El pueblo de Femés se vistió de fiesta este pasado domingo para celebrar con profunda devoción las tradicionales fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, una cita esperada por vecinos y visitantes que llenó de vida y fervor las calles de esta localidad del sur de Lanzarote.
A las 18.00 horas, la histórica iglesia de San Marcial del Rubicón, templo que acoge al patrón de la isla, acogía la Solemne Eucaristía presidida por el párroco de Yaiza, Jonathan Almeida. Durante la celebración, los cantos litúrgicos fueron animados por un grupo de amigos de Femés que aportaron un ambiente cercano y entrañable con los sones de timples y guitarras, envolviendo la ceremonia en un clima de recogimiento y alegría.
Finalizada la Eucaristía, la venerada imagen de Nuestra Señora del Rosario fue llevada en procesión por las calles del pueblo, en un recorrido lleno de emoción, tradición y música. La comitiva estuvo encabezada por el párroco celebrante, autoridades municipales, con la presencia del alcalde de Yaiza, Óscar Noda, acompañados por numerosos feligreses, algunos ataviados con los tradicionales trajes campesinos de Lanzarote, reafirmando así el arraigo y el orgullo por las tradiciones canarias.
Durante el recorrido procesional, no faltó el calor del pueblo ni la alegría contagiosa de los grupos musicales Parranda Pal Porrón y Los amigos de Femés, que durante el recorrido interpretaron canciones populares canarias, convirtiendo la procesión en una verdadera manifestación de fe y cultura. En el pórtico de la iglesia, tuvo lugar una emotiva ofrenda musical dedicada a la Virgen, que fue recibida con entusiasmo por los presentes, culminando en una sentida despedida marcada por sonoros aplausos y vítores a Nuestra Señora del Rosario.
La jornada festiva continuó en la plaza del pueblo, donde vecinos y visitantes pudieron compartir un variado enyesque, acompañado por las alegres melodías del "Grupo Sondemar", que puso el broche musical a una tarde inolvidable.
Con esta celebración. Femés volvió a demostrar que la fe, la tradición y la música siguen siendo pilares fundamentales de su identidad, consolidando unas fiestas que cada año renuevan el compromiso de un pueblo con sus raíces y su devoción mariana.