La Sociedad de Cultura, Recreo y Deportes Torrelavega es uno de esos espacios míticos en Lanzarote que, a pesar de sus más de 80 años de historia, sigue en constante lucha por las tradiciones canarias en la isla. Su fundación en 1944 supuso una revolución en una isla que necesitaba un lugar donde disfrutar del ocio, de la música y, sobre todo, de la cultura tradicional en todas sus formas.
Su lucha durante más de ocho décadas por la defensa de la cultura y las tradiciones ha hecho que el Gobierno regional le otorgue la Medalla de Oro de Canarias 2025, un galardón que recogerán el próximo 30 de mayo.
En sus inicios, se fundó como un equipo de fútbol y se llamó Sociedad Torre de La Vega, que hacía referencia a la zona donde había una fábrica de alcohol que tenía una gran torre. Y es que al principio, la sociedad fomentaba exclusivamente el deporte. Entre la primera directiva se encontraba el artista César Manrique y el periodista Guillermo Topham, quienes ponen a rodar este proyecto con ilusión. De hecho, Manrique, a pesar de irse a estudiar fuera, cuando venía a la isla visitaba el Torrelavega a menudo. Tanto fue el cariño que creó el logotipo de la sociedad en 1990.
"En un primer momento se dedican al fútbol y luego introdujeron un poco la lucha canaria", explica Toñín Ramos, presidenta de la sociedad. Más tarde, la sociedad comienza a fomentar la cultura con los famosos bailes a los que se llevaban las orquestas de Lanzarote y del resto de Canarias en Navidad, Carnaval y en las fiestas de San Ginés.
"Gracias a esos bailes que se llevaban a cabo ganaban algo de dinero para sacar hacia adelante el club y trabajaban construyendo el edificio, algo por lo que ningún directivo, presidente ni deportista que ha luchado por la sociedad ha cobrado nunca nada", señala Ramos.
Un crecimiento que apuesta también por la cultura
Con el transcurso del tiempo, nacen los llamados 'bailes de la juventud', algo que transforma al Torrelavega. "Estos bailes empezaban a las 19.00 horas y terminaban a las 10.00 con una discoteca, todo el mundo que quería venía los jueves, sábados y domingos", cuenta el presidente. Gracias al dinero generado con ello, su apuesta por el deporte sigue creciendo con diferentes categorías de fútbol, pero también nace el balonmano. Además, también contaron con un un equipo femenino en el que jugó la cantante Rosana.
Este crecimiento en el ámbito deportivo motivado por la gran fama del Torrelavega también incentivó la creación de equipos de baloncesto y ajedrez, donde comienza a nacer la cultura. "Para poder llevar a cabo todas estas iniciativas, la directiva tuvo que cambiar el nombre de la sociedad para incluir también la cultura, no solo del deporte", declara.
El Torrelavega siempre fue un punto de encuentro en Lanzarote para la sociedad de la época, pero lo sigue siendo. "Si vas cualquier día a las 17.30 horas ves que está la sala llena de gente, lo que ocurre es que es gente mayor que viene a jugar al dominó, al envite y demás, pero también van a ver el fútbol", cuenta el presidente. "Nos gustaría mucho que la juventud se involucrara en el Torrelavega para que se mezclen con la cultura y las costumbres, lo mismo me gustaría que pasara con La Democracia porque son lugares emblemáticos de Arrecife", continúa.
Una de las claves para fomentar que su ocio llegue a la generación más joven es la financiación. "Hoy en día todo cuesta dinero, no es la juventud, la vida hay que vivirla y todos los conciertos y eventos que se crean se mueven con el dinero, pero antes no era así, todos ponían su esfuerzo pero nadie cobraba y ahora es más complicado", reflexiona.
Por el Torrelavega han pasado todo tipo de personalidades, desde presidentes del Gobierno de Canarias, presidentes del Gobierno español como Zapatero hasta músicos, agrupaciones folclóricas, escritores, artistas y bailarines, pero no solo de Lanzarote, sino de toda Canarias. "Muchos de los invitados se quedan sorprendidos por el buen sonido del espacio porque todo está acolchado", dice.
Los estragos de la pandemia en el Torrelavega
La pandemia del covid-19, que provocó la prohibición de reuniones en lugares cerrados, hizo que el Torrelavega tuviera que cerrar sus puertas durante dos años. En palabras de Toñín Ramos, "en ese tiempo la sociedad ha perdido bastante". "Hemos tenido que trabajar mucho toda la directiva y las personas que colaboran con nosotros para poder salir hacia adelante y estar donde hoy estamos", indica.
Y es que el impacto de la crisis sanitaria provocó que el Torrelavega tuviera que disolver todos los equipos deportivos que tenían, ya que no podían mantenerlos. "Teníamos nueve equipos de fútbol, ocho de balonmano, dos de baloncesto y una de ajedrez, esto era un hervidero de gente joven y mayor, lo que creaba un equilibrio", recuerda.
Es por ello por lo que la directiva está trabajando en recuperar la parte deportiva con la creación de dos equipos de benjamines y alevines de fútbol para "empezar a rodar". "También nos encontramos con un problema porque la población de Lanzarote ha crecido muy rápido y las infraestructuras se han quedado pequeñas, por lo que necesitamos instalaciones nuevas para que los niños puedan entrenar", reclama su presidente.
En este caso, el apoyo económico de las administraciones como el Cabildo es fundamental para que el Torrelavega continúe con su legado y avance hacia un futuro en el que la cultura y la tradición canaria siga viva. "El Cabildo nos echa una mano, nos gustaría que fuera un poco más, pero estamos agradecidos por las ayudas que nos otorgan en eventos como Lanzarote y la cultura", afirma Ramos.
El Torrelavega ha sido y es un espacio que acoge a todo el mundo porque como dice su presidente, "no queremos saber nada de partidos políticos, aquí entran y caben todos, así ha sido siempre, y es que la sociedad luchó muchísimo para que la democracia avanzara, y nunca se le cerró las puertas a nadie, todo lo contrario".
