Los maestros y maestras fueron una figura fundamental durante la Segunda República Española (1931-1939) para llevar la educación a los pueblos, donde el analfabetismo y la pobreza seguía siendo la regla. Los gobiernos republicanos abogaron por lograr una escuela gratuita y laica, promoviendo la retirada de crucifijos de las aulas y el aumento de maestros en todo el país. Entonces el magisterio se convirtió en una de las primeras profesiones que las mujeres españolas fueron conquistando desde el siglo XIX.
Con el golpe de Estado en 1936, una de las primeras medidas que tomó el bando franquista en aquellos lugares que iba conquistando era perseguir y purgar a los maestros nacionales de izquierdas o a quienes consideraban que por su ideología eran enemigos del régimen, especialmente a las mujeres que ejercían como profesoras. Instalado en Canarias desde el golpe de estado del 18 de julio de 1936, el franquismo llevó a cabo una depuración para implantar su modelo de escuela nacional-católica en todo el país, con la vuelta de los crucifijos y la bandera rojigualda hondeando en los lugares públicos.
Lanzarote no escapó de aquella represión. En un escrito emitido desde la Alcaldía de Haría el 31 de agosto de 1936 y que permanece en el Archivo Municipal de Arrecife al que ha tenido acceso La Voz, se puede ver cómo el régimen franquista pedía identificar a los profesores del Consejo Local de Primera Enseñanza vinculados a los ideales del bando republicano. Sin embargo, esta represión política también sirvió durante décadas para señalar y calumniar a vecinos por enemistades o rencillas personales.
Tras aquellos oficios, en los diferentes pueblos de Lanzarote se señalaron a los maestros y maestras por su ideología. Entre las "confidencias" compartidas en este telegrama se acusó a varios maestros del norte de Lanzarote, como por ejemplo a Manuel Páez Fernández, que era presidente de este Consejo Local. En el telegrama las fuerzas franquistas le acusaban de ser "el dirigente del marxismo" en Haría.
Otro documento al que ha accedido este medio expone que poco tiempo después, el profesor Manuel Páez Fernández fue suspendido de empleo y sueldo "por orden de superioridad" y no se pudo presentar el 1 de octubre de 1936 a dar clases en el municipio.
Durante los primeros años de la república, este vecino había llegado a presidir el comité ejecutivo de la Casa del Pueblo de Haría, asociado al partido socialista y al sindicato Unión General de Trabajadores, según recoge la cronología expuesta en Memoria de Lanzarote.
El caso de la maestra lanzaroteña Josefa León Pavón
En Lanzarote, los registros exponen que 25 maestros fueron castigados, sancionados, trasladados o suspendidos y sirvieron de ejemplo para otros, así lo desglosa el trabajo la Imposición de los Valores Morales del Franquismo en el proceso de depuración de la maestra Josefa León Pavón.
En total, el 42% de los profesores que ejercían la docencia en la isla, fueron depurados por el régimen franquista. De ellos, un 16,6% sufrieron la sanción más grave, la inhabilitación permanente. Otros, volvieron a sus puestos tras ser sancionados y señalados.
La maestra Josefa León Pavón, que ejercía en la escuela de Tahíche, fue apartada de la docencia y suspendida de empleo y sueldo durante cuatro años por acusaciones que ella señaló como calumniosas. Por ejemplo, la acusaban de pertenecer al partido socialista, de ser "propagandista" del Frente Popular, de "mostrar ideario perturbador en las conciencias infantiles" y de instigar "a la coeducación y a la promiscuidad" a sus alumnos.
Sin embargo, esta maestra negó todos y cada uno de los cargos, resaltó que sus sentimientos eran "cristianos" y tenía tres hijas a su cargo que no podía mantener. Sin embargo, fue expulsada del magisterio sin atender a los diferentes testigos que la avalaban.
De los "dudosos" a los "deplorables"
La represión del régimen que comenzaba no solo cargó contra Manuel Páez sino que también señaló a otros maestros y maestras del norte de Lanzarote. "La maestra doña Rafaela Mesa, que figura como de derechas, hay referencias de que es dudosa", comenzaba Antonio González Izaguirre en un escrito dirigido a la Delegación del Gobierno.
El telegrama señalaba a otras maestras, como Carmen Toledo, de quien hablaba en estos términos: "Figura como socialista, tengo entendido que es algo más avanzada". Mientras tanto, decía de Miguel Bermudez, "que figura como socialista, las referencias que yo he obtenido son también deplorables".
Finalmente, el documento resalta que la maestra Isabel Martín, que figuraba en los registros franquistas como de izquierdas, era "esposa de un destacado socialista".
Persecución a políticos y profesores universitarios
No solo los maestros de escuela estuvieron perseguidos, también se inició la misma represión contra la única universidad pública canaria en aquellos años, la Universidad de La Laguna. En un teletrama remitido por el Delegado del Gobierno de Lanzarote se pedía identificar la conducta "política y moral" de cada uno de los profesores para determinar si eran contrarios a los valores del régimen y proceder a sancionarlos.
La represión contra los maestros y maestras nacionales estuvo acompañada de otras medidas de persecución. El régimen franquista inició una búsqueda activa de todos los "representantes o mandatarios" de los partidos políticos y sindicatos que pertenecían al Frente Popular en el año 1936. Para ello creó una Comisión Fiscalizadora de Responsabilidades Civiles y pidió a la Delegación de Arrecife que remitiera con urgencia los datos de todos los representantes políticos.