La milésima inestabilidad

No hay un municipio en Lanzarote más castigado en el plano político que San Bartolomé. Eso lo saben sus sufridos vecinos y lo saben en el resto de las islas, donde es conocido el cambio constante de orientación política al frente ...

2 de diciembre de 2005 (21:41 CET)

No hay un municipio en Lanzarote más castigado en el plano político que San Bartolomé. Eso lo saben sus sufridos vecinos y lo saben en el resto de las islas, donde es conocido el cambio constante de orientación política al frente ...

No hay un municipio en Lanzarote más castigado en el plano político que San Bartolomé. Eso lo saben sus sufridos vecinos y lo saben en el resto de las islas, donde es conocido el cambio constante de orientación política al frente de la dirección municipal y los juegos subterráneos que obligan al más pintado a tener siempre bien cubiertas las espaldas. La cosa parecía que había cambiado en los últimos años. Todo fue un espejismo.

Tradicionalmente se ha utilizado a Lanzarote en general y a San Bartolomé en particular como zona de experimentos de la más variada índole. El último lo padecimos con la estrambótica estrategia del Partido Popular (PP) que dirige con mano firme José Manuel Soria para intentar castigar a Coalición Canaria (CC). Ahí también se tocó a San Bartolomé. Los concejales populares tuvieron que pasar por el bochorno de presentar una dimisión que en absoluto se correspondía con sus deseos de seguir haciendo política de gobierno. Luego fueron readmitidos y pasó lo que ya todo el mundo sabe.

Ahora, cuando casi nadie lo esperaba -en la última rueda de prensa que hicieron todos juntos Miguel Martín se lanzó a la piscina diciendo que no disolverían el grupo de gobierno hasta las puertas mismas de las elecciones y más allá-, los dos concejales que en teoría chocan frontalmente con CC -su antiguo partido-, Olimpia Martín y José Manuel Morales, han presentado una dimisión que no extraña a los que conocen la estrategia regional del Centro Canario Nacionalista (CCN), el Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL) y Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria (NC-NG). Y decimos que no extraña porque estas formaciones llevan tiempo colocándose para buscar su hueco de cara a la campaña electoral que se avecina, un hueco que evidentemente tendrán que disputar a la gran formación nacionalista que en estos momentos tiene mayor arrastre en el Archipiélago.

Otra de las cuestiones fundamentales, al hilo de la anterior, es la situación política de Miguel Martín. Si no llega a ser porque LA VOZ le localizó y le fotografió en un encuentro del CCN celebrado en Tenerife, muy probablemente el alcalde de San Bartolomé podría haber seguido jugando a la ambigüedad política durante mucho tiempo. Al final se tuvo que posicionar y se quedó en el partido que lidera Ignacio González Santiago, aunque lo hizo con muy pocas ganas. Su presencia en el último congreso de CC fue uno de los detonantes que provocaron el enfado de la plana mayor del CCN. Desde entonces, se han ido deteriorando las relaciones hasta llegar a la actual amenaza de expulsión de Miguel Martín, amenaza que por otra parte no creemos que preocupe demasiado al alcalde.

San Bartolomé, siempre San Bartolomé. ¿Qué pueden pensar los vecinos? Que va siendo hora de que cambie su política. No es fácil. La fórmula actual de representación impide que se constituyan grupos de gobierno firmes y asentados. Nadie ha conseguido una mayoría lo suficientemente holgada como para preparar un proyecto de legislatura estable.

Desde que todo esto se dio a conocer se fueron sucediendo las lógicas llamadas telefónicas y los compromisos de los unos y los otros. El Partido Socialista Canario (PSC) y su portavoz municipal, Andrés Stinga, son los más interesados en hacer progresar una moción de censura. Nos consta que no les está resultando nada sencillo conseguirlo, más bien al contrario. Sumar la cifra exacta que les dé la mayoría se ha ido complicando con el paso de las horas. Sin embargo, en el momento en el que se redacta este artículo editorial es imposible asegurar al cien por cien que no se va a presentar el documento.

Dentro del capítulo de la especulación pura y dura se ha dicho de todo: que la moción ya estaba redactada pero que no se presentó por problemas de última hora; que José Antonio González iba a apoyar con su firma el documento para inmediatamente después anunciar su retirada del teórico grupo de gobierno que se conformaría; que Miguel Martín había conseguido frenarlo todo utilizando su buena relación con CC y la de éstos con el PSC... Lo verdaderamente cierto, si es que no hay algo de cierto en todo, es que la política de Lanzarote sigue estando muy por debajo del nivel que se merece su gente, a la que legislatura tras legislatura se vuelve loca con el revenido "quítate tú para ponerme yo" que tanto se estila por estos lares.

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