LA NUEVA GENERACIÓN

"Y así la bola de la historia rueda...¡generación de las generaciones!¡viva, pues, la definitiva!... y todo¡generación!" Miguel de Unamuno . La ...

2 de junio de 2006 (05:15 CET)

"Y así la bola de la historia rueda...

¡generación de las generaciones!

¡viva, pues, la definitiva!... y todo

¡generación!"

Miguel de Unamuno .

La historia puede repetirse. Desde el comienzo denuestro siglo ha surgido una generación con algunas de las características de aquella famosa "generación del 98". Los componentes de esta generación de los primeros años de nuestro siglo, que llamaremos la "nueva generación", aman a España, y este amor los lleva a ser sinceros y descubrir sus defectos. Dicen que es ignorante, pobre; que está de todos abandonada. Pero no se molestan en indagar quienes son los culpables de su ignorancia, de su pobreza, de su abandono. En lugar de buscar donde se encuentran las auténticas raíces emponzoñadas que pueden permitir al pueblo español arrancarlas para salir de su situación, cubren de oprobios y denuestos a los políticos que buscaron una fórmula conciliadora para evitar que país volviera a las antiguas rencillas. En lugar de destacar la libertad y la democracia tienen de positivo, en orden a la emancipación del hombre, sólo ponen de manifiesto los defectos y carencias.

España empieza a adquirir un tremendo "complejo de inferioridad". Si es ignorante, pobre, abandonada, y ni siquiera puede confiar en sus políticos, en las urnas, en las elecciones..., ¿qué va a ser de ella? La han hecho perder la confianza en sí misma y, por tanto, es más indiferente, más escéptica, más incrédula. En lugar de contribuir a forjar una conciencia ciudadana, la "nueva generación" sólo está forjando una repetida expresión: "¡En este país...! En este país todo es inútil. En este país no hay que molestarse en votar porque se pierde el tiempo. En este país no hay que preocuparse de los derechos que uno tiene e intentar defenderlos, porque nada se consigue. En este país lo mejor es encogerse de hombros, hacer cada uno lo que le dé la gana, y al prójimo contra una esquina.

Los tristes resultados que esto produce ya fueron sintetizados por Wenceslao Fernández Flores en un simple párrafo: "Nuestros políticos nos gobiernan por sugestión: "Somos felices", gritan. Y el pueblo va repitiendo: "Somos felices, somos felices"...

Atacar sistemáticamente a la democracia, confundiendo a los hombres y mujeres que la representan con las bases mismas del sistema, sólo puede producir una colectividad que, al renunciar a la defensa de sus derechos, al negarse a intervenir en la vida pública, se convierte en un rebaño de ovejas. Otra vez imperará el confusionismo y la desorientación. De nuevo el sentido común emitirá sus ronquidos mientras duerme.

La historia puede repetirse, pero con la tremenda diferencia de que, mientras la mayoría de los ciudadanos no saben correctamente lo que quiere, una minoría se sabe dónde va. Esa minoría volverá a clamar que tanto las derechas como las izquierdas están sufriendo un despiste tremendo y que el mal de todo estriba en la libertad, la democracia y el sufragio universal.

No conviene olvidar que los fantasmas vuelven. Los fantasmas son, por definición ibseniana., "los que vuelven": los que tienen como naturaleza la necesidad ineludible de volver. Por eso, es conveniente tener siempre presente aquel viejo proverbio que dice: "Cuando cantanlos gallos huyen los fantasmas y las fieras".

Francisco Arias Solis

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