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Eurovisión también se vive en Lanzarote: "Es una ilusión como la que puede generar la Eurocopa"

La competición europea, con una audiencia cercana a los 200 millones de espectadores, acoge cada año a diferentes culturas, lenguas y músicas que compiten anualmente desde 1956

Melody en uno de los ensayos de Eurovisión. Foto: RTVE

El Festival de la Canción de Eurovisión, con sus casi setenta años de historia, es el evento no deportivo con mayor audiencia del mundo. De hecho, un total de 163 millones de espectadores disfrutaron de la pasada edición de 2024, lo que demuestra el gran seguimiento que tiene. Su fundación se remonta a 1956 en Lugano, Suiza, cuando se llevó a cabo la primera edición con solo siete participantes con el objetivo de unir culturalmente a los países europeos a través de la música tras la destrucción y división que había provocado la Segunda Guerra Mundial. 

Casi siete décadas después, el festival sigue más vivo que nunca y, gracias, sobre todo, a los llamados 'eurofans', los seguidores más fieles de la competición que no solo lo viven la noche de la celebración, sino que lo hacen los 365 días del año. Y es que Eurovisión no solo se limita al mes de mayo, sino que se vive todo el años a través de las preselecciones de canciones que se extienden desde diciembre hasta marzo, como el Festivali i Këngës de Albania o el popular Melodifestivalen de Suecia, el anuncio de la sede de Eurovisión y demás noticias que van surgiendo. 

España es uno de los países con una mayor comunidad de eurofans que disfrutan del festival y Lanzarote no iba a ser menos. Nacho Miranda y Nauzet Suárez son dos lanzaroteños seguidores acérrimos de Eurovisión que marcan los días en el calendario para dar la bienvenida con ilusión al mes de mayo. Ambos comenzaron a ver el festival como muchos, en el 2002, año en el que Rosa López representó a España con Europe's living a celebration en Tallin, Estonia. Y es que el boom de Operación Triunfo en esa época supuso el nacimiento de una nueva generación de fans del festival.

"A partir de ahí, y a pesar de la decepción que nos llevamos con el séptimo puesto de Rosa, que hoy nos sabría a gloria, estuve todo el año obsesionado. Me compré el CD, veía una y otra vez la cinta de vídeo que una prima mía grabó y cuanto tuve acceso a Internet siempre buscaba cosas de Eurovisión", cuenta Nacho Miranda. Por su parte, Nauzet Suárez recuerda que "solía verlo de casualidad en familia, pero fue a partir de la candidatura de Rosa cuando me volví eurofan". 

Muchos se preguntan por qué Eurovisión levanta tantas pasiones, pero lo cierto es que no existe una sola razón, sino que son un cúmulo de características que lo convierten en una competición única. "El show en sí es lo que más me gusta porque es lo más innovador y espectacular que hay en el mundo, y también descubrir mucha música de diferentes países. Como músico y productor, para mí es súper interesante, aparte de las ocasiones en las que muchos países llevan parte de su folk y orígenes, ver cómo es el pop o los diferentes estilos musicales, desde sus puntos de vista", señala Miranda.

Además, la fusión de muchas culturas en una misma competición es uno de sus grandes atractivos. "La mezcla cultural que se genera y la diversidad en la expresión artística que llevan las candidaturas cada año es lo que más me gusta", añade Suárez.

Nacho Miranda junto a sus amigos preparados para ver Eurovisión

 

Eurovisión, una forma de abstraerse de los problemas

El Festival es algo más que una competición y para muchos, es una forma de evadirse de los problemas personales del día a día. "Yo he tenido muchos años feos en mi vida en el que lo único que me motivaba era esta semana del año. No por saber en qué puesto quedará España, sino por el show en sí, y además, he conocido a gente a través de él. Es una forma de saber que no eres tan raro y que hay más personas que tienen tu misma afición y que lo viven a su manera y compartirlo es bonito", declara Miranda. 

Asimismo, "como cantante obviamente para mí es un sueño poder llegar un día ahí. Es difícil y dudo que ocurra pero oye, soñar es gratis y ojalá ocurra", continúa. Por su parte, una palabra con la que Nauzet Suárez define la competición es 'ilusión'. "Es como la que puede generar la Eurocopa, pero en el ámbito artístico-musical", asegura.

