La tarde del pasado sábado, a las 17´30 horas, los vecinos del pueblo de Soo, en el municipio de Teguise, se dieron cita en el salón social del Centro Socio Cultural "El Buen Lugar", para celebrar la festividad de San Juan Evangelista, conocido caroñosamente por los vecinos de mayor edad como "San Juan el de los Viejos".
La Eucaristía estuvo presidida por el párroco de Tiagua, Rafael Tejera Parrilla, y contó con la colaboración de varios vecinos que participaron activamente en las lecturas correspondientes a la celebración. El acto religioso tuvo lugar en el salón social, acondicionado por los propios vecinos, ya que la iglesia permanece cerrada al culto a la espera de las necesarias reparaciones.
La imagen de San Juan Evangelista presidió la Eucaristía desde su trono, preparado especialmente para la ocasión, aunque este año no pudo realizarse la tradicional procesión. Se trata de una imagen muy querida y de gran valor histórico y devocional, vinculada a la ermita de San Juan Evangelista, construida originalmente en el siglo XVII y que, pese a las modificaciones sufridas a lo largo del tiempo, sigue siendo una de las ermitas más singulares de la isla. Esta imagen representa la fe profundamente arraigada en el pueblo de Soo y en su patrimonio religioso.
Al finalizar la Eucaristía, el párroco se acercó a la puerta de salida, donde aguardaba el Rancho de Pascuas Archinech de Tinajo, y el párroco portando la imagen del Niño Jesús realizó una entrada solemne cantando "El Corrido", también conocido como el "Besa Pie". Acompañado por los componentes del rancho, el párroco se situó junto a la imagen de San Juan Evangelista para que los feligreses pudieran acercarse y realizar el tradicional "Besa Pie".
El Rancho de Pascuas Archinech continuó interpretando los cantos propios de estas fechas, como "El Niño mira a María", "Vamos todos Juntos", "Endechas", y finalizó con el animado "Zapateo". Las potentes y afinadas voces, arropadas por instrumentos tradicionales como las espadas, la huesera, panderos, castañetas, triángulo, guitarras, laúdes y timples, llenaron el salón de alegría y emoción, siendo premiadas con sonoros y prolongados aplausos por parte del público asistente.
Una vez finalizada la actuación, todos los presentes fueron invitados a degustar las tradicionales truchas de batatas, elaboradas artesanalmente por las vecinas de Soo, acompañadas de un vaso de chocolate calentito.
Un año más, la festividad de San Juan Evangelista logró reunir a vecinos y visitantes en un ambiente de convivencia, tradición y confraternización, manteniendo vivas las costumbres y el sentimiento comunitario del pueblo de Soo.