UNA TESTIGO DICE QUE PRESENTABA SIGNOS DE HABER BEBIDO "BASTANTE"

La guardia civil acusada de homicidio imprudente afirma que sólo bebió "dos botellines de cerveza" antes del accidente

No se explica cómo pudo triplicar la tasa de alcoholemia. Los dos heridos en este siniestro afirman que no le vieron beber alcohol. Sin embargo, una agente de la Guardia Civil asegura que presentaba signos "de haber bebido bastante"...

20 de enero de 2014 (21:45 CET)
La guardia civil acusada de homicidio imprudente afirma que sólo bebió dos botellines de cerveza antes del accidente
La guardia civil acusada de homicidio imprudente afirma que sólo bebió dos botellines de cerveza antes del accidente

"Me bebí dos botellines de cerveza, nada más". De esta manera se ha defendido la agente de la Guardia Civil, que dio positivo en el control de alcoholemia tras tener un accidente de tráfico en El Cable, en Arrecife, en el que murió un compañero suyo, de 29 años. Dos de los ocupantes del vehículo también han declarado en el juicio y han defendido que no vieron a esta agente consumir alcohol. Sin embargo, una tercera agente de la Guardia Civil ha señalado que sí le vio bebiendo e, incluso, le pidió que no condujera en ese estado.

Este lunes se ha celebrado este juicio en el Juzgado de lo Penal Número 3 de Arrecife. La agente está acusada de un delito de homicidio imprudente, otro contra la seguridad vial y dos más de lesiones. La Fiscalía y la acusación particular, que representa a los padres del fallecido, han solicitado cuatro años de prisión para la conductora.

Nada más comenzar la vista oral, la defensa de la acusada ha pedido la nulidad de la prueba de alcoholemia, que arrojó una tasa de 0,80, el triple de lo permitido. A este hecho, se han opuesto tanto la Fiscalía como la acusación particular, que consideran que la acusada condujo bajo los efectos del alcohol, a una velocidad que pudo ser excesiva, se saltó una doble línea continua para meterse al desvío de El Cable, y acabó colisionando contra una palmera. La acusación particular cree que también pudo consumir cannabis.

Por el contrario, la defensa considera que estos hechos son una infracción leve que por desgracia "causó la muerte de una persona". Además, el abogado de la acusada ha recordado que el fallecido no llevaba cinturón de seguridad. "No quiere esta parte cargar la culpa a nadie, pero el fallecido no llevaba el cinturón", ha señalado. Ante estas declaraciones, la madre de la víctima ha tenido que abandonar la sala visiblemente afectada y la juez le ha reprochado al abogado su actitud.

Los hechos que se han juzgado este lunes se remontan al 9 de abril de 2011. Ese día, la conductora y los ocupantes del vehículo, habían ido a un asadero para celebrar la despedida de varios compañeros de la Guardia Civil, entre ellos el fallecido, que iban a ser trasladados de isla. El vehículo tuvo un accidente a la altura de El Cable, cuando los ocupantes se dirigían hacia la casa del fallecido.

La conductora ha asegurado durante el juicio que la última cerveza se la tomó sobre las 14.15 horas y no se explica cómo dio positivo en una prueba de alcoholemia, que fue practicada horas después en el Hospital Doctor José Molina Orosa, tras ser asistida en el accidente, que se produjo sobre las 21.30 horas. Además, ha negado que consumiera cannabis, ya que en un informe se apunta a que también dio positivo en esta sustancia. "Nunca consumo droga. Ese día no consumí. Quizás 20 días antes del accidente lo probamos con unos amigos", ha declarado.

 

"Me asusté y giré"


La conductora, que según ella se encontraba "perfectamente" para manejar el vehículo, ha asegurado también que desconocía la entrada a la urbanización El Cable, pese que llevaba cinco años trabajando en Lanzarote. "Mis compañeros vieron que me pasaba la salida y me gritaron ‘a la derecha’. Me asusté y giré. Fui a entrar, cogí gravilla y en décimas de segundo me fui contra la palmera", ha testificado.  

Ya en el hospital, a la conductora le practicaron varias pruebas, entre ellas, le realizaron un análisis de sangre, que fue el que dio positivo en alcoholemia (1,65 miligramos de alcohol en sangre, lo que corresponde a algo más de 0,80 miligramos en aire). En la fase de instrucción, la agente aseguró que si hubiese sabido que le iban a practicar esta prueba, "no lo habría consentido". Preguntada durante el juicio sobre por qué no se sometería a este control, la acusada ha señalado simplemente que es "su derecho".  

