"En el barrio de la Vega y flanqueado por las calles Argentina, Paraguay y Portugal se encuentra el llamado Parque infantil del Bingo Viejo que, lejos de cumplir sus funciones de divertimento y desahogo infantil, supone uno de los escasos espacios abiertos en el entramado de estrechas e insalubres calles que conforman este barrio.
Leo en la web del Ayuntamiento que el proyecto "Arrecife es mi parque" contempla una inversión de 618.000 euros para la remodelación de 26 parques infantiles de la capital y leo al final de la misma noticia, como queriendo pasar desapercibido, que el citado parque del Bingo Viejo, lejos de ser remodelado, simplemente desaparecerá.
Es cierto que dicho parque (reconocido como infantil únicamente por la existencia de columpios y los colores de sus vallas, repintadas antes de las elecciones), a pesar de contar con un cartel que prohíbe animales, se ha convertido en una especie de estercolero. En el lugar favorito para que los amos paseen a sus perros y alivien éstos allí mismo (amos y perros) todas sus necesidades fisiológicas. Añadido a los aromas que desprende la famosa e incompresiblemente inamovible estación de bombeo de agua instalada a su frente, provocan en los habitantes de la zona la sensación de vivir al lado de un vertedero incontrolado de basuras.
Todas las alcantarillas y sumideros de las ya citadas calles colindantes se encuentran "perfectamente" atascadas con todo tipo de basuras que nadie ha recogido en años y, en el momento en el que caen dos gotas de agua, las inundaciones están garantizadas. En cuanto a las noches y debido quizá a su escasa iluminación y su nula vigilancia, el citado parque se ha convertido en un centro de reunión, consumo y trapicheo que añade un indudable "encanto" al céntrico lugar.
Cada vez más, va adquiriendo el aspecto de barriada suburbial, marginal y decadente tan propio de los tiempos que vivimos y que tanto atractivo provoca en los escasos y despistados visitantes que se atreven a callejear por una ciudad que, por otra parte, es la capital de una isla con vocación turística.
Si viviese en cualquier otra ciudad, pensaría que con la eliminación de este parque se pretendería una mejora de la zona convirtiéndolo en un jardín o una plaza y manteniendo el necesario espacio abierto en unas mejores y más saneadas condiciones. Pero, conociendo el percal que manejamos, me temo cualquier otra cosa.
Si por algún casual la decisión es revocada y alguien decidiese mantener o recuperar este parque infantil y, como quiera que se va a pedir a los niños que pongan nombres a los parques y aunque ya hace algún tiempo que he dejado de ser niño, aquí dejo mi sugerencia para que este lugar pase a llamarse "El parque de la caca", que suena lo suficientemente inocente y, al mismo tiempo, elocuente".
