Un turista en mi vida

Por Domingo García ¡Vengan, vengan! pasen y vean , que hoy pagamos nosotros, por su puesto, los canarios, todo gratis, no se corten , que si falta algo, ya nos encargaremos nosotros de reponerlo, ¡pero por el amor de dios, no se queden en la ...

15 de enero de 2010 (04:20 CET)
Por Domingo García
¡Vengan, vengan! pasen y vean , que hoy pagamos nosotros, por su puesto, los canarios, todo gratis, no se corten , que si falta algo, ya nos encargaremos nosotros de reponerlo, ¡pero por el amor de dios, no se queden en la ...

¡Vengan, vengan! pasen y vean , que hoy pagamos nosotros, por su puesto, los canarios, todo gratis, no se corten , que si falta algo, ya nos encargaremos nosotros de reponerlo, ¡pero por el amor de dios, no se queden en la puerta! que fuera, en Alemania, Inglaterra y hasta en la península, hace mucho frío.

Estoy, casi totalmente de acuerdo, con las patronales turísticas canarias, que el estado español subvencione con el 50% de los billetes a todos los turistas europeos, incluidos nuestros hermanos peninsulares, que arriben a Canarias, como si de residentes canarios fueran, ¡abajo las discriminaciones, arriba los hoteleros!

Es mas, si el gobierno, no tiene dinero, que se ponga un impuesto turístico, que pagaremos, por supuesto, todos los canarios, ¡faltaría mas! para que no se quede ni un pobre turista sin sus vacaciones, todo incluido. Que mal recuerdo, lo de aquellos locos que querían cobrar un 1 euro a cada turista por utilizar nuestros servicios, diciendo que esos servicios lo pagábamos nosotros con nuestros impuesto, ¡qué descaro! menos mal que triunfó la razón. ¿Qué es eso, de que los turistas paguen por utilizar nuestras carreteras, nuestras aceras, nuestras playas y hasta nuestros hospitales? ¡Qué locura, qué osadía!

Ponga un turista en su vida, nos decían, que gran acierto, desde el Gobierno de Canarias, y yo diría mas, lléveselo para su casa y déle de comer y 30 euros para que visite la cueva de los verdes, ¡coño, ya esta bien! que encima que nos visitan, les cobremos por visitar nuestro jameos, montañas de fuego y hasta un castillo, que es mas viejo que el carajo. Que poca cordialidad con nuestras visitas, cuando en cualquier otro lugar del mundo, les ofrecerían hasta sus hijas casaderas.

Que bonito será, ver todos esos apartamentos, hoteles o villas turísticas a rebosar, ¡qué tontería ésa de que la mayoría son ilegales!, envidia de vagos ecologistas, que sublime alegría para el patrono, ver también sus arcas llenas de euros, que dijo llenas, ¡rebosantes!, cuanta gratitud, ver que todos los trabajadores, tendrán un amo rico, ¡qué mas da, si nos pagan o no!, lo importante es trabajar, ver a un turista contento, eso debería ser suficiente gratificación, para un pobre camarero, un simple cocinero o un humilde botones.

Que mal pensados, esos que dicen, que hubo un tiempo, no muy lejano, en el que los empresarios turísticos y hasta los otros, ganaron mucho dinero, pero claro, de lo que no hablan es de que gran parte de ese dinero, lo invirtieron en mantener y reformar sus establecimientos y hasta de realizar obras sociales, ¿o es que ya nadie se acuerda de eso? Que poca memoria, ¿no se acuerdan de aquel empresario, que becaba a los hijos de sus trabajadores, o aquel otro, que dejaba salir a sus empleadas con hijos, una hora antes?

Y por su puesto, a nosotros, pobres pero orgullosos canarios, no nos importara pagar un poco mas por llenar la cesta de la compra, porque no es lo mismo subvencionar turistas que lechugas o carne cochino, ni es lo mismo subvencionar a pobres empresarios ricos que a simples trabajadores. Unos se enriquecen, otros trabajan. Unos pagan impuestos, otros piden subvenciones.

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