Nuevos microrrelatos se suman al concurso de Radio Lanzarote dedicado a los Centros Turísticos

El plazo para participar en la undécima edición finalizará el 31 de agosto

18 de agosto de 2021 (13:15 CET)
Mirador del Rio

El Concurso de Microrrelatos de Radio Lanzarote-Onda Cero, que en su undécima edición está dedicado a los Centros Turísticos, sigue sumando historias.  El plazo de presentación, que se abrió el pasado 1 de julio, terminará el 31 de agosto.

En esta ocasión, los participantes deberán contar una vivencia propia o imaginada ocurrida en algún rincón de los Centros Turísticos que para ellos esté lleno de magia. Cada autor podrá enviar un máximo de cinco relatos, que podrá firmar con pseudónimo, aunque deberá indicar siempre un nombre y un teléfono de contacto.

Los interesados pueden enviar sus sus relatos al email concursorelatos@lanzarotemedia.net, con una extensión máxima de 100 palabras, incluido el título en el caso de que lo lleve. Los relatos serán leídos en el espacio de "Lectura en la Radio" de Radio Lanzarote (90.7), y publicados en La Voz de Lanzarote. Tanto la publicación como la lectura estarán supeditadas a las disponibilidades de espacio y tiempo de ambos medios.

Del fallo del certamen, que se hará público en la segunda quincena de septiembre, se encargará un jurado formado por periodistas de Radio Lanzarote-Onda Cero y La Voz de Lanzarote, que elegirán tres relatos ganadores y siete finalistas.

El ganador se llevará un premio de un fin de semana para dos personas con alojamiento y desayuno en el Hotel Natura Palace, establecimiento de 4 estrellas plus. El segundo premio será una cena para dos personas en el Castillo de San José y el tercer premio una de las experiencias insólitas para dos personas de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo. Todos los premios son para personas adultas.

 

El secreto de la cueva

Emocionada ante aquel paraíso de piedra volcánica. Angustiada al estrecharse los salientes por los que avanzaba con mi grupo.

Pensé formar parte del entramado caótico y celestial quedándome petrificada como una más de aquellas rocas que salían del techo queriendo fundirse con las que se alzaban del suelo.

Un bello caos del volcán convertido en disfrute natural.

Allá, el precipicio enorme sin fin que convertía la lava en puente para pasar de una punta a otra.

Lancé la moneda hacia el abismo y… el secreto de la Cueva de los Verdes quedó a buen recaudo.

 

Lanzarote

Mi tierra es hermosa, la de los volcanes, con las entrañas teñidas de rojo cuando la lava buscaba los pueblos.

Mi corazón es el latir del volcán, mi piel está bronceada por el eterno sol, el alisio mece las nubes en mi cielo azul y juguetea con mi falda remangada cuando mis pies se llenan de salitre.

Lanzarote, mi isla. Soy conejera y te adoro,… aunque en tus cuevas me pierda, generoso el Jameo me lleva a visitar su palmera, sus cangrejos blancos, escuchando una sintonía en el auditorio de piedra.

Respiro el olor que de la marea llega…

 

El vuelo no alzó

Tanta melancolía en el alma, demasiada tristeza en el corazón, un latir desacompasado a lo más alto sus pasos llevó.

Y cuenta la historia que desde el risco veía la espuma salada, la tierra mojada, en el cielo las gaviotas y en su cuerpo la pena que su vida destrozó.

Dicen que llegó sin fuerzas al Mirador que, dando un suspiro, los brazos abrió, pretendió tener alas, pero… el vuelo no alzó.

Y cayó rodando,… rodando,… su cuerpo se perdió. Un hombre por el Mirador del Río se despeñó.

Dolor deja para el que lo conoció.

 

La mujer sentada

Ella sonrió para la foto. Las manos sobre la mesa agarraban su sombrera y, sentada en la silla verde, miró a la cámara.

El objetivo captó su cabello entrecano enredado por el alisio, su blusa de flores, la falda negra hasta las rodillas no tapaba sus piernas hinchadas ni sus pies cobijados en los zapatos planos, cómodos y sencillos. ¿Para qué lucir altos tacones trabajando la tierra?

Al lado, una silla de camellos y, en la pared blanca, utensilios de labranza en aquel monumento al campesino… al hombre… y a la mujer que también el campo labra.

 

Sin título

Ondean las cortinas blancas como la arena y dibujan el camino de siluetas entre figuras oscuras buscando su final. Olas de arena que rompen en sus orillas de piedra como gigantes escondidos entre sombras y luces de colores sugerentes. Y sobre sus generosas sonrisas, pequeños destellos azules parpadeantes, iluminan el ambiente de felicidad. Una música serena, inunda de melancolía sus ausencias en el inmenso tubo encantado.

Sigue el oleaje, siguen las corrientes y siguen los caminos. Y las luces van y vienen y los gigantes inmóviles y perpetuos, son testigo del devenir de los tiempos.

 

Del fuego

Nauzet y Fayna discutían ajenos al paisaje volcánico en el exterior de la guagua. Tan enzarzados estaban, que no sintieron cuando se paró el motor y calló la guía. Fayna vociferaba; Nauzet golpeó el asiento. Se arrojaban viejos rencores a las caras mientras los otros pasajeros pegaban las suyas al cristal. Temblaron los asientos con la pasión y la rabia contenida durante años. Se ensombrecieron las montañas violeta. Las rocas crepitaron y el mundo entero gritó. La guagua se transformó en barco ardiente y Nauzet y Fayna se consumieron en su fuego.

