Estamos llegando al final de un año que podríamos calificar como el más depresivo tanto desde el punto de vista económico como social y político, para los países avanzados. Pero especialmente para España, que saldrá más ...
Estamos llegando al final de un año que podríamos calificar como el más depresivo tanto desde el punto de vista económico como social y político, para los países avanzados. Pero especialmente para España, que saldrá más tarde de la crisis y que cuenta con el mayor número de parados de toda la Unión Europea.
Los elevados agujeros presupuestarios, el aumento sin precedentes de la deuda pública son signos claros del fuerte deterioro de las finanzas públicas. La acuciante falta de confianza y de crédito han derivado en la quiebra de numerosas empresas que se han visto obligadas a cerrar y enviar a sus trabajadores al paro en el mejor de los casos. Según el Servicio Estatal de Empleo, entre Enero de 2008 y Noviembre de 2009 (último dato disponible) la lista del paro aumentó en más de un millón y medio de personas en toda España y en más de cien mil personas en Canarias. En Lanzarote, en este mismo periodo la lista del paro pasó desde 8.498 a 16.165 personas, esto significa un 90% más de desempleados. Como resultado la tasa de paro ha pasado del 8,6% al 18% en el conjunto de España y del 11% al 26% en Canarias. En Lanzarote, las estimaciones del ISTAC la sitúan en el 28%.
Las consecuencias de la crisis en términos de paro han sido más duras en Canarias por la sencilla razón de que dependemos en mayor medida de los sectores más afectados por la crisis (construcción, turismo y por ende el comercio), amen de las debilidades propias de estar situados en la ultraperiferia (alejados, territorio reducido y fragmentado?). En Lanzarote, los aspectos puramente coyunturales (el paro y la falta de crédito) se combinaron como si de un cóctel molotov se tratase con aspectos más estructurales, por tanto presentes desde hace mucho tiempo con independencia de la crisis económica. En concreto, me refiero a la imperante inestabilidad política (especialmente en el Cabildo) que no sufren otras islas, la dañina falta de consenso para abordar los grandes retos de la isla, y por último el bochornoso desgobierno existente por la falta de mayorías para formar gobierno. Este último aspecto, ocasionado principalmente por decisiones partidistas del PSOE que tras la traumática Operación Unión desterró a su socio favorito desde hace bastantes años de las principales instituciones de la isla.
El año 2010 no será tan desastroso, eso espero al menos en términos comparativos con el 2009. Las previsiones de la economía canaria para 2010 muestran a grandes rasgos un alto grado de correlación con las previsiones de la economía española en su conjunto, de menor caída, aunque con toda probabilidad, la recuperación económica de nuestros principales clientes turísticos (principalmente Alemania y Reino Unido) anticipará la recuperación en la economía canaria en comparación con la economía española. Nuestras previsiones para el año 2010 apuntan a una caída en términos reales del Producto Interior Bruto (PIB) canario que se situará dentro de la orquilla del 0,4 - 0,5%, una caída del PIB inferior a la que la mayoría de los analistas esperan para la economía española. El consumo permanecerá débil por lo conviviremos el próximo año con tasas de inflación bajas que rondarán el 0,2 ? 0,5%. En cuanto al mercado laboral, los indicadores más recientes apuntan a una ralentización en la destrucción de empleo, que desde el comienzo del verano está siendo más favorable en términos relativos que en el resto de España. Según nuestras previsiones, la tasa de paro promedio se situará en el entorno del 26-28%.
Aunque esta recuperación más temprana sirva de consuelo, sin embargo, el crecimiento no será suficiente para generar empleo durante el próximo año. Por tanto, la persistencia del paro, el déficit, la deuda, la morosidad y la falta de crédito continuaran acompañándonos desgraciadamente durante el año 2010. Mientras los aspectos coyunturales desaparecerán a medida que nuestros socios comerciales salgan de la crisis, los aspectos estructurales mencionados requieren de un esfuerzo monumental por parte de nuestra clase política. Espero y confío en que las mayorías formadas recientemente den la talla y propicien una salida más temprana de esta crisis económica sin parangón en la historia reciente.