Las adversas condiciones meteorológicas que sufrió la pasada semana Lanzarote provocaron retrasos y cancelaciones en los vuelos. El aeropuerto de Guacimeta sufrió estas desavenencias, que pusieron a prueba la paciencia de los pasajeros, muchos de los cuales viajaron el mismo día 24 para poder disfrutar de la Nochebuena con su familia. Varias personas han escrito a La Voz de Lanzarote para relatar su historia y su tensa y larga espera.
Santiago Fernández:
"Mis familiares tenían un vuelo confirmado con las islas para las 20.35 horas del sábado 26 de diciembre. Después de un retraso de más de cuatro horas, cogieron el avión rumbo a Las Palmas y, al llegar allí, las maletas las habían dejado en Lanzarote.
No teníamos suficiente con lo del retraso y la mala gestión de la empresa de no informarnos de nada, sino que además nadie se preocupó de que el pasaje en tierra tuviera agua y alimentos para esas cuatro horas. Yo, con un niño de 3 años, tuve que ir a Playa Honda a un supermercado para comprar leche infantil, porque allí nadie se preocupó de nosotros.
La sorpresa mayor es que los aviones de Binter que estaban confirmados para más tarde que el nuestro salieron antes. Encima, al llegar a Las Palmas mi mujer me llama para decirme que no embarcaron las maletas.
El avión aterrizó en Lanzarote a eso de las 00.40 horas y como el aeropuerto, por lo visto, lo cierran a la 1.00 horas sólo se preocuparon de coger al pasaje, es decir, a mi mujer y a un niño de 3 años, sin equipaje. Gracias a Dios que se alojaron en casa de familiares.
Muchas gracias a la compañía aérea Islas".
Sarai:
"Ingenua de mi, emprendí mi viaje al aeropuerto de Guacimeta, en Lanzarote, con toda la ilusión del mundo, porque me dirigía a Tenerife unos días de vacaciones. Cual fue la sorpresa de mi hermana, y como no, la mía, cuando al llegar ante el mostrador de facturación nos comunican que el avión que iba a llevarnos al aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife Norte) todavía no había salido de Tenerife y que no podían estimar la llegada del mismo y, por lo tanto, nuestra salida.
¡Viva! Pensé para mi misma, a disfrutar de varias horas muertas en un aeropuerto casi tercermundista con apenas una tienda y una única cafetería (auténticamente penoso). A todo eso debo añadirle que mi vuelo era a las 15.40, y a eso de las 17.30, nos hacen acceder a través de los controles a las puertas de embarque. Allí esperamos hasta las 18.30 a que se dignaran a llevarnos al avión para luego despegar a las 18.45 (más o menos). Vamos, una auténtica odisea.
Pero eso no es lo más sorprendente. En todo ese tiempo, no recibimos ni una sola noticia acerca del vuelo y en el panel de vuelos del aeropuerto sólo saltaba de vez en cuando la hora de embarque. La poca información que nos dieron la preguntamos nosotras mismas y eso fue todo.
Aún más me indigna ver que, el resto de la población que viajaba a Tenerife en otro vuelo de la compañía de la competencia (yo viajaba con Islas Airways y el resto con Binter), sufren menos retraso y salen con mayor facilidad. ¿Qué es lo que pasa aquí? Además de la huelga de controladores aéreos (lo de encubierta es una gran chiste, es tan evidente como que el cielo es azul) tenemos que sufrir los pasajeros la elección de una u otra compañía, sólo porque, como en mi caso, no existían vuelos a las horas que necesitaba en otras compañías.
Se aprovechan de gente que tiene familia fuera, que tiene que viajar por trabajo o simplemente de la humilde persona que paga unos 100 euros por ver a su familia unos míseros 5 días y que al final se reducen a menos horas por pasar toda una tarde esperando a un avión. ¿Qué pasa si la huelga es de médicos, de profesores o de jueces? Se monta la gorda por un sólo día que sus hijos no asisten a clase y cada profesor deja de cobrar en torno a unos 120 o 150 euros por días (sí, exagerado, pero se reduce teniendo en cuenta el sueldo bruto)...y entonces, ¿qué consecuencias sufren los controladores?
Espero que a ellos no les ocurra que dependan de un transporte con urgencia y les hagan esperar 3 horas para ver a su familia...se los deseo de corazón...o que un día se tengan que quedar cuidando a sus hijos porque el profesor está en huelga...porque ese día sólo sabré decir...¡se siente!
El hilo de la paciencia de los canarios está muy tenso y algún día podría romperse, porque, como está claro, si la gente no vuela, ellos no hacen negocio. En fin, seguiremos esperando un milagro desde Canarias y viajando como sardinas en lata en unos ATR que "se caen a cachos" porque, por desgracia, no tenemos otra opción. Sólo me queda decir, ánimo a todo el que tiene que volar estos días, ánimo y paciencia".