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Echedey Aguilar, el joven de Tiagua que estudia la biodiversidad de La Habana con inteligencia artificial

Un proyecto innovador en el municipio de Boyeros revela el impacto de la expansión urbanística en la fauna local gracias a la tecnología

El lanzaroteño Echedey Aguilar (3i) en el proyecto de 'Valorización de la biodiversidad en Boyeros' en La Habana, Cuba. Foto: Cedida.

Echedey Aguilar Hernández (Tiagua, Lanzarote) ha pasado los dos últimos meses de su vida viviendo en La Habana, la capital de Cuba, en el marco de un proyecto pionero de investigación. Recién graduado en Ingeniería Informática por la Universidad de Sevilla este joven lanzaroteño de 23 años aterrizó en el país caribeño para desarrollar una iniciativa internacional de cooperación para estudiar la biodiversidad cubana.  

Este lanzaroteño trabaja desde hace un año como investigador en la Universidad de Sevilla, donde realiza un proyecto de hidrógeno verde. 

Aguilar y su compañera onubense Claudia Trancón Jiménez aterrizaron en la capital cubana en julio y regresaron a España un día antes de conceder una entrevista a La Voz, el pasado martes. Durante su estancia en el país desarrollaron el proyecto Valorización de la biodiversidad en el municipio de Boyeros (Cuba) mediante el uso de tecnologías IoT e IA: OPTES. 

Aunque de primeras el nombre del proyecto puede resultar engorroso, la labor de ambos ingenieros ha sido la de capturar los sonidos que emiten las aves y analizar el nivel de biodiversidad en un espacio concreto, usando "mini ordenadores" y una batería portátil para evitar los apagones constantes que azotan a Cuba.

La investigación se desarrolló en el municipio de Boyeros, uno de los 15 que conforman La Habana, y que alberga parte de naturaleza y también parte urbana. En concreto en esta ciudad la construcción está desplazando las aves a zonas más naturales. 

Para maximizar los resultados, los investigadores, guiados por los profesores Julio Barbacho Concejero y Natalia Moreno Naranjo, ambos de España, y el profesor cubano de la Universidad CUJAE, de La Habana, Juan Carlos Cruz, hicieron uso de un programa implementado con inteligencia artificial que permite determinar el nombre de cada ave en función del sonido que emite. 

Además, para medir los índices de biodiversidad en el espacio a analizar recibieron el apoyo de biólogos de la Universidad de Valencia.

Antes de irse del país, dieron unos talleres a los estudiantes de Maestría, que es el equivalente a los estudios de Máster en España, para explicarles cómo funcionan los aparatos, cómo instalarlos y cómo utilizar la inteligencia artificial para poder continuar con la iniciativa cuando ellos dejaran el país. 

 

Una beca de investigación

A pesar de que el tiempo que Echedey Aguilar y Claudia Trancón pasaron en La Habana no fue remunerado, recibieron una beca de investigación que les permitió costear su estancia, comida y billetes. Para poder pasar el verano en el país alquilaron una casa en el pueblo de Viñales por divisas, la moneda extranjera, a un hombre que resultó ser ornitólogo. 

"Van muchos turistas y casi que van con los ojos cerrados, con las rutas predeterminadas y no ven la realidad", apostilla Aguilar, que explica que durante su estancia en La Habana observó que hay "mucha necesidad", en alusión a la falta de recursos en ámbitos como la sanidad o la alimentación.

Al mismo tiempo, señala que durante los meses de verano la universidad estaba precintada y que las puestas en común del estudio se llevaban a cabo en casa del profesor. "Los profesores trabajan hasta edades muy altas porque el sueldo de un profesor es superbajo en comparación con los de aquí", añade.

Por el momento, su vuelta a España no significa que vaya a alejarse del proyecto y baraja volver a viajar a la capital cubana el próximo año. 

 

Echedey Aguilar y Claudia Trancón en la Facultad de la Universidad cubana. Foto: cedida.