Una vecina de Lanzarote se acercó este sábado al Recinto Ferial para disfrutar del concierto solidario en beneficio del niño César Javier. María Cabrera Betancort se quedó sorprendida con la poca gente que asistió a esta cita musical que tenía, además, un trasfondo solidario. Y es que este concierto iba a servir para recaudar dinero para que la familia de este niño de ocho años, que padece el síndrome de Lesch-Nyham, pudiera comprar un vehículo adaptado y darle al pequeño una mejor calidad de vida.
Ante la finalidad que tenía este concierto, María Cabrera no entiende por qué acudió tan poca gente. Se pregunta si no se promocionó "como se debería" o si fueron los lanzaroteños los que no se "movilizaron lo suficiente".
"Entré con el dinero preparado para dar mi pequeña aportación y allí no había ningún sitio dónde depositar ningún donativo. Además de este pequeño pero gran detalle allí no se cobraba entradas, porque por haber, no había nadie que controlase el acceso. Las bebidas que la gente consumía, se compraban fuera del recinto, en la zona dónde se ubican dos chiringuitos de carácter fijo", critica esta vecina.
Y es que, María Cabrera afirma que si se organiza un concierto solidario, esto requiere "como mínimo un esfuerzo de la organización". "Simplemente había un cartel en el escenario con un número de cuenta para que se ingresaran los donativos. Esto es sencillamente insuficiente", critica.
"Una auténtica tomadura de pelo"
Esta vecina asegura que si se hubiesen cobrado las entradas al concierto o se hubiese puesto algún ventorrillo "probablemente se habría sacado algo más de dinero". Ante esta situación, pide a la Concejalía de Juventud del Cabildo de Lanzarote "que se ponga las pilas". "Que se piense mucho el organizar algo de estas características, que teniendo en cuenta la altura y la gran aportación que hicieron los grupos de Lanzarote, fue una auténtica tomadura de pelo", denuncia.
"Hace semanas vimos en La Voz cómo una serie de políticos se hacían fotos con el niño César Javier. La verdad es que yo vi a pocos allí, por no decir a ninguno", lamenta esta vecina de Lanzarote.