 

La isla

Pablo llegó a Famara, de vacaciones. Esta vez, pagaba la empresa. Al llegar, conoció a una inglesa que vivía allí. Enseguida llamó a la oficina, para cambiar la estancia, por un vale y poder comprar ropa de baño y otras cosas. Aquella noche, la aventura con Mary fue imborrable. El alba, les sorprendió desnudos. Pablo y ella fueron al pueblo a comprar comida y una botella de vino de la Haría. Se bañaron en Charco de San Ginés, y al atardecer unieron sus cuerpos, bajo la luz de la luna. Málaga, se quedó esperando a Pablo.

 

Ciclos

Cuando por fin nos llamaron para entrar, eché un vistazo a la salida por donde

emergían las personas que ya habían realizado la visita y hubo una cara que me resultó familiar, pero no supe de qué. Quise decirte algo, pero no lo hice.

Luego recorrimos la Cueva y no volví a pensar en ello.

Colores, lava, sedimentos.

Piratas, conciertos y un secreto.

Hicimos un espectacular viaje a otro mundo, a solo unos metros bajo tierra.

Y al salir miré hacia la entrada; alguien me observaba a lo lejos. Ese alguien era yo, que volvía a entrar de nuevo.

 

Querida Ana

Al alba, refrescaré tu alma. La isla será testigo, de nuestros besos.

¡Amor, vamos! . Desayunaremos antes, de ir a Timanfaya. Ana, en el Charco San Ginés, una gaviota llamada Alegría, me susurró al oído: “que no podemos dejar de visitarlo, en sus aguas, te abrazaré como si fuera la primera vez.” Por la tarde, iremos a los Jameos del Agua. Y luego, cenaremos en el Castillo San José. Hasta mañana, amor. Me ha comentado Alegría, que mañana viernes: “no se lo digas a nadie, nos amaremos, bajo la luna y las estrellas de Lanzarote”.

 

 ¡Ño, qué bien me lo pasé!

Me hablaban de sus paisajes genuinos, su fauna oriunda, su flora singular, tantos lugares por visitar y un pueblo especial.

Todo quise ver.

Jardín de Cactus, una púa me clavé. Mirador del Río, casi me despeñé. Auditorio de Los Jameos del Agua, canté y el eco mi voz llevó entre las sillas vacías y las piedras del volcán. Cueva de los Verdes, un susto me llevé. Timanfaya, un camello me tiró. Papagayo, bajo el sol me quemé y casi disparo un cañón en el Castillo de San José.

¡Ño, qué bien me lo pasé!

 

La despedida

Eran las 06.15. Tomé dirección norte. Necesitaba despejarme. Con el crepúsculo de guía quise recorrer la isla por última vez. En el cruce de Tahiche me detuve.

-Pepe, sube. ¡Llegas tarde! -gritó el conductor.

El viejo Citroën y mi cara de asombro, tras ellos.

Me llevaron al Jardín de Cactus, a Cueva de los verdes, a Jameos del agua, al Mirador Del Río, donde oí:

-César, he traído un teléfono ¡qué hace fotos!

Fernando contempló su proyecto. José escribió versos a Pilar. De allí al Monumento al Campesino... Cantando “La despedida” de Fito les perdí camino al Timanfaya.

 

Taro

Montañas del fuego,

donde habita arte, naturaleza y hombre, transcurría los años 90, donde Cesar promovía valores, principios, cualidades.

Donde, el diablo era testigo de lo contrario; y la gente observaba que algo allí pasaba.

No era muy usual encontrar personas como el, El Carpeta qué así lo llamaban, llevaba una vida acomodada.

Creía a todos poder engañar, pero hay alguien qué sabe la verdad , esa qué saldrá, porqué la conoce y la empezará a contar.

Fue testigo presencial de aquella falta de valores, qué a su vez, el quería esconder, bajo su fachada.

Continuará…

 

Ensayo sobre la ceguera

José Saramago visita los Jameos del Agua, que le maravillan por su mezcla de naturaleza y arquitectura. Recuerda el guía que los cangrejitos albinos no pueden ver, algo que le entristece. Su mujer, Pilar, sabe por su silencio que está planeando una obra. En 1985 se publicará “Ensayo sobre la ceguera”, viviendo ya en Lanzarote. La viuda de Borges, María Kodama, los visita, y el matrimonio le muestra los Jameos. Los tres callan y comprenden. La belleza metafísica del lugar les ha sobrecogido.

Observar a través de los ojos de los que no pueden.

 

Piel de luna

La vi avanzando desnuda en medio de la noche, su piel nacarada reflejaba el azul de la luna llena. ¿Pero... quién es y dónde va?, buscando alguna respuesta me limité a seguirla a distancia hasta que, poco antes del amanecer, se dirigió a los Jameos del agua y sin detener su paso se sumergió poco a poco en la charca hasta perderse en ella. Al acercarme comprobé como la bella mujer de piel de luna había desaparecido y en su lugar quedaban unos pequeños cangrejos del color de la luna llena.

 

Ser

Querido Amigo! Siempre te hago participe del destino de mi viaje, mi mundo a descubrir. La brújula me llevo a Lanzarote, me deja todos los sentidos a flor de piel y a la vez sin habla.

Tanta Belleza en tan pocos kilómetros cuadrados! Ponerle una palabra sería, Magia, que mejor define la isla donde reinan los cuatros elementos esenciales de la Vida.

Para destacar Algo, el legado de Cesar Manrique, símbolo lanzaroteño, visionario que hizo salir a la Luz cangrejos ciegos en una obra maestra; Conciliando Naturaleza, Sostenibilidad, Conexión y Amor.

Tienes que ir para ser ¡

Abrazo fuerte

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