Decir no al machismo

Mª Dolores Corujo Berriel
8 de junio de 2015 (16:06 CET)

Leíamos recientemente en la prensa que el 33% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años considera inevitable o aceptable, en algunas circunstancias, controlar los horarios de sus parejas, impedir que vean a sus familias o amistades o decirles lo que pueden o no hacer. 

Se trata de la conclusión más llamativa de un estudio elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) por encargo del Ministerio de Sanidad para conocer cómo perciben la violencia de género los adolescentes y jóvenes. 

En Lanzarote, el proyecto ‘SMS: Sin Machismo Sí’, muestra que hay chicas que no identifican como violencia de género actitudes de control, insultos o humillaciones, que interpretan como conductas de protección ‘normales en los chicos’. 

Si estos datos se comparan con las conclusiones de estudios realizados con adultos, la conclusión es aún más preocupante, pues los jóvenes son menos críticos que los mayores con este tipo de actitudes machistas en las parejas: el 32% de las chicas las toleran frente al 29% de la población femenina general, mientras que el 34% de los chicos las consideran aceptables, cuatro puntos más que el conjunto de hombres de todas las edades. 

El problema reside en que, aunque la población joven es capaz de identificar como violencia machista las agresiones físicas, no ocurre igual con la violencia de control, que también debe considerarse violencia de género. 

La tolerancia a estas actitudes debe ser percibida como objetivo prioritario de atención en hogares y centros de estudios, pues puede anticipar otras más graves en el futuro. 

Las administraciones tienen también un papel clave en la lucha contra la asunción de roles sexistas y posiciones de poder en el seno de las parejas jóvenes.  

Propiciar la reflexión y la sensibilización a través de proyectos como  ‘SMS: Sin Machismo Sí’ es sin duda una de las vías adecuadas. Pero también lo es recuperar en los Presupuestos públicos las partidas destinadas a Igualdad, un concepto intangible y abstracto que cobra sentido y fortaleza cada vez que una mujer dice "no" al machismo.

 

*María Dolores Corujo, secretaria insular del PSOE de Lanzarote.

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