Los Dolores

En el artículo editorial de este diario se critica cuando hay que criticar -la mayoría de las veces- y se aplaude cuando hay que aplaudir. Hoy nos toca aplaudir, y lo hacemos con gusto, a todos los encargados de organizar la Fiesta de ...

15 de septiembre de 2005 (18:13 CET)

En el artículo editorial de este diario se critica cuando hay que criticar -la mayoría de las veces- y se aplaude cuando hay que aplaudir. Hoy nos toca aplaudir, y lo hacemos con gusto, a todos los encargados de organizar la Fiesta de ...

En el artículo editorial de este diario se critica cuando hay que criticar -la mayoría de las veces- y se aplaude cuando hay que aplaudir. Hoy nos toca aplaudir, y lo hacemos con gusto, a todos los encargados de organizar la Fiesta de Los Dolores: desde la presidenta del Cabildo, Inés Rojas, pasando por su consejero de Educación y Cultura, Miguel González, hasta el último de los operarios que han organizado la Feria de Artesanía; desde el alcalde de Tinajo, Jesús Machín, a su concejal de Fiestas, Aquilino Romero, hasta el último de los operarios que se ha encargado de que no falte de nada en la plaza de Mancha Blanca. Pero sobre todo queremos felicitar al pueblo de Lanzarote, que cuando le ofrecen actividades interesantes a las que acudir, acude en masa, como se vio el pasado miércoles por la noche en la puesta de largo de la fiesta y en el posterior concierto del cantante venezolano Carlos Baute.

Los Dolores se ha convertido por méritos propios en la fiesta más importante de la Isla, al menos la que cuenta con una mayor participación de su gente y un sentimiento más claro de integración con lo nuestro. Desde que a Chana Perera se le ocurriera hacer una gran romería con la gente vestida con las ropas de los lanzaroteños y lanzaroteñas que vivían del campo y de la pesca, antes de la llegada del turismo, la cosa ha ido creciendo y creciendo.

Estamos convencidos de que este sábado se van a batir todos los registros de años anteriores. La expectación que ha generado la romería es tremenda, y serán miles las personas que se echarán a la carretera a patearse un camino que conduce al corazón de Mancha Blanca, donde se encuentra la Patrona.

Hay que felicitar también al Cabildo por la campaña que está llevando a cabo en los medios de comunicación en varios sentidos: primero, en aconsejar cómo se debe ir por las peligrosas vías de esta tierra donde los accidentes son el pan nuestro de cada día; segundo, en recomendar que se utilice el transporte público a la vuelta de las celebraciones, precisamente para evitar los accidentes, las terribles aglomeraciones y los controles de alcoholemia, que pueden terminar amargando al más pintado con multas astronómicas y retiradas del permiso de conducir.

Esta es la parte que de algún modo afea la celebración, los excesos etílicos que se cometen en unos días tan importantes como estos, que no hay que olvidar que tienen una raíz y una justificación religiosa que muchos pasan por alto. El consejo de beber con moderación no es una recomendación que se hace sin más de forma alegre para fastidiar a la juventud, se hace porque las consecuencias de las borracheras son imprevisibles, y si no que se lo digan a las personas que en estos días trabajan en las ambulancias y en los centros médicos. Se trata de divertirse con cabeza, de pasarlo bien sin molestar a los demás y sin molestarse a uno mismo. Nuestra recomendación es esa, que salga todo el que pueda, pero que lo haga pensando que luego hay que volver.

LO MAS LEÍDO