administraciones pero sobre todo también en los actos de divulgación”, explica Noda. Es importante que “nuestros vecinos y nuestros visitantes conozcan un patrimonio como el de las Casas Hondas de La Degollada para entender la historia del municipio”, y en esa línea insiste el alcalde en seguir trabajando.

Cueva de habitación y funeraria

Hay que tener en cuenta que es “la primera vez que se excava una unidad de habitación aborigen dentro de un tubo volcánico en Lanzarote y además, es la primera casa honda que se excava fuera del municipio de Teguise”, asegura Cáceres. Por lo tanto, la localización de cinco estancias diferenciadas con un "contexto material rico" ofrecen una "visión comparativa" de esta clase de yacimientos arqueológicos.

Durante esta última campaña se han podido documentar todas las unidades estratigráficas y unidades murarias de cuatro estancias en el interior y una en el exterior del tubo volcánico, “ya que el yacimiento es mucho mayor de lo que se pensaba porque se se extiende hacia fuera”, sostiene el director de la excavación. En la zona exterior, se revela “un sistema murario y lo que encontramos en el suelo sobre todo es una gran cantidad de restos cerámicos, que queda por esclarecer su procedencia, sobre todo, en el lado izquierdo donde aparece material extraído del interior”, explica Cáceres.

Por otro lado, dentro de la casa honda “se aprecia que hay unos sistemas de pilares que separan los espacios y la dispersión de materiales en el suelo indica los diferentes usos”, aclara el arqueólogo. En este contexto se ha identificado barro en proceso de fabricación, también abalorios, punzones, material lítico, piezas de malacofauna y huesos de animales, entre otros elementos, pero sin lugar a dudas, lo más interesante es el hallazgo de material óseo humano.

En la primera campaña se habían datado dos piezas dentales localizadas en la entrada de la Cueva del Majo, dando una cronología entre el siglo VII y VIII de la era común, y ahora se han recuperado un colmillo y un incisivo que están siendo estudiados para determinar si se trata del mismo individuo.

Con estos resultados, el director de la excavación está “totalmente seguro de que el tubo volcánico en uno de los momentos tuvo que ser cueva funeraria para poder albergar estos restos antropológicos, pero también una cueva de habitación” por el uso significativo de las estancias según el contexto material. Ahora bien, como “ya se cuenta con la datación sobre la época funeraria que tuvo la cueva, en lo que ahora nos vamos a centrar es en datar las unidades estratigráficas de la base para saber cuál es el suelo de ocupación de cuando se estuvo viviendo dentro de la cueva”, concluye el arqueólogo.

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