Dentro de su programación Lanzarote y la cultura Campesina, la Sociedad Torrelavega volvió a sorprender gratamente a sus socios y simpatizantes con una velada musical inolvidable. La noche del pasado jueves a las 20.00 horas, el escenario se llenó de emoción con el concierto Íntimo, protagonizado por el reconocido cantante tinerfeño Besay Pérez, acompañado por el talentoso pianista y gran profesional Diego Expósito.
Desde el primer acorde, ambos artistas brillaron con luz propia, logrando conquistar al numeroso público que llenó por completo el aforo permitido. La propuesta artística presentada por Besay y Diego fue, sin duda, un puente delicado poderoso entre la tradición y la modernidad. Interpretaron con maestría grandes éxitos de ayer, de hoy y de siempre, en versiones que emocionaron al público que no dudó en sumarse con sus voces a este viaje musical.
Besay dueño de un chorro de voz impresionante, sorprendió interpretando algunos temas sin hacer uso del micrófono, llenando la sala con la fuerza natural de su voz. Tan cómodo y cercano se sintió, que más de una ocasión descendió del escenario para pasearse entre los asistentes, compartiendo miradas, sonrisas y canciones, demostrando una vez más que es un artista de corazón sencillo, accesible y profundamente humano.
Durante casi dos horas, Besay no solo cantó, se abrió en canal, compartiendo con el público anécdotas vividas en algunos de sus conciertos, generando así un ambiente de complicidad y cercanía que traspasó lo meramente musical.
Y cuando llegó el momento de la despedida, el público entregado y emocionado, pidió más. En una muestra de complicidad y generosidad, Besay y Diego ofrecieron varios bises, siendo despedidos puestos en pie, como se despide a los grandes de la música.
El presidente de la Sociedad Torrelavega, Toñin Ramos, junto a su Junta Directiva, felicitó públicamente a ambos artistas por el rotundo éxito del concierto y por su valiosa colaboración, que hizo que "Íntimo", no solo cumpliera, sino que superara con creces los objetivos programados de una noche mágica, de esas que se guardan en la memoria y en el corazón.