EN LA CASA DE LA CULTURA "BENITO PÉREZ ARMAS" DE YAIZA

Ignacio Romero presenta su nuevo libro: "Isla de Lobos. Naturaleza e historia".

En las 136 páginas, divididas en 11 capítulos, el biólogo repasa datos generales muy importantes de la zona, como la geografía, toponimia, arqueología, fauna, flora ?como la siempreviva- de Lobos.

12 de mayo de 2017 (17:08 CET)
Ignacio Romero presenta su nuevo libro: Isla de Lobos. Naturaleza e historia.
Ignacio Romero presenta su nuevo libro: Isla de Lobos. Naturaleza e historia.

 

Fotos: Sergio Betancort

Después de una década de investigación, divulgación y muchos contactos con personas, salió a la luz el proyecto llevado a cabo por el biólogo Lanzaroteño, Ignacio Romero. En la noche de este jueves, en la Casa de la Cultura "Benito Pérez Armas" de Yaiza, con el aforo totalmente abarrotado, se presentó el libro "Isla de Lobos - Naturaleza e Historia", publicado por la editorial Ediciones Remotas y que cuenta con prólogo del escritor Alberto Vázquez Figueroa. En el preámbulo el autor cuenta algunas de las vivencias de su abuelo, José Rial Vázquez, quien ejerció las funciones de torrero en la isla de Lobos desde 1913 a 1916; periodo en el que nació su hija, madre de Alberto, de nombre Margarita de las Nieves Rial González.

Este libro cuenta con 136 páginas, en las que Ignacio Romero presenta 11 capítulos donde se repasan datos generales muy importantes de la isla, como la geografía, toponimia, arqueología, fauna, flora –como la siempreviva- de Lobos. Otra parte la ocupan los datos históricos relacionados con el Faro de Martiño y algunos de los personajes que lo habitaron como, Josefina Plá, Federico Doreste, José Rial Vázquez o Juan Estárico Quintana, entre otros. Le dedica también Romero una parte al estudio del lobo marino, foca monje o fraile, que le da nombre a la isla. Tampoco olvida el mayor saladar de la isla situado en Las Lagunitas, el centro botánico de mayor atracción de Lobos.

Finalizado el acto de presentación, mientras unos hacían colas para llevarse el libro firmado a casa, otros en el patio de la casa degustaban un enyesque canario amenizado por los sones musicales.

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