¿Qué hacia una hermosa mariposa entre Rita Martín y Manuela de Armas? ¿Qué estaría escuchando tan atentamente, posada en la chaqueta de Doña Manuela? ¿Entraría también en la conversación?Imaginemos: - Que me han ...
¿Qué hacia una hermosa mariposa entre Rita Martín y Manuela de Armas? ¿Qué estaría escuchando tan atentamente, posada en la chaqueta de Doña Manuela? ¿Entraría también en la conversación?
Imaginemos: - Que me han dicho mis jefes, comenta Rita, los promotores, ¡uy!, que no mujer, ¿en qué estaría yo pensado? Mis jefes, los del Gobierno, bueno para el caso es lo mismo, que si tu los dejas en paz, ellos harán lo mismo con la isla, por lo de los Centros Turísticos y los inspectores, ya me entiendes. ¡Pero bueno!, exclama, Manuela, ¿pero es que tus inspectores no conocen la Isla?
¿No saben que el Sur también existe y que esta lleno de hoteles ilegales? - Mira Rita, dile a tus jefes, que los vecinos no son tontos y que además tienen la fea costumbre de fijarse en todo. Aunque se callen y además nos voten, no significa que les podamos estar engañando todo el tiempo. Si yo me hago la sueca y no pido las ejecuciones de la sentencias, ya sabes, las licencias ilegales, es por no molestar, a quien tu y yo sabemos.
Caliente, caliente, replica la mariposa. ¿Dónde hay una rosa donde me pueda posar? Rosa ¿Dónde, dónde ?, preguntan las dos mujeres, mientras se santiguaban.
Ja, ja, ja, reía la mariposa. Pregunto por la rosa que tiene espinas. ¿Espino, dónde, dónde?, dice Manuela, mientras se tiraba al suelo y se ponía de rodillas. Levántate Manuela, le pide Rita, que eres la presidenta del Cabildo de Lanzarote y parece que contigo está también el pueblo de rodillas.
¿De rodillas? Y de culo está también este pueblo, suelta la mariposa, total son ya muchos años, están acostumbrados.
¡Cállate mariposa! Aprende de nosotras, dice Manuela, al pueblo sólo hay que decirle lo que quiere oír. Tú les dices que no se preocupen, que nosotras vamos a llevar a todos estos especuladores, sí, sí, especuladores, que esta palabra les gusta mucho, al juzgado y les vamos a tirar los hoteles y verás cómo no solo te creen, si no además votan por ti.
¡Caramba con ustedes ! y además se lo creen, comenta la mariposa. ¿Pero es que ustedes no tienen miedo que un día el pueblo les pida responsabilidades?
¡Responsabilidades! ¿Responsabilidades de que, impertinente mariposa? Que nosotras lo hacemos todo con informe de los técnicos, replica Rita. Además, encargamos estudios a personas cualificadas, dice Manuela, personas conocidas, o fíjate tú, si son conocidos, que todos son amigos míos.
La mariposa, insiste: ¿Pero los técnicos, los amigos, ya se sabe que....? ¡Que te calles!, le grita Rita. Los técnicos son personas serias, que para eso les pusimos nosotras y los amigos ¿para que están? Hoy por ti y mañana por mí, que esto no va a durar siempre.
No, y menos mal, comenta la mariposa, si no aquí no escapan ni los cangrejos.
¿Cangrejos, dónde?, interroga Rita, mirando debajo de la mesa. ¡Manuela, nos espían! A esos sí, échales los inspectores, a ver si se están callados, replica Manuela, que ellos también tienen lo suyo. Además tiene unos amigos que...
¡Pero Manuela!, si sus amigos, son nuestros amigos, le recuerda Rita. Que esta isla es muy pequeña y siempre estamos los mismos. Si eso son sus amigos, guárdeme una cría, dice la mariposa, que con amigos como esos, para qué quiere Lanzarote enemigos.
Pero bueno... ¿te vas a callar ya?, le contesta Rita, enfadada. ¿Así quieres quedar fija? Aquí, si quieres durar, trabajar es peor, lo que hay que hacer es tener claro quiénes son los que mandan, después saber quién gobierna y por último, tener labia, y eso sí, echarle morro, que la crítica es libre y además gratis.
La mariposa, sale volando, - Me voy a buscar otra chaqueta donde posarme, dice la mariposa, no quiero seguir oyendo tanta conversación interesada.
Pues vete de aquí, dice Manuela, aquí nos basta y sobran mariposas respondonas, que creen que todo se lo saben, que no hacen mas que hablar y hablar, quejarse y quejarse y después, a la hora de la verdad, les organizamos un buen festín y son las primeras en entrar por la puerta, oye, si se parecen al pueblo.
¡Son el pueblo!, dice Rita. Y a otra cosa.... mariposa.