El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha rechazado el recurso de un condenado a 17 años de cárcel y al pago de una indemnización de 15.000 euros por considerarlo culpable de los delitos de agresión sexual y corrupción de menores por violar a una menor de 14 años a la que además llegó a hacer fotos y grabar.
El TSJC recuerda que la condena no solo se basa en las declaraciones de la víctima sino en el “contundente, gráfico y repulsivo” contenido de una treintena de imágenes y escenas grabadas por el acusado.
En su defensa, el procesado asegura que desconocía la edad real de la joven, aspecto que fue descartado pues en la mensajería incautada el hombre hace referencia a la edad de la niña.
Las conversaciones de whatsapp son consideradas, “tan reveladoras como útiles” dado que contienen expresiones que serían “aceptables en mayores de edad siempre que no tengan sus capacidades mentales mermadas pero intolerables con una menor”.
El hombre tenía 35 años y era conductor de ambulancias cuando conoció a la joven en una acampada en el sur de Tenerife organizada en octubre de 2021 con compañeros de trabajo, entre los que estaba el padre de la menor.
Desde el día siguiente a la acampada, el acusado empezó a enseñarle imágenes de prácticas sexuales sádicas de dominación y sumisión.
La Audiencia Provincial en su momento y el TSJC consideran probado que el procesado obligó a la víctima a que creara un correo electrónico y un perfil en Instagram dado que ella no tenía móvil para enviarle fotografías pornográficas y propiciar los encuentros para agredirla sexualmente.
Los hechos a veces se producían en la casa del hombre o cuando pasaba a recogerla a primeras horas a su domicilio y la llevaba a un descampado próximo al instituto donde estudiaba.
Transcurridos dos meses la joven decidió tratar de poner fin a la relación de abuso, lo que enfadó al acusado, que chantajeaba a la niña con el contenido que conservaba en su teléfono.
Los hechos fueron denunciados por el padre y a continuación un informe psicológico determinó que la hija presentaba un daño compatible con Trastorno de Estrés Postraumático y Adaptativo de tipo ansioso.
La Fiscalía pedía un total de 28 años de cárcel por considerarlo autor de un delito continuado de abuso sexual a menor con trato degradante o vejatorio por realizar prácticas sadomasoquistas.
Igualmente le atribuía el de corrupción, uno más de exhibicionismo y se fijaba un pago de 50.000 euros en concepto de responsabilidad civil.