Oliver Quevedo Rodríguez es natural de Yuco, del municipio de Tinajo, y se licenció en Biología Molecular en La Laguna, donde también hizo dos masters en biotecnología e investigación biomédica, se doctoró y posteriormente se trasladó a Dinamarca para ser investigador y luego experto en una empresa biotecnológica.
A lo largo de su carrera, Quevedo ha tenido que analizar un gran número de datos para sus investigaciones. Algo que le ha ido gustando cada vez más hasta el punto de pivotar su carrera hacia el sector del análisis de datos en todo tipo de asuntos, lo que en inglés se conoce como Data Analytics para facilitar la toma de decisiones a nivel político o empresarial.
En una entrevista con Ekonomus aborda uno de los asuntos que ha investigado: el sistema eléctrico de su isla y su posible transformación hacia un sistema limpio y sostenible.
Según un estudio que ha publicado en Lanzarote Futuro, la plataforma de ideas impulsada por Gerd Leonhard para lograr un futuro mejor para la isla, la instalación de paneles solares en el 40% de los tejados de la isla podría generar más energía que la que actualmente demanda Lanzarote. Habría una capacidad de 1 GW, cuando la isla consume unos 800MWh al año.
Pero es que además, usando los datos de radiación solar, facilitados por la Unión Europea a través de la herramienta online PVGIS, Quevedo ha calculado que se podría llegar hasta los 1,5 GWh anuales.
Quevedo explica que el dato procede de un cálculo teórico usando datos de OpenStreetMap “una comunidad libre, muy bien mantenida y hecha por los propios usuarios que a menudo usan muchas instituciones públicas”.
Se trata de “una aproximación bastante real”, aunque para una solución definitiva “habría que usar datos del catastro” puntualiza el experto.
Baterías y planta/s de hidrógeno
Parte del exceso de la energía procedente de las placas solares “se almacenaría en baterías de alta capacidad, similar a lo que ocurre en California. Estas baterías estarían distribuidas por toda la isla y podrían cubrir aproximadamente un 40% de la demanda nocturna”, explica Quevedo.
El resto del exceso se utilizaría para producir hidrógeno, que serviría para cubrir el resto de la demanda nocturna, y como reserva de larga duración (con una reserva que podría cubrir aproximadamente un mes y medio de demanda). Llegado el caso Quevedo incluso vislumbra potencial para que Lanzarote pudiera llegar a exportar parte de ese hidrógeno.
El experto en Data Analytics basa su estudio en las experiencias llevadas a cabo en lugares como Orkney (Escocia) o Lolland y Esbjerg (ambas en Dinamarca).
Este sistema permitiría además, explica Quevedo, minimizar el riesgo de apagones eléctricos como el del 28 de abril, del que varios pueblos del norte de España se libraron, gracias a que contaban con baterías de litio para las épocas de fuertes nevadas.
Cerrar Punta Grande y preservar el paisaje
Si esta propuesta se llevara a cabo se podría, por un lado, cerrar Punta Grande y, por otro, evitar los impactos paisajísticos en Lanzarote de un uso extensivo del suelo para renovables.
“Punta Grande, que genera más del 60% del total de emisiones de CO2 de Lanzarote, tiene muchos problemas. Por un lado, se está quedando obsoleta”. En 2031, doce de sus trece generadores habrán agotado su vida útil.
Y aún más importante, considera Quevedo, es el hecho de que la central térmica está demasiado cerca del mar. “Hay proyecciones que indican que, en las condiciones actuales, dentro de 25 años parte de la zona donde está la central va a estar inundada”.
Además, “el Plan de Transición Energético de Canarias incluye una estrategia de descarbonización que implica un uso extensivo del suelo, habla de granjas solares y eólicas, que podría alterar el paisaje de Lanzarote”, que se ha convertido precisamente en la primera isla para implementar esas zonas de aceleración de renovables.
En el plan de transición energética de Canarias está estipulado, que en 2040 Lanzarote debería tener una capacidad de 244 MW, Actualmente hay 40.
La capacidad estimada para Lanzarote en dicho Plan, es “seis veces la capacidad actual, lo que implicaría tener a lo largo de la geografía de la isla seis veces más molinos que los que tenemos ahora” con su correspondiente impacto en el paisaje.
Quevedo aboga por reemplazar la central térmica de Punta Grande por una o dos plantas de hidrógeno.
¿Cómo financiar los cien millones de inversión al año?
El experto tinajero explica que el proyecto requeriría una inversión financiera significativa (estimada en 3.000 millones de euros a precios actuales y previstos).
Durante un periodo de 25 a 30 años, la inversión anual sería de entre 100 y 120 millones de euros.
El experto en datos cree que podría financiarse a través de fondos europeos como Horizonte Europa, Fondo de Innovación, Programa LIFE, Mecanismo de Transición Justa, Iniciativa de Energía Limpia para la UE, complementados con asignaciones presupuestarias públicas locales, regionales y nacionales.
Además, recuerda que Lanzarote Futuro ha propuesto un impuesto turístico que podría generar entre 80 y 100 millones de euros anuales y que también podría financiar parte del proyecto.
La propuesta de Quevedo parece llegar en un momento más que adecuado políticamente. Hace tan solo unos días, el director insular de Asuntos Europeos, Agenda 2030 y Promoción Económica, Luis Alvarado, ha propuesto un “Plan Marshall Solar para Lanzarote, cofinanciado inicialmente por los beneficios de los CACT, pero con el objetivo de generar un sistema autónomo basado en la producción energética renovable” a través de placas fotovoltaicas en todos los tejados de la isla.
Los beneficios de la venta de esa energía, explicó Alvarado, alimentarían un Fondo Soberano Solar, que serviría para invertir a largo plazo en el bienestar común: becas, salud, emprendimiento, vivienda digna, y creación de puestos de trabajo.