Turismo

Lanzarote Honeybees, la iniciativa de Selina Vogel para preservar la miel ecológica de Lanzarote

Vogel en entrevista con Ekonomus: “Cuando abro una colmena los visitantes se quedan sorprendidos de lo buenas que son las abejas negras canarias”

Selina Vogel

Selina Vogel es de la ciudad alemana de Colonia y vino de vacaciones hace ocho años a Lanzarote, donde consiguió “una paz interior” que le hizo decidir mudarse a la isla. 

En Alemania estudió una carrera que combina Matemáticas, Biología y Química y a su llegada a Lanzarote estuvo trabajando en una panadería.

Al cabo de unos años, ya pudo centrarse en una de sus pasiones, la apicultura. “Me ha encantado desde pequeña, crecí en un pueblo muy chiquitito en el que había un apicultor”, comparte. 

Cuando descubrió la miel ecológica de Lanzarote, quiso conocer a su productor, Klaus Guttenberger, que lanzó la marca en 2012 con la certificación ecológica del Gobierno de Canarias.

 

"Tenemos 50 colmenas en 15 fincas por toda la isla"

Ahora colabora con él y lanzó el año pasado el proyecto Lanzarote Honeybees, que organiza experiencias con abejas para turistas y locales para apoyar económicamente la producción  de miel ecológica de Lanzarote. “Tenemos 50 colmenas en 15 fincas por toda la isla, estamos cosechando”.

Como los beneficios de la venta de miel ecológica de Lanzarote se van en gastos de producción, equipamiento y transporte, Vogel decidió lanzar Lanzarote Honeybees, un proyecto sostenible para turistas y lanzaroteños que ayude en la preservación de la miel ecológica de la isla. “Estamos abiertos a todos los que tengan curiosidad por las abejas y sean amantes de la naturaleza”.

Las visitas programadas, que se producen los miércoles a partir de las 11.30, son a partir de doce años y duran unas dos horas y media, pero se pueden prolongar “en función de la curiosidad de la gente”.

Vogel explica que también organiza visitas, en horario a convenir, con grupos de compañeros de trabajo o para familias con niños pequeños para que la explicación esté adaptada a ellos. 

“Empiezo hablando de la biodiversidad en Lanzarote, la gente flipa con que haya abejas aquí, hablamos de las plantas de la isla y donde encuentran polen y néctar, luego de las distintas maneras de trabajar como apicultor en el mundo, de la vida de la abeja, la colmena…”, explica Vogel.

“Luego nos ponemos los trajes, son grupos chiquititos, máximo diez personas, creo que así es más bonito, abrimos la colmena, miramos a ver si vemos a la reina, vemos el néctar, el polen…” completa la coordinadora del proyecto.

 

"Las abejas canarias son más chiquititas y resisten el calor y el viento"

Cada colmena del proyecto tiene entre 3.000 y 20.000 abejas. “Tenemos colmenas en todos los municipios de la isla menos Yaiza y Arrecife. En La Florida, Masdache, en Muñique, El Cuchillo, Tajaste…,comparte”.

Son terrenos de producción agrícola ecológica: “Tienen que tener una cierta cantidad de metros cuadrados, certificado ecológico, no pueden estar al lado de una carretera, no pueden tener campos con monocultivos al lado, etc”, enumera Vogel. 

“Son fincas de campesinos que están felices si nosotros ponemos ahí una colmena, porque las abejas polinizan las plantas de fruta y verdura”, completa. 

Las abejas del proyecto Lanzarote Honeybees son abejas negras canarias, que “llevan en el archipiélago desde hace miles de años y son más chiquititas y resistentes al calor y a las rachas de viento”, dice la coordinadora del proyecto. 

Para los que tengan miedo de las picaduras, Vogel explica que “la abeja negra canaria es muy mansa y tranquila. Si no las estás molestando, no pican. Los miércoles abro la colmena para los visitantes y se quedan muy sorprendidos de lo buenas que son”. 

Preguntada por la situación de los insectos polinizadores en Europa, cuya situación crítica ha sido denunciada por científicos en los últimos años, Vogel explica que, por suerte, las abejas que producen miel son de los pocos polinizadores que se mantienen, “gracias a los apicultores que las cuidan y preservan”. 

El proyecto Lanzarote Honeybees, por ejemplo, no pone demasiadas colmenas “para no competir con los polinizadores silvestres” y siempre pone bebederos que también sirven al resto de polinizadores.