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El calderón tropical Nika recorre el mundo alertando sobre los impactos de la masificación en Canarias

Felipe Ravina y José Hernandez dirigen un multipremiado documental que plasma “un comportamiento que entre calderones tropicales nunca se había registrado”

Nika, la cría de calderón tropical. Foto: Felipe Ravina.

La relación de Felipe Ravina con el mar comenzó desde que era muy pequeño. Su padre y él pasaban horas en los charcos del sur de Tenerife. Desde niño ya le costaba salir del agua y renunciaba a otros planes si podía elegir quedarse en el mar. Con el tiempo descubrió el océano, usando gafas y tubo y finalmente terminó por hacerse buceador. Se graduó en Ciencias del Mar y se convirtió en uno de los documentalistas marinos más jóvenes de Canarias.

Desde hace una década, su amor por la naturaleza le ha llevado a luchar de manera incansable por mostrar los tesoros marinos de este archipiélago de la macaronesia y a concienciar sobre los riesgos a los que se enfrenta la biodiversidad de las islas empujada por la masificación. Ahora, esta lucha medioambiental recorre el mundo a través de un documental que ha sido galardonado en múltiples ocasiones en varios países: Nika, el calderón tropical.

Este proyecto, dirigido por José Hernández y codirigido por Felipe Ravina, llegará a Lanzarote como imagen principal de promoción de la undécima edición del Ocean Film Tour, el festival internacional de cine sobre los océanos, que aterrizará en Jameos del Agua los días 7 y 8 de noviembre. Entre otros premios, este trabajo ha sido galardonado con la Barandilla de Oro en el CIMAC sub, el premio español más importante sobre documentales marinos. 

El documentalista explica las consecuencias de la presión turística en Canarias a través de Nika, una joven calderón tropical (globicephala macrorhynchus), también conocido como ballena piloto de aleta corta, que reside con su familia en la costa del sur de Tenerife, un área con varias protecciones medioambientales y el único santuario de ballenas de Europa. También un espacio azotado por la masificación y el vaivén constante de embarcaciones y barcos de alta velocidad que protagonizan constantes colisiones con cetáceos y altos niveles de estrés entre los animales.

Nika, la cría de calderón tropical. Foto: Felipe Ravina.

 

El riesgo de perder el paraíso

"Los recuerdos más especiales que tengo son de algunos lugares que ya no están y otros, como el Puertito de Adeje (Tenerife), que están en proceso de destruirse", narra Ravina durante una entrevista con La Voz. "Crecer en un lugar que aprecias tanto y ver cómo todo eso que quieres tanto se destruye, es muy triste", continúa. 

A pesar de que este documentalista es consciente de la "fortuna" de haber crecido en Canarias, muestra su pesar por ver que aquello que los isleños disfrutaron al crecer "lo están destruyendo por todas partes". 

Entre su labor conservacionista, Ravina registra anualmente las poblaciones de calderones tropicales que viven en el sur de la isla, con un permiso del Gobierno de España, ya que nadar con cetáceos está prohibido en el país. "Vimos un comportamiento bastante más curioso de lo habitual, grabé todo lo que pude ese día y luego volvimos otros días y veíamos que ese comportamiento se repetía", resalta.

Felipe Ravina y José Hernández plasman en el documental el comportamiento inusual de este ejemplar joven de calderón tropical. "Empezamos a rebuscar a ver si era un animal que conocíamos, qué había detrás de todo eso porque nos daba mucha curiosidad qué era lo que estaba pasando", explica. "Es una historia llena de casualidades inexplicables, con una ballena que muestra un comportamiento que entre calderones tropicales nunca se había registrado", añade.

Además de su labor con los documentales marinos, Felipe Ravina acumula 141 mil seguidores en redes sociales, donde muestra especies marinas del archipiélago, pero también denuncia los vertidos de aguas fecales a la costa o la destrucción del litoral para construir proyectos turísticos. El tinerfeño es uno de los rostros visibles del movimiento ecologista canario Canarias tiene un límite

"Los documentales siempre los he hecho con la intención de mostrar todo lo que tenemos, pero también las amenazas tan grandes que están sufriendo y que si seguimos por este camino, van a desaparecer", apostilla Ravina. "Si no lo muestras, la gente no se moviliza y parece que el problema no es tan grave cuando en realidad sí lo es", concluye.