A pesar de que muchos piensan que Eurovisión es solo una noche de mayo, la realidad es que durante el año surgen diferentes noticias, actualizaciones y eventos relacionados con el festival. "Para mí quedan las canciones, no solo las de la edición, sino las de las preselecciones que comienzan meses antes del Festival. Forman parte de mi repertorio, de mis listas de reproducción y sin Eurovisión no las tendría. Ni los artistas, que muchos sigo gracias al concurso", comenta. Además, "en España desde principio de año ya tenemos las posibles candidaturas, el Benidorm Fest y todas las preparties que suponen un seguimiento para acompañar a nuestra representante", continúa Nauzet Suárez.

Sin embargo, Eurovisión suele ser la diana de críticas y burlas porque mucha gente lo ve como algo friki. "Hubo muchos años en los que lo veía solo, no soportaba a la gente haciendo bromas fáciles y riéndose del show, pero llevo unos años haciendo una fiestita en mi casa con mis amigos que lo aprecian más y es muy divertido. Hago un picoteo y ellos traen algo también y nos lo pasamos muy bien", cuenta Miranda. 

De forma parecida celebra Suárez el Festival. "Siempre lo veo con amigos, decorando la casa, organizando juegos y proponiendo algún concurso, este año será culinario para ver quién representa mejor la bandera", indica.

 

Países favoritos para ganar

En todas las ediciones de Eurovisión siempre hay algunos países que destacan sobre el resto, por lo que se convierten en los favoritos para alzarse con el micrófono de cristal. En esta edición, las casas de apuestas apuntan a que Suecia con sus representantes KAJ y su canción homenaje a la sauna sueca Bara Bada Bastu ganará el Festival este sábado. Muy de cerca le sigue Austria con el artista Johannes Pietsch y su tema Wasted Love, un emotivo pop-lírico. 

En tercer lugar está situada Francia y su representante Louane y su balada Maman, una canción que habla sobre su madre fallecida. En la cuarta posición de las apuestas se encuentra Países Bajos con Claude y su C'est La Vie, un tema que habla sobre los distintos ciclos de la vida, de las subidas y bajadas que una persona puede encontrarse por el camino. Completa el quinto puesto Finlandia con Erika Vikman y su Ich komme, una canción que tiene un doble sentido y que lanza un mensaje de poder, sensualidad y deseo.

Por su parte, España con Melody y su Esa Diva se encuentran en el puesto 14 de las apuestas, prácticamente en la mitad de la tabla. Aunque las apuestas no la sitúan dentro del denominado 'top 10', habrá que esperar a esta noche para saber si se cumplen o no los pronósticos. En este sentido, Suárez manifiesta que "lo importante es disfrutar del momento en que suba al escenario en Basilea y sentirnos orgullosos de su paso por el Festival". 

En el caso de Nacho Miranda, opina que "Melody es genial porque es una cantante con muchísima experiencia en escenarios y con un directo solvente, además de ser una persona majísima, pero la canción no me parece que esté a la altura ni del nivel que se espera en una competición de este tipo, ni del talento de ella".

Nauzet Suárez junto a sus amigos celebrando el Festival

 

Impacto económico

Ganar Eurovisión, aparte de conseguir levantar un trofeo en forma de micrófono de cristal y de tener visibilidad mundial, implica que el país ganador deba acoger el siguiente año el Festival. Por lo tanto, desde que se elige un ganador, la televisión pública del país se inicia en la búsqueda de la ciudad que albergará la competición, algo que genera un impacto económico positivo en el país.

Eurovisión hace que miles de periodistas, medios de comunicación y fans viajen a la ciudad anfitriona, lo que beneficia enormemente al país. Según datos publicados por el medio ESCplus, el Festival celebrado el pasado año 2024 en Malmö dejó unos beneficios de 38 millones de euros repartidos entre la propia ciudad y las localidades cercanas.

En el caso de Liverpool, que fue sede de la competición en 2023, los beneficios se dispararon hasta los 66 millones de euros. Este impacto también se alarga a corto plazo, ya que la visibilidad mundial del país que ofrece Eurovisión es el escaparate perfecto de cara al turismo, sobre todo en ciudades no tan conocidas.

Colección de discos de las ediciones de Eurovisión