Gente

Nueve consejos para evitar ahogamientos

Canarias es la segunda comunidad con más muertes por ahogamientos, según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo

Turistas en una playa de Lanzarote

En lo que va de año, con datos hasta el 30 de junio, han fallecido 211 personas por ahogamiento en espacios acuáticos en España en lo que llevamos de año, según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo. Solo en junio han muerto ahogadas 73 personas en todo el país.

Por franjas de edad, las personas entre 45 y 74 años son las que mayor mortalidad acumulan (96 personas fallecidas en 2025). Las víctimas mayoritariamente son hombres (165 fallecidos) y las playas son el principal escenario de estos accidentes (100 fallecidos). El Archipiélago Canario registra 32 muertes por detrás de Andalucía con 39.

José Luis Cebrián, coordinador del Servicio de Actividades Preventivas de Riesgos Laborales de Umivale Activa y técnico superior de Prevención de Riesgos Laborales afirma que “los accidentes en el agua tienen con demasiada frecuencia resultados letales". 

 La campaña informativa de la mutua Umivale Activa se centra en evitar más fallecimientos por ahogamientos con las claves para tener un baño seguro.

 

¿Sabías que un descuido o imprudencia lo cambia todo?

1. Bañarse en zonas habilitadas. En ríos, pantanos o lagos, y en playas del litoral marítimo que no estén habilitadas para el baño, existen muchos peligros para tu integridad y tu salud.

2. Evitar entrar bruscamente en el agua, en especial después de tomar el sol o haber comido. Es recomendable esperar en torno a dos horas tras comer para prevenir el "corte de digestión".

3. Salir del agua si adviertes algún síntoma extraño como escalofríos (tiritona persistente), fatiga, dolor de cabeza o en la zona de la nuca, picores, mareos, vértigos o calambres.

4. No tirarse de cabeza en lugares de fondo desconocido. Puedes golpearte la cabeza contra el fondo de la piscina o una roca en la playa y producirte una lesión que dañe la médula espinal.

5. No te arriesgues intentando salvar a alguien con problemas en el agua. Mejor lánzale algo que flote y pide ayuda, porque una persona en situación de ahogarse puede arrastrarte a ti.

6. Respetar las zonas reservadas para el baño. Los accidentes por motos, tablas de windsurf, barcos, etc. aumentan cada año, principalmente por no respetar las zonas de baño.

7. Tener cuidado con los bordes de las piscinas y las zonas mojadas. Puedes resbalar y causarte una lesión. Respeta las normas de seguridad de las instalaciones.

8. La mayoría de ahogamientos en el mar se producen por el baño en solitario. Ante un incidente es más difícil que alguien pueda socorrerte, la mejor prevención es evitar bañarse a solas.

9. Evitar tragar agua. Los químicos usados para el mantener las piscinas pueden provocar afecciones gástricas y, en los ríos o pantanos, tragar agua puede incluso producir infecciones.

También remarca la importancia de respetar las banderas de señalización en la playa y subraya la importancia de no nadar nunca contra la corriente si nos sentimos arrastrados, sino en paralelo a la playa hasta salir de la misma.

 

Guía de buenas prácticas para socorristas

La campaña se completa con una guía técnica que proporciona un marco integral para la seguridad y la prevención de riesgos laborales para los socorristas en diversas instalaciones acuáticas, como piscinas convencionales y naturales y parques acuáticos.

El documento repasa las funciones clave de este perfil profesional, que se dividen en cuatro áreas fundamentales: técnicas de natación, prevención (supervisar las instalaciones y el equipo, hacer cumplir las normas de seguridad y mantenerse en óptimas condiciones físicas y técnicas), rescate y primeros auxilios (prestar la primera asistencia en caso de accidente, aplicando los protocolos establecidos y ofreciendo apoyo psicológico).

La guía detalla también los riesgos laborales genéricos y las medidas de prevención más adecuadas para mitigarlos.

Entre otros, identifica las caídas, riesgos por contacto eléctrico, la exposición a productos químicos o la carga física que puede provocar trastornos musculoesqueléticos. También la exposición a agentes físicos y biológicos, dedicando un apartado a los riesgos psicosociales y a los equipos de protección individual que deben utilizar.

Por lo que respecta a la formación necesaria para ejercer como socorrista, el documento destaca que se requiere una formación específica que incluye, a nivel profesional, el certificado de profesionalidad de socorrismo en instalaciones acuáticas o el título de técnico deportivo en salvamento y socorrismo.

A nivel de prevención de riesgos laborales, sería recomendable requerir cursos sobre actuación en emergencias, primeros auxilios, manipulación de productos químicos y cargas, bienestar emocional e higiene postural.

La campaña se pueden consultar en el apartado de Prevención y Salud de umivaleactiva.es, en la sección destinada a la Primeros auxilios.