La Vigilia Pascual celebrada la noche del sábado en la parroquia Matriz de San Ginés Obispo en Arrecife es considerada la celebración más importante del año litúrgico cristiano. En ella se conmemora la resurrección de Jesucristo y el paso de la muerte a la vida. Es una noche de alegría y esperanza en la que se celebra la victoria de Cristo sobre la muerte y el triunfo de la luz sobre la oscuridad.
Juan Carlos Medina, párroco titular, tuvo el honor de presidir la misma arropado por los feligreses que llenaron las tres naves del templo. En una noche tan especial, los cantos estuvieron amenizados por el Coro Parroquial a los que también unieron sus voces los feligreses.
La Vigilia Pascual es una ceremonia muy especial llena de simbolismos y tradiciones, el primero e ellos, la bendición del fuego de donde se enciende el Cirio Pascual, y que representa la luz de Cristo resucitado, continuando con la Liturgia de la Palabra haciendo un repaso por varios pasajes bíblicos recogidos en el Antiguo y Nuevo Testamento, a estas lecturas se le añade los salmos correspondientes finalizando con la proclamación del Santo Evangelio para continuar con la Liturgia Bautismal, un rito muy especial esta noche porque se cantan las Letanías de los Santos.
La noche de la Vigilia Pascual se renueva el bautismo con la aspersión del agua bendita a toda la asamblea, renovando así sus promesas bautismales volviendo a tomar la luz del Cirio Pascual, recordando así como en su día lo hicieron sus padrinos en el bautismo.
La parte central de la Vigilia Pascual está en la Liturgia Eucarística, momento solemne donde el sacerdote celebrante, Juan Carlos Medina consagra las especies del pan y el vino para su posterior distribución.
En una noche tan significativa para los católicos la Vigilia Pascual, finaliza con la Bendición Solemne, concluyendo así el Santo Triduo Pascual, correspondiente a esta Semana Santa 2025.