La señorial Villa de Teguise volvió a latir al compás de sus raíces el pasado sábado, cuando acogió las II Jornadas del Juego del Palo Canario, un encuentro donde la tradición, la hermandad y el respeto se entrelazaron - como los propios palos en el aire - para rendir homenaje a uno de los legados más profundos del alma canaria.
Desde primeras horas de la mañana, las puertas de la Casa-Museo del Timple se abrieron para recibir a quienes sienten curiosidad, pasión o respeto por este arte ancestral. Allí, diversas charlas ofrecieron un recorrido por las modalidades del juego del palo en el archipiélago, su historia, su técnica y su filosofía, demostraron que más allá del gesto físico, el palo canario encierra una forma de entender la vida; equilibrio, nobleza y respeto por el otro.
Ya por la tarde, el corazón del Casco Histórico de Teguise, la emblemática Plaza de Los Leones, se transformó en un escenario vivo. Bajo un cielo sereno, los palos comenzaron a dibujar figuras en el aire. Maestros y practicantes de todas las islas - Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Palma, La Gomera y El hierro - compartieron su arte, mostrando la diversidad de estilos que, como las islas mismas, conforman una identidad común. Cada exhibición fue un diálogo sin palabras, un intercambio de respeto donde la tradición se respiraba en cada movimiento.
Porque el Juego del Palo no solo se practica...se vive
El broche final llegó con un espectáculo que quedará grabada en la memoria colectiva: el grupo de música popular Teguey, llegados desde San Bartolomé y dirigidos musicalmente por el profesor Leo García Corujo bajo la presidencia de José Cruz Hernández, unió música y tradición en una fusión única. Mientras los maestros del palo marcaban al oponente sin llegar al contacto físico - demostrando agilidad, defensa y contragolpe - Teguey marcaba el ritmo con isas, folías y malagueñas, creando una danza entre el palo y el sonido, entre la historia y le presente.
El público, emocionado, fue testigo de cómo el ate del juego del palo y la música tradicional canaria se fundieron en un solo latido, en el mismo lugar donde siglos atrás resonaban los pasos de la historia; la Plaza de Los Leones de Teguise.
Las autoridades municipales, el concejal de Cultura y Fiestas, Andoni Machín, y la concejala de Bienestar Social Ana Nereida González, felicitaron a los colectivos culturales y a los maestros por su labor en mantener vivas las tradiciones que definen nuestra identidad.
Así, entre aplausos, melodías y el suave viento de la Noble villa, concluyó una jornada donde Canarias recordó que sus tradiciones no envejecen, sino que renacen cada vez que se comparten.