Una médico de Urgencias también ha declarado al respecto y ha asegurado que no fue la policía la que le pidió que le practicara una prueba de alcoholemia, sino que lo hizo con finalidad "terapéutica y diagnóstica".

 

Los dos heridos respaldan a la conductora


Tras ella, ha declarado uno de los guardias civiles que viajaban en el vehículo siniestrado. "Estábamos haciendo un asadero. Yo bebí bastante alcohol, pero a ella no le vi bebiendo", ha testificado este agente. Así, considera que su compañera "estaba bien" para llevar el vehículo. "Cuando íbamos hacia El Cable, ella se estaba pasando el desvío y le dijimos que girara. Giró y ya está. No sé por dónde fue porque no recuerdo más", ha indicado este joven, que resultó herido en el accidente.

La otra ocupante que viajaba en el asiento de copiloto también ha negado que la conductora bebiera alcohol. "No consumimos alcohol. No estuve todo el rato con ella, pero no le vi beber", ha defendido en el juicio. El momento del siniestro, tampoco lo recuerda "muy bien". "Íbamos normal en el coche. Los chicos dijeron ‘¡a la derecha!’. Ella se asustó y chocamos. Supongo que intentó meterse al desvío desde la pista. Sé que el coche cogió gravilla y se fue. Perdí el conocimiento", ha relatado.

 

Otra compañera relata que la conductora bebió ron


Sin embargo, otra compañera de la Guardia Civil que también se encontraba en el asadero ha contado una versión muy diferente del comportamiento de la conductora durante esta fiesta. "Presentaba signos de haber bebido bastante", ha declarado ante el tribunal. Incluso, ha señalado que le pidieron que no se fuera al aeropuerto a recoger a una amiga, con la que posteriormente sufrió el accidente.

"Yo llegué al asadero a las 14.00 horas, aproximadamente. En ese asadero se consumía alcohol. Yo vi a la conductora consumiendo alcohol. Recuerdo que se estaba sirviendo una copa de ron. La sintomatología que presentaba era la de una persona que había bebido. Por ello, le aconsejamos que no fuera al aeropuerto. Yo me fui y ya no le vi más", ha relatado ante el tribunal.

Un policía nacional, que fue testigo del accidente aunque estaba fuera de servicio, ha explicado en el juicio que el coche en el que viajaban estos guardias civiles "le adelantó" en esa zona. "Me adelantó cuando yo iba a 60-70 kilómetros por hora. Me llamó la atención porque se encendió una luz de freno y luego la luz desapareció. Me acerqué y ya vi el coche contra la palmera", ha relatado. Pidió un móvil a una vecina y llamó al 112 al ver el grave accidente que acababa de producirse.

Tal era la situación de los heridos dentro del coche, que este policía nacional pensó que había tres ocupantes, en lugar de cuatro. "Cuando empezaron a excarcelarles, me di cuenta de que eran cuatro. La copiloto estaba en la parte de los pies y un cuerpo encima suyo. Le escuché respirar fuerte y de repente dejó de hacerlo", ha declarado el agente, que habló con la conductora pero no apreció "nada" reseñable en cuanto a su presunto estado de embriaguez.

Un policía local también ha declarado como testigo, explicando cómo pudo haberse producido el accidente que causó la muerte de una persona. El agente cree que el coche iba por el carril derecho de la autovía, de la LZ-2, "atravesó la doble línea continua y sin pasar por el carril de desaceleración acabó rompiendo el muro y colisionado contra una palmera".

 

"La conductora se mantuvo sin reacción"


El policía calcula que la velocidad mínima que llevaba el vehículo era de 62 kilómetros por hora, cuando a ese desvío hay que entrar a una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora. Por ello, considera que la velocidad "era inadecuada para esa maniobra, para ese giro". El policía cree también que pudo existir "la influencia del alcohol", puesto que le llamó "poderosamente" la atención que la conductora "se mantuviera sin reacción en dirección de choque contra la palmera".

Tras todas las declaraciones y las conclusiones finales, la acusada ha preferido no hacer uso de su derecho a la última palabra y el juicio ha quedado visto para sentencia. 

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