La puntual insistencia de los medios de comunicación

La puntual insistencia de todos los medios decomunicación para suscitar el escándalo ha surtido,como siempre, su principal efecto: No para otra cosaque para intentar eludir responsabilidades, ...

17 de marzo de 2006 (16:04 CET)

La puntual insistencia de todos los medios de

comunicación para suscitar el escándalo ha surtido,

como siempre, su principal efecto: No para otra cosa

que para intentar eludir responsabilidades, servicios

sociales, educativos, psicopedagógicos y sanitarios,

jueces, policía, y el resto de autoridades

incompetentes, nos ofrecen una vez más el triste

espectáculo de acusarse mutuamente de la falta de

protección de Alba C. C., la niña que ha estado siendo

maltratada por su propia familia durante meses hasta

llegar a ser finalmente ingresada en coma en

Barcelona. Igual que algunos ascensores, teléfonos

públicos o máquinas de refrescos, la maquinaria del

Estado que nos gobierna parece que no funciona. Por

desgracia para nosotros, no sólo es literalmente vital

que lo haga sino que, encima, no tiene arreglo. Si

entre todos no fueron antes capaces de ponerse de

acuerdo para proteger a la niña, difícilmente

esperemos que puedan encontrar en lo sucesivo una

solución ejemplar que impida que se vuelva a repetir

el despropósito administrativo...

Pero, no nos engañemos, aunque la flor principal sea

el escándalo lo que se cultiva mayormente a carretadas

es la hipocresía. Lo malo del Estado, pero esto no se

puede decir en los telediarios, no es que no funcione

como se esperaba, lo peor es lo haga precisa y

sistemáticamente en nuestra contra. La complicidad

criminal expresa de la Administración al legalizar

entre nosotros el asesinato de menores no nacidos o

aborto no terapéutico, pone suficientemente de

manifiesto un sádico desprecio hacia toda la infancia

y adolescencia como conjunto y deja completamente

vacíos de contenido cualquier discurso sobre violencia

doméstica y malos tratos que lo ignore. Hubieran

liquidado a la criatura en el segundo mes de embarazo,

en el mismo Hospital que ha denunciado los hechos, y

no hubiera sido ni siquiera tema de conversación.

Hubiéranle discretamente mutilado en sus genitales

para celebrar algún sanguinario ritual familiar y poco

menos que lo mismo. ¿Otra sensibilidad es posible?

¿Otra sociedad es posible? ¿Otro Estado es posible?

José Francisco Sánchez Beltrán

LO MAS LEÍDO