La familia de Francisco Bermejo tenía una empresa de jardinería en su Cantabria natal, así que siendo muy joven se desplazó a un centro especializado de Reus, en Tarragona, donde obtuvo el título de técnico especialista en horticultura ornamental y jardinería y posteriormente, en la localidad francesa de Angers, se formó como paisajista.
Después de trabajar durante diez años en Francia, durante unas vacaciones en 1992, “mi mujer y yo nos enamoramos de Lanzarote. Nos pareció un sueño vivir aquí, dijimos que vendríamos para la jubilación, pero por temas familiares lo adelantamos”.
Riego inteligente, xerojardinería y una patente para salvar a las palmeras
Una vez en Lanzarote, Bermejo aplicó todo su bagaje para crear la empresa lanzaroteña Canariensis que ha sido pionera en la isla en sistemas de riego inteligentes; en xerojardinería, un modelo que reduce al máximo la necesidad de agua; y en la recuperación de palmeras enfermas y otros árboles.
“Vi que las palmeras estaban enfermas y no sabía por qué. Todavía no se hablaba, al menos a escala pública, del picudín, la diocalandra. Investigué y descubrí algunos sistemas de endoterapia para tratar a las palmeras que me parecieron buenos. Llamé a una fábrica de Córdoba que tiene una patente y me convertí en su distribuidor en Canarias”.
Para explicar la xerojardinería, que nace en los años setenta en Estados Unidos, Bermejo la contrapone a los jardines con plantas tropicales.
"El problema de Lanzarote es que, si tienes agua, cualquier planta funciona"
“El problema de Lanzarote, en mi humilde opinión, es que si tienes agua, cualquier planta funciona. Así que muchos hoteles y jardines públicos se han hecho con plantas tropicales que necesitan muchísima agua y eso aparte de un gasto de agua exagerado, supone muchos más cuidados, muchos más tratamientos”, explica.
“Es una una pescadilla que se muerde la cola. Son plantas que por esa cantidad de agua, por esas condiciones, son más propensas a tener plagas y enfermedades, entonces estamos gastando más en agua e insecticidas”, complementa.
“Cuando diseñamos jardines que no necesitan casi agua, con plantas adaptadas al clima y a las condiciones hídricas Lanzarote, facilitamos su mantenimiento y a bajo costo. La diferencia es abismal”. Se calcula que este tipo de jardines requiere entre un 5 y un 10% del agua que necesitan jardines sin adaptar.
Canariensis, una empresa en crecimiento
Canariensis tiene cinco personas trabajando fijas, pero la empresa está viviendo un momento de gran crecimiento con lo que el equipo podría crecer. Por lo pronto, acaban de abrir una tienda física en Tías de material de jardinería, que se suma al almacén de la empresa para la logística, ubicado en Uga.
“Al vivir y trabajar en Lanzarote nos hemos dado cuenta de las dificultades que tienen los profesionales para encontrar según qué material y según qué herramientas, así que decidimos abrir una tienda”.
Preguntado por el proyecto de Canariensis en la isla del que se siente más orgulloso, Bermejo destaca “un jardín privado en Playa Blanca, muy manriqueño. Hicimos todo, la piscina, las terrazas”. Entre los públicos, Bermejo destaca los jardines del parque canino de Yaiza.
“Soy un enamorado de César Manrique desde hace muchos años. Manrique es inimitable, pero siempre teniendo en cuenta sus sus valores y su filosofía”, complementa.
Imágenes de varios proyectos de Canariensis en Lanzarote