Las Fiestas de San Ginés 2025 comenzaron oficialmente con la lectura del pregón Homenaje Póstumo a D. José Borges Cabrera, fundador y director del grupo Amigos de Portonao. El acto, cargado de emoción y memoria histórica, se celebró junto al kiosco de la música, ante un público entregado y con ganas de fiesta.
La ceremonia fue presentada por el periodista José Antonio Cabrera, quien condujo el evento siguiendo el protocolo institucional. Abrió la velada el Primer Teniente de Alcalde y Concejal de Fiestas, Echedey Eugenio, seguido por el Alcalde Presidente, Yonathan de León, quienes animaron a los vecinos a disfrutar del amplio programa festivo hasta el próximo 25 de agosto, día del Santo Patrón, San Ginés Obispo.
La noche contó con una parte musical protagonizada por la Coral Arrecife, dirigida por la profesora Sheila Rizzo, con el acompañamiento de Pepe Artiles al acordeón y Manuel Arrocha a la guitarra. También participaron los integrantes de la Parranda Marinera de Buches, que aportaron al acto un inconfundible sabor marinero. Como preludio al pregón, se proyectó un vídeo con imágenes de la familia Borges Martín y de los compañeros de Los Amigos de Portonao.
El momento central llegó con la intervención de Teresa Borges, hija del homenajeado, quien ofreció una semblanza íntima de su padre. Destacó su honestidad, su coherencia y su talento musical, recordando cómo siempre se le podía encontrar con una guitarra o una mandolina. “Era un pájaro libre, un alma elevada”, afirmó.
En su intervención, Teresa evocó la lucha incansable de D. José por preservar la historia y el patrimonio marinero de Arrecife, denunciando la pérdida de paseos abiertos al mar, la mutilación del litoral y el cierre de Portonao. Criticó la construcción de grandes edificaciones sobre terrenos ganados al mar y la relegación de la tradición marinera al barrio de Valterra, “que siempre fue El Lomo”.
Tras la lectura, el escenario acogió la actuación de Antonio Niz (voz solista), Manuel Arrocha (guitarra) y Urbano Bernal (acordeón), integrantes de Los Amigos de Portonao, acompañados en esta ocasión por Eduardo Borges (violín), nieto de D. José. Interpretaron uno de los temas emblemáticos del grupo mientras Antonio Niz recordaba uno a uno a sus miembros históricos. El broche musical fue la popular El Paseíto de Don Tomás, coreada por el público en pie.
El acto concluyó con la entrega de reconocimientos a la familia Borges Martín, recibidos por la viuda, Josefa Martín Niz, de manos de la Consejera de Universidades, Ciencia e Innovación del Gobierno de Canarias, Migdalia Machín; el Presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort; y las autoridades municipales. Con las fotos protocolarias se dio por inaugurada la edición 2025 de las fiestas de San Ginés.
Pregón íntegro
Lectura a cargo de Teresa Borges Martín, hija de D. José Borges Cabrera
Por parte de la familia, hemos acogido con agradecimiento este pregón de las fiestas patronales de Arrecife, dedicado a nuestro padre José Borges Cabrera, más conocido como Pepe Borges o, como él mismo decía, Pepe el de Benita, siempre llevando a su madre en el corazón.
Nació el 21 de enero de 1934 en esta ciudad, el Puerto del Arrecife, en el barrio de El Lomo, hijo de Tomás Borges Toledo y Benita Cabrera Hernández. Siempre se caracterizó por ser una persona curiosa y sensible, lo que le llevó a interesarse por el mundo que le rodeaba y a nutrirse de la esencia de su tierra natal, la cual nunca olvidó.
Siempre fue fácil encontrarlo con una guitarra o una mandolina, mostrando su talento innato e intrínseco para ello. Quien lo escuchó pudo verlo como realmente era: un pájaro libre, un alma elevada.
Su pérdida, sin duda, ha sido un golpe duro para nosotros, porque aunque esperada, no deja de doler. Sin embargo, el agradecimiento y el incesante amor que nos regaló toda su vida ocupa tanto espacio en nuestros corazones que logra desplazar esa tristeza, sabiéndonos personas afortunadas por haberlo tenido tantos años. ¿Y qué más se le puede pedir a la vida?
Si algo podemos destacar de nuestro padre fue su honestidad en lo que pensaba y cómo lo sentía, siendo consecuente con ello. Cuando vivió la aniquilación política de la pesca en Canarias, y cómo se borró intencionadamente todo lo relacionado con ella, con su pasado y con el mar, dedicó toda su vida a reivindicar su historia.
Él murió con la conciencia tranquila, y no hay mayor dignidad para un ser humano que hacer lo correcto con independencia de lo que hagan los demás. Siempre repetía las palabras del poeta José Tabares Barlett: «Tener para la ofensa recibida pronto el perdón; olvido para el daño, y siempre exento de maldad y engaño, llevar la frente por el mundo erguida».
Mi padre recordaba muy bien lo que era Arrecife, cuando desde Portonao, el único puerto natural de Canarias, hasta la Destila se movía una inmensa masa de trabajadores y artesanos dedicados a la construcción y carena de toda clase de barcos; se reparaban y confeccionaban velas, así como artes de pesca. Como dijera en una entrevista el 10 de febrero de 1990: «Lanzarote le debe su supervivencia al mar, un eterno desconocido».
Él no entendía por qué se aniquiló toda nuestra historia, nuestro acervo, incluso la falta de avenidas y paseos abiertos al mar, o la mutilación que sufrió su ribera cuando cerraron y amurallaron Portonao, cerraron una de las bocas del Charco y cometieron un sinfín de atrocidades que convirtieron a Arrecife en un enjambre de mamotretos construidos en terrenos ganados al mar. La tradición marinera quedó relegada a un gueto en lo que hoy llaman Valterra, pero que siempre fue El Lomo.
En 1996, nuestro padre tuvo el honor de ser pregonero de estas fiestas patronales, y en su discurso hablaba de recuperar la autoestima y la dignidad, porque esto nos permite distinguir lo conveniente de lo falso y, sobre todo, lograr que las generaciones futuras se sacudieran del yugo y dominio impuesto por culturas ajenas. Proclamó que la cultura y la conciencia de la propia identidad son la base del amor a un pueblo, y que se debe luchar en la medida de nuestras fuerzas y capacidad.
Ya en 2018, como integrante de los Amigos de Portonao, volvió a ser pregonero en estas mismas fiestas. En aquella ocasión lamentó que fueran ellos solos los que se dedicaban a preservar el folclore marinero de Arrecife, y advirtió que no eran eternos. Reivindicó que la ciudad les hiciera un reconocimiento público digno.
En octubre de 2000, en una entrevista en La Voz de Lanzarote, expresó que el folclore es un modus vivendi y una forma de sentirse vivo en el propio pueblo, aunque sea en un rincón. Sabía que su labor era insuficiente de forma aislada, pero junto a Los Amigos de Portonao consiguió que una parte de la historia no se olvidara.
Mucho de su repertorio era una transmisión oral de la historia, reflejando lugares, edificios emblemáticos, patrones y marineros. Gracias a ello, hoy muchos saben que al entrar en Portonao lo primero que se ve son las salinas, el Muelle Palos y el Castillo San José.
Mi padre sabía que el folclore se lo dio su tierra, y a su tierra se lo entregó, con la humildad de las grandes almas que comprenden el sentido de la vida. Luchó por preservar un folclore puro, sin adornos foráneos, tal y como se cantaba en su tierra. Mantener esa postura crítica era incompatible con sumarse a modas que unificaran el folclore del archipiélago, perdiendo especificidades y olvidando quiénes somos y de dónde venimos.
Ahora él ya no está, pero su labor sí, y lo que se haga con ella es una responsabilidad que esperamos otros sepan apreciar y asumir.
Muchas gracias a todos por el cariño y por el ánimo en recordarlo. Gracias a las autoridades, a la Coral Arrecife, a la Parranda Marinera de Buches, a Los Amigos de Portonao, a los que ya no están y a quienes siempre fueron fieles seguidores. Todo fue por ellos y para ellos. A todos los llevaremos en el corazón. Muchas gracias y hasta siempre.
