Tribunales

El acusado de violar a su cuñada de trece años en Arrecife niega los hechos durante el juicio

La causa ha quedado vista para sentencia y la Fiscalía pide para el acusado doce años de cárcel y una indemnización de 20.000 euros por los daños morales ocasionados a la menor

El acusado David José durante el juicio de este jueves. Foto: Juan Mateos

La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha celebrado en la mañana de este jueves el juicio oral contra David José L.S., acusado de violar a la hermana de su pareja en una vivienda de Arrecife, la capital de Lanzarote. La Fiscalía le acusa de cometer un delito de abuso sexual con penetración, calificado de esa manera porque aún no estaba en vigor la Ley Orgánica 10/22, conocida como Ley del Solo Sí es Sí, que tipifica todos los delitos contra la libertad sexual como agresión sexual.

Durante la celebración del juicio el acusado de agredir sexualmente a su cuñada cuando esta tenía solo trece años negó que hubiera violado a la menor y que hubiera mantenido algún tipo de relación sexual con la víctima. Según su testimonio, "él era como un hermano para la menor" y que "lo único que hacía era ser uno más en la familia y ayudarla". Frente a ello, la víctima le acusa de haberla sometido a dos años de agresiones sexuales.

 

Dos años de presuntas agresiones

Los hechos juzgados se remontan a 2016, cuando la menor vivía en una vivienda con su cuñado, su hermana (mujer del acusado), sus sobrinos pequeños, su madre y su tío. En ese entonces, David José tenía 30 años y la menor, trece. 

Durante su intervención en la vista oral, la víctima, que ya es mayor de edad, aseguró que pasaba mucho tiempo en casa con su presunto agresor, relató que el acusado solía llevarla a su habitación para ver la televisión y que presuntamente fue ahí donde comenzó a agredirla sexualmente. La joven narró cómo fueron las primeras semanas y aseguró que su cuñado presuntamente la manoseaba a pesar de que ella se negaba. 

La víctima contó que tras estas primeras semanas, presuntamente comenzó a violarla. En ese momento, la única persona que se encontraba en la vivienda era el tío de la víctima, que padece una enfermedad mental y se encontraba normalmente en su habitación. Durante esta agresión, David José presuntamente la manoseó por debajo de la ropa.

Tiempo después de que comenzaran las agresiones, la víctima contó en el juicio que el presunto, su hermana y sus sobrinos se fueron de la vivienda para vivir en otra. Sin embargo, las presuntas agresiones no habrían cesado ahí. De acuerdo con el testimonio de la joven, cuando iba a esa casa a cuidar a sus sobrinos, David José aprovechaba para presuntamente continuar agrediéndola sexualmente. En total, las agresiones se prolongaron durante dos años, desde 2016 hasta 2018, denunciando en la sala que eran prácticamente diarias cuando vivían todos en la misma vivienda y pasaron a producirse varias veces a la semana cuando el presunto agresor se fue de la misma.

 

Miedo a que sus sobrinas pudieran ser agredidas

Por otro lado, la víctima relató que tenía miedo de contar los hechos porque su hermana, la mujer del presunto agresor, no la iba a creer. También señaló que no se lo contó a su madre porque siempre estaba trabajando y no lo iba a entender.

Según el testimonio de la denunciante, las presuntas agresiones cesaron cuando empezó una relación sentimental con un joven y le pidió permiso a su madre para que este se viniera a su casa a vivir. Tiempo después, la víctima le contó a su pareja las agresiones sexuales que había sufrido pero le hizo prometer que no se lo contaría a nadie. Sin embargo, durante una discusión entre el presunto agresor y el novio de la víctima, este último dijo delante de gran parte de la familia que David José la estaba violando, según narró la expareja de ella y una de sus hermanas en el juicio. 

Años después, en enero de 2020, la joven se atrevió a denunciar los hechos. En sede judicial explicó que tardó un tiempo en acudir a la policía y que finalmente lo hizo por miedo a que el presunto agresor repitiera estas agresiones con sus sobrinas.

En el juicio fueron llamados a declarar diferentes testigos. Entre ellos, la madre de la víctima relató que David José obligaba a su hija a quedarse a solas con él y que en ocasiones escuchaba cómo le decía a su hija que subiera a su habitación. La mujer narró que su hermano, que vivía en la vivienda, le comentó que pasaban mucho tiempo en la habitación y que se escuchaba ruido. Además, explicó que su hija le dijo que tenía sangrado anal y otra de sus hermanas la llevó al médico. 

La madre de la víctima aseguró que una de sus nietas, hija del presunto agresor y de otra de sus hijas, tenía una infección vaginal, lo que hizo a la familia saltar las alarmas. Al testimonio de la madre, se suma el de otra de las hermanas, que aseguró que antes de que su hermana se decidiera a denunciar, ella sospechaba las presuntas agresiones que el acusado estaría cometiendo.

Celebración del juicio este jueves en Arrecife. Foto: Juan Mateos

 

La mujer del acusado defiende su inocencia

Entre los testigos, Y., la mujer del acusado y también hermana de la víctima, defendió la inocencia de su pareja y aseguró que el trato entre ambos era una relación paternal, propia de un padre con una hija. La hermana de la víctima negó la implicación de David José y aseguró que la relación era buena hasta que hubo un conflicto entre el novio de la víctima y el acusado. 

Sobre la habitación en la que dormían cuando comenzaron las agresiones, Y. contradijo al resto de testigos y al propio acusado. La mujer David José aseguró que dormían en un sofá cama en el salón de la parte inferior de la vivienda, pero sin embargo, todos aseguraban que dormían en una habitación de la planta alta. 

La mujer narró que no mantiene relación con su hermana a raíz de que esta impusiera la denuncia contra su marido. De hecho, durante el juicio la víctima comentó lo mucho que echa de menos a sus sobrinos, a los que no ve desde hace años.

El tío de la víctima, que padece una enfermedad mental y estaba siempre en la casa, declaró ante el Tribunal que "no sabía lo que hacía su sobrina y el acusado en la habitación pero cerraban la puerta y pasaban tiempo juntos ahí".

Finalmente, la Fiscalía renunció a la declaración de los dos agentes de la Policía Nacional ya que el testimonio se iba a basar en relatar el momento en el que la víctima fue a denunciar.

 

Doce años de prisión

El acusado se enfrenta a doce años de prisión, inhabilitación durante el tiempo de la condena. Además de la prohibición de acercarse a la víctima, a su domicilio, a su lugar de trabajo, estudio o a cualquier otro lugar en el que se encuentre a menos de 500 metros, así como la prohibición de comunicarse con ella durante quince años. A lo que se suman diez años de libertad vigilada y diecisiete años de inhabilitación especial para "cualquier profesión u oficio" que conlleve contacto regular con menores durante 17 años. Además del pago de las costas procesales y una indemnización de 20.000 euros por los daños morales ocasionados a la